Por: Erick Simpson Aguilera
De acuerdo a los resultados del Índice de Libertad Económica 2013, realizado por The Wall Street Journal y The Heritage Foundation, la economía panameña con un promedio de 62.5, ocupó la posición 71 entre un total de 177 países evaluados a nivel mundial. Con relación al índice de 2012, Panamá bajó 2.7, debido “a un deterioro sustancial en 6 de las 10 libertades económicas medidas, entre las cuales destacan disminución de puntaje en derechos de propiedad, y control del gasto público”.
Como muestra el gráfico anterior, Panamá sufrió una caída en las calificaciones de 6 de los 10 sub índices, mantuvo igual puntaje al año previo en 3 sub índices, y aumentó 1.60 en un solo rubro. Situación cuya lectura nos habla de una tendencia de franco retroceso y estancamiento, en cuanto a la libertad económica panameña se refiere.
Ahora bien, ¿cómo se entiende que, la economía panameña que mantiene el liderato regional en cuanto a crecimiento económico, sea percibida como una economía no muy libre que digamos, de acuerdo al índice que nos ocupa? En términos sencillos respondo a dicha pregunta técnica, de la siguiente manera:
El crecimiento económico está relacionado con la variación anual del PIB, es decir que, el mismo se calcula midiendo porcentualmente el aumento del Producto Interno Bruto de un país o región, tomando en cuenta indicadores como la productividad de bienes y servicios, consumo, ahorro, balanza comercial, inversión y gasto. De modo que, es deseable que la economía de un país crezca como primer paso para lograr un desarrollo humano que se alcanza estableciendo los canales que permitan trasferir dicho crecimiento hacia toda la población.
He aquí el punto, los canales para convertir el crecimiento económico en desarrollo humano, son precisamente los temas en los que cojeamos como país, al concentrarse la gran riqueza nacional en un minúsculo sector de la sociedad panameña, mientras las grandes mayorías siguen al margen del crecimiento económico. Razón por la cual Panamá mantiene indicadores pobres en materia de erradicación de la pobreza general y extrema, educación de calidad, desigualdad, independencia judicial, institucionalidad, IDH (Índice de Desarrollo Humano), etc.
En el caso particular del Índice de Libertad Económica, no basta con que una economía equis crezca para calificarla como una economía libre, como quiera que, dicho crecimiento debe ir acompañado de instituciones fuertes, independencia judicial, transparencia y combate contra la corrupción, libertad laboral, etcétera, temas en los que Panamá no lidera la región como si lo hace en el crecimiento económico per se.
De hecho, según el estudio que nos ocupa, Panamá registra la quinta mayor caída en puntaje del Índice de Libertad Económica 2013. El promedio de libertad económica de Panamá ha sido socavado por deficiencias institucionales que debilitan el Estado de Derecho, y minan las perspectivas de una expansión económica dinámica a largo plazo. Las leyes anticorrupción parecen tener poco impacto, y el sistema judicial sigue siendo vulnerable a la interferencia política, destaca el informe en cuestión.
Si tamaña opinión tan nefasta tienen internacionalmente de nuestras débiles instituciones, y de la falta de independencia judicial que sufrimos, imagínense como nos hubieran calificado si hubieran tomado en cuenta el pésimo manejo judicial dado al caso Financial Pacific, y el impacto negativo del mismo sobre nuestro Centro Financiero.
Bien, retomando el tema en cuestión destacamos que, a nivel de Latam Panamá está situada en la posición 8 entre 19 países que son liderados por Chile como el país con mayor libertad económica de la región, con un promedio de 79 puntos que lo ubica en solitario entre las economías mayormente libres del mundo. El resto de países latinoamericanos (incluido Panamá) fueron calificados en las categorías inferiores, a saber: economías moderadamente libres, mayormente cautivas, y reprimidas.
El informe también destaca que, en otras áreas, la economía panameña se sustenta por un alto grado de apertura al comercio global, que las reformas pro crecimiento incluyen la simplificación del proceso para abrir un negocio, y la reducción de las tasas de impuestos a sociedades; medidas que han mejorado el entorno comercial y contribuyeron a una sólida expansión económica en los últimos cinco años. “La economía orientada a los servicios sigue haciendo de Panamá un vibrante centro internacional de negocios y banca”, señala el informe.
En cuanto al Estado de Derecho en Panamá, el estudio indica que:
“El estado de derecho se ha debilitado por el aumento de la politización del poder judicial. El sistema judicial sigue siendo ineficiente, con graves retrasos y escasa capacidad para resolver disputas contractuales. La percepción pública de la corrupción del sector público sigue creciendo. El más cercano asesor del Presidente Ricardo Martinelli, fue obligado a renunciar en 2012 tras verse implicado en un negocio corrupto de titulación de tierras, que involucraba la expropiación sin compensación de zonas con frente de mar”.
Me imagino que después de estos señalamientos tan contundentes y preocupantes del Índice de Libertad Económica, los recalcitrantes voceros del gobierno de turno expertos en defender lo indefendible, no saldrán con sus risibles «argumentos» de siempre a descalificar a los organismos internacionales The Heritage Foundation y The Wall Street Journal, como hacen a menudo contra quienes opinamos igual que dichos organismos en lo concerniente a la debilidad institucional y falta de Estado de Derecho en Panamá, tildándolos de enemigos del Estado, traidores a la Patria, malos panameños que quieren dañar la imagen del país, fariseos, empresaurios, defraudadores fiscales que se resisten al cambio, y demás yerbas aromáticas típicas de aquellos que no tienen argumentos de peso y por ende recurren a la fácil descalificación tratando de liquidar al mensajero para esconder el mensaje.
En fin, el próximo gobierno tiene mucho trabajo por hacer para sanear a nuestro país de la podredumbre que lo corroe, nos resta competitividad, y atenta contra nuestro desarrollo humano y expansión económica a largo plazo. Hablo de la próxima administración toda vez que, no creo que la actual resuelva nada en un año y resto que le queda de mandato en pleno periodo electoral. De hecho, los temas institucionales que nos afectan, han sufrido en demasía durante la actual administración que se ha caracterizado por concentrar todos los poderes acabando con la separación de los Órganos del Estado; pisotear los derechos humanos; despreciar la transparencia y rendición de cuentas; e ignorar el combate contra la corrupción.
Saludos cordiales.
Erick Simpson Aguilera.
Nota: A continuación, gráficos, indicadores, tablas, e informe completo.