Por: Erick Simpson Aguilera
La marcha “por la justicia, la dignidad y contra la impunidad y cárcel para los corruptos”, les mandó un mensaje contundente a los mercaderes que ven al Estado como un botín a ser saqueado cada cinco años sin mayores consecuencias como había sido la usanza hasta ahora. El pueblo panameño dijo basta a la corrupción e impunidad que han rebasado todos los límites hasta asquear a una nación que exige justicia y cárcel para los corruptos.
La debacle y la podredumbre de la pasada administración ya eran del dominio público pero ahora se confirma por las cuentas millonarias incautadas hasta ahora (quizás sean apenas la punta del iceberg), testimonios de implicados, confesión del modus operandi, y demás hallazgos detectados por las autoridades un día sí y otro también que, la lesión patrimonial causada al Estado es de una magnitud espeluznante y sin parangón en la historia patria.
Así las cosas, los ciudadanos han decidido abandonar su zona de confort y dejar de ser convidados de piedra para ejercer su ciudadanía de manera activa y vigilante, exigiendo en las calles que se investigue todo lo actuado “caiga quien caiga”, y que se recupere el patrimonio estatal que se compruebe haber sido lesionado.
De manera que, los magistrados de la Corte Suprema de Justicia y demás autoridades judiciales, afrontan el reto de sus vidas toda vez que, los casos que deberán dilucidar serán analizados vigilantemente y con lupa por todo un país, léase, desde el más humilde trabajador hasta el más acaudalo empresario, comoquiera que, es un país entero el que clama por justicia y contra la impunidad.
Hasta ahora la CSJ ha seguido los pasos necesarios en apego a la ley. No obstante, entiendan señores magistrados que, dada la poca credibilidad de la que gozan, la cual se han ganado a pulso, y hasta en el Índice de Competitividad Global del Foro Económico Mundial es puesta de relieve la falta de independencia judicial como el lastre que más competitividad nos resta como nación, los panameños tenemos serias dudas sobre su accionar y seguiremos vigilando su proceder de cerca y exigiendo un referendo que los remueva de sus cargos como poder soberano que somos, si las expectativas y hambre de justicia de Panamá se ven frustradas por una justicia torcida.
Es preciso aclarar que, no estamos amenazando a los magistrados, sino más bien, llevando a la práctica el artículo 2 de la Constitución que señala lo siguiente:
Artículo 2.- El Poder Público sólo emana del pueblo. Lo ejerce el Estado conforme está Constitución lo establece, por medio de los Órganos Legislativos, Ejecutivos y Judicial, los cuales actúan limitada y separadamente, pero en armónica colaboración.
De modo que, el poder público es del pueblo, ergo somos sus jefes y si el sistema de justicia no funciona, tenemos todo el derecho a prescindir de sus servicios como empleados nuestros que son, y contratar a otros que cumplan con sus funciones adecuada y satisfactoriamente.
En cuanto al proceso per se, tampoco estamos sugiriendo que los magistrados deban linchar judicialmente a nadie para contentar a la nación que exige justicia, más bien estamos demandando que se lleven a cabo los procesos en estricto derecho y apego a las leyes, respetando claro está, la presunción de inocencia de los señalados, pero condenándolos sin titubear si existen las pruebas fehacientes que demuestren su culpabilidad. Ni más, ni menos.
En fin, termino felicitando a todos los panameños que participaron de la marcha y exhortando a los que no asistieron a que participen de las próximas movilizaciones, de manera que comiencen a ejercer sus derechos ciudadanos como un calentamiento previo al proceso constituyente soberano e incluyente que cual onda expansiva tomará fuerza de frontera a frontera hasta que levantemos a nuestro país de la ruina moral, económica y política en que nos han sumido no solo el anterior gobierno que fue el más nefasto y dañino de la historia patria, pero no el inventor de los vicios que padecemos, ni posee el patrimonio de la corrupción, comoquiera que este mal viene de arrastre y precisa ser erradicado o reducido a su mínima expresión -para ser más realista- dándonos los panameños otra oportunidad de hacer las cosas bien mediante un proceso constituyente que adecente la cosa pública y enrumbe a la nación por derroteros de desarrollo, justicia y paz.
Saludos cordiales.
Erick Simpson Aguilera.
A continuación, fotos de la marcha de ayer: