Por: Erick Simpson Aguilera
Buen día estimados lectores.
Se ha preguntado alguna vez, apreciado lector, ¿cuál se supone que es el proyecto de nación que estamos llevando a cabo los panameños “liderados” por los políticos que administran el Estado?
En lo que a mí concierne, sí me lo pregunto frecuentemente, y hasta la fecha no logro descifrar cuál se supone que es el proyecto de la nación panameña a corto, mediano, y largo plazo. De hecho, después del desastre de la pasada administración, no siento todavía el sosiego ni una sensación de norte definido; más bien, veo un país a la deriva sin rumbo fijo y a merced de los vientos que lo llevan de un lado a otro gracias a la improvisación, lentitud, yerros, y acciones erráticas del actual gobierno que a mi parecer, es el continuismo del anterior, y explico por qué.
1- Si el actual gobierno al igual que el anterior mantiene vigente el Programa de Ayuda Nacional (PAN) que ha sido la plataforma del clientelismo y la corrupción maquillándolo con un cambio de nombre (DAS) como hicieron todos sus predecesores, insultando dicho sea de paso, la inteligencia del pueblo panameño, ¿en qué se diferencia del anterior gobierno que hizo lo mismo?
2- Si el gobierno pasado se daba a la tarea de descalificar las opiniones contrarias a la línea gubernamental tildando a quienes ejercían su derecho ciudadano a opinar de: “malos panameños y evasores de impuestos que no quieren que Panamá avance y por eso atacan las obras del gobierno”, y la actual administración califica a quienes no aplauden sus exabruptos de: “panameños cobardes, ignorantes, ridículos, pecadores y endemoniados que solo sirven para atacar al gobierno”, etcétera, entonces veo mucha similitud en ambas administraciones.
3- Si el socio más importante del pasado gobierno era la empresa Odebrecht, y el actual gobierno sigue adjudicándole a dicha empresa cuanta mega obra millonaria licite, no obstante el hecho que el dueño de la empresa en cuestión se encuentre preso en Brasil por un caso mayúsculo de corrupción, entonces no veo que haya gran diferencia entre ambos gobiernos.
4- Si el pasado quinquenio la tradicional neutralidad que caracterizaba a la nación se fue al traste y comenzó Panamá a meterse en problemas allende nuestras fronteras, a saber: en el conflicto Palestino/Israelí, Cubano/Estadounidense, y Chino/Japonés, y durante el gobierno de turno hemos seguido con la misma línea de afectar nuestra neutralidad involucrándonos en coaliciones bélicas bien “extrañas” como la encabezada por USA en contra del Estado Islámico (ISIS) que se sospecha fue creado, armado y es apoyado por la potencia en mención que tiene varios años “combatiéndolos” sin lograr «misteriosamente» lo que Rusia logró en un par de meses, entonces no creo que hemos cambiado gran cosa en materia de política exterior.
5- Si el presidente de la republica, Juan Carlos Varela, cuando estaba en campaña prometió que lideraría si ganaba un proceso constituyente para modernizar y adecentar la patria, y una vez en el poder al igual que sus antecesores desconoció su promesa alegando que no es el momento para una constituyente, entonces tiene el mismo proceder que el presidente anterior que también prometió e incumplió lo mismo.
En fin, si siguen las partidas discrecionales in crescendo; la falta de transparencia y nula rendición de cuentas vigentes; si campea la inseguridad que se está tomando todo Panamá; si seguimos huérfanos de una política alimentaria que logre una soberanía y seguridad porque preferimos favorecer las importaciones en detrimento de la producción nacional; si el 40% de la fuerza laboral de la nación trabaja en el sector informal y el gobierno insiste en repartir subsidios para que el clientelismo político nunca termine y mantener así el control de una población poco productiva y dependiente de dadivas asistenciales; si 950,826 panameños (26% de la población) son pobres; si 453,470 panameños (12.4% de la población) mueren de hambre por sufrir pobreza extrema; si seguimos siendo según el coeficiente de GINI el país #16 más desigual del planeta; si el sistema educativo panameño todavía es uno de los peores y más inoperantes de la región y del mundo; etcétera; entonces dificulto que hayamos avanzado gran cosa con relación al gobierno anterior y de hecho considero que, somos víctimas del continuismo errático comoquiera que siguen aplicándose las mismas políticas fallidas que nos mantienen estancados en el subdesarrollo y la ignominia.
Ahora bien, ésta es solo mi opinión estimado lector, la cual no tiene que ser necesariamente la única toda vez que, no soy el dueño de la verdad absoluta. De modo que, si usted difiere de mi punto de vista, respeto su parecer y ojalá usted pudiera preguntarle al presidente Varela y a sus ministros, al administrador del canal, a los diputados, alcaldes y representantes de todo Panamá, a los directores de entidades autónomas y semiautónomas, y a los magistrados de la Corte Suprema, cuál es el proyecto país a corto, mediano, y largo plazo, que ellos están ejecutando en nombre de todos los panameños, porque yo no lo tengo claro y sus cuestionables acciones “me confunden”.
Y en el evento que logren responderle al instante y sin titubear cuál es el norte que siguen, sería bueno preguntarles también si aumentar las partidas discrecionales; contratar a Odebrecht en cuanta obra millonaria liciten; perpetuar la Constitución de los militares; el nepotismo; descalificar a los ciudadanos que no aplauden todas sus acciones; cambiarle el nombre al PAN; declararle la guerra a ISIS; el no combatir de manera seria y agresiva a la pobreza general, extrema, la desigualdad, e inseguridad; el permitir la tala indiscriminada y la destrucción de nuestros humedales y manglares, mientras demagógicamente pretendemos salvar al mundo en la cumbre del cambio climático realizada en Paris; inaugurar un canal lleno de filtraciones y pagarle un sobrecosto millonario a las empresas que realizaron tamaña obra tan vergonzosa con ribetes de estafa -si la comparamos con las esclusas hechas por Estados Unidos- en lugar de demandarlas por daños y perjuicios; el mantener la mora judicial; el no investigar los $ 416,678,206.00 en partidas circuitales asignadas a los diputados el pasado quinquenio; dilatar por siglos y eternidades las investigaciones de los casos de corrupción sin parangón perpetrados en el pasado gobierno; el no investigar a los magistrados de la Corte sobre los cuales pesan graves denuncias en la Asamblea; el legislar acerca de la cutarra, el sancocho, los piropos, los almojábanos con queso, y el culto a la personalidad; el mantener a la Ciudad de Panamá ahogada en basura y presa del caos, y a todos los distritos y municipios de la patria en iguales o peores condiciones; etcétera; preguntarles reitero, si esos son los pasos claves que ellos están aplicando para lograr los objetivos de su proyecto país.
Qué triste cuando una nación carece de líderes y estadistas que dejen huellas y un legado de desarrollo que enrumbe a la patria por derroteros de equidad y justicia social, pero abunda en políticos pendientes de las próximas elecciones para mantener el poder, lo que los lleva a practicar el populismo de Estado, y el clientelismo político que tanto daño nos hacen.
Saludos cordiales.
Erick Simpson Aguilera.