PANAMÁ BLOG

Erick Simpson Aguilera
PANAMÁ BLOG
  • About
  • Apología de Sócrates
  • Cómo Ganar Amigos
  • EL HOMBRE MEDIOCRE
  • EL PRÍNCIPE
  • La Mafiocracia en Panamá
  • Las Fuerzas Morales
  • POLÍTICA – ARISTÓTELES
  • Por qué el agua es un servicio público:
  • 4000 Años de Controles de Precios
  • Manual de Carreño
  • LISTADO DE TRÁNSFUGAS
  • ANTEPPROYECTO CONSTITUCIONAL
  • GOBERNAR PARA LAS ÉLITES
  • Etiqueta: desigualdad

    • Proyecto país

      Posteado a las 6:04 pm por Erick Simpson Aguilera, el 7 diciembre, 2015

      Por: Erick Simpson Aguilera

      filtraciones-esclusas-Pacifico-detectaron-comenzo_LPRIMA20150929_0246_24

      Buen día estimados lectores.

      Se ha preguntado alguna vez, apreciado lector, ¿cuál se supone que es el proyecto de nación que estamos llevando a cabo los panameños “liderados” por los políticos que administran el Estado?

      En lo que a mí concierne, sí me lo pregunto frecuentemente, y hasta la fecha no logro descifrar cuál se supone que es el proyecto de la nación panameña a corto, mediano, y largo plazo. De hecho, después del desastre de la pasada administración, no siento todavía el sosiego ni una sensación de norte definido; más bien, veo un país a la deriva sin rumbo fijo y a merced de los vientos que lo llevan de un lado a otro gracias a la improvisación, lentitud, yerros, y acciones erráticas del actual gobierno que a mi parecer, es el continuismo del anterior, y explico por qué.

      1- Si el actual gobierno al igual que el anterior mantiene vigente el Programa de Ayuda Nacional (PAN) que ha sido la plataforma del clientelismo y la corrupción maquillándolo con un cambio de nombre (DAS) como hicieron todos sus predecesores, insultando dicho sea de paso, la inteligencia del pueblo panameño, ¿en qué se diferencia del anterior gobierno que hizo lo mismo?

      2- Si el gobierno pasado se daba a la tarea de descalificar las opiniones contrarias a la línea gubernamental tildando a quienes ejercían su derecho ciudadano a opinar de: “malos panameños y evasores de impuestos que no quieren que Panamá avance y por eso atacan las obras del gobierno”, y la actual administración califica a quienes no aplauden sus exabruptos de: “panameños cobardes, ignorantes, ridículos, pecadores y endemoniados que solo sirven para atacar al gobierno”, etcétera, entonces veo mucha similitud en ambas administraciones.

      3- Si el socio más importante del pasado gobierno era la empresa Odebrecht, y el actual gobierno sigue adjudicándole a dicha empresa cuanta mega obra millonaria licite, no obstante el hecho que el dueño de la empresa en cuestión se encuentre preso en Brasil por un caso mayúsculo de corrupción, entonces no veo que haya gran diferencia entre ambos gobiernos.

      4- Si el pasado quinquenio la tradicional neutralidad que caracterizaba a la nación se fue al traste y comenzó Panamá a meterse en problemas allende nuestras fronteras, a saber:  en el conflicto Palestino/Israelí, Cubano/Estadounidense, y Chino/Japonés, y durante el gobierno de turno hemos seguido con la misma línea de afectar nuestra neutralidad involucrándonos en coaliciones bélicas bien “extrañas” como la encabezada por USA en contra del Estado Islámico (ISIS) que se sospecha fue creado, armado y es apoyado por la potencia en mención que tiene varios años “combatiéndolos” sin lograr «misteriosamente» lo que Rusia logró en un par de meses, entonces no creo que hemos cambiado gran cosa en materia de política exterior.

      5- Si el presidente de la republica, Juan Carlos Varela, cuando estaba en campaña prometió que lideraría si ganaba un proceso constituyente para modernizar y adecentar la patria, y una vez en el poder al igual que sus antecesores desconoció su promesa alegando que no es el momento para una constituyente, entonces tiene el mismo proceder que el presidente anterior que también prometió e incumplió lo mismo.

      En fin, si siguen las partidas discrecionales in crescendo; la falta de transparencia y nula rendición de cuentas vigentes; si campea la inseguridad que se está tomando todo Panamá; si seguimos huérfanos de una política alimentaria que logre una soberanía y seguridad porque preferimos favorecer las importaciones en detrimento de la producción nacional; si el 40% de la fuerza laboral de la nación trabaja en el sector informal y el gobierno insiste en repartir subsidios para que el clientelismo político nunca termine y mantener así el control de una población poco productiva y dependiente de dadivas asistenciales; si 950,826 panameños (26% de la población) son pobres; si 453,470 panameños (12.4% de la población) mueren de hambre por sufrir pobreza extrema; si seguimos siendo según el coeficiente de GINI el país #16 más desigual del planeta; si el sistema educativo panameño todavía es uno de los peores y más inoperantes de la región y del mundo; etcétera; entonces dificulto que hayamos avanzado gran cosa con relación al gobierno anterior y de hecho considero que, somos víctimas del continuismo errático comoquiera que siguen aplicándose las mismas políticas fallidas que nos mantienen estancados en el subdesarrollo y la ignominia.

      Ahora bien, ésta es solo mi opinión estimado lector, la cual no tiene que ser necesariamente la única toda vez que, no soy el dueño de la verdad absoluta. De modo que, si usted difiere de mi punto de vista, respeto su parecer y ojalá usted pudiera preguntarle al presidente Varela y a sus ministros, al administrador del canal, a los diputados, alcaldes y representantes de todo Panamá, a los directores de entidades autónomas y semiautónomas, y a los magistrados de la Corte Suprema, cuál es el proyecto país a corto, mediano, y largo plazo, que ellos están ejecutando en nombre de todos los panameños, porque yo no lo tengo claro y sus cuestionables acciones “me confunden”.

      Y en el evento que logren responderle al instante y sin titubear cuál es el norte que siguen, sería bueno preguntarles también si aumentar las partidas discrecionales; contratar a Odebrecht en cuanta obra millonaria liciten; perpetuar la Constitución de los militares; el nepotismo; descalificar a los ciudadanos que no aplauden todas sus acciones; cambiarle el nombre al PAN; declararle la guerra a ISIS; el no combatir de manera seria y agresiva a la pobreza general, extrema, la desigualdad, e inseguridad; el permitir la tala indiscriminada y la destrucción de nuestros humedales y manglares, mientras demagógicamente pretendemos salvar al mundo en la cumbre del cambio climático realizada en Paris; inaugurar un canal lleno de filtraciones y pagarle un sobrecosto millonario a las empresas que realizaron tamaña obra tan vergonzosa con ribetes de estafa -si la comparamos con las esclusas hechas por Estados Unidos- en lugar de demandarlas por daños y perjuicios; el mantener la mora judicial; el no investigar los $ 416,678,206.00 en partidas circuitales asignadas a los diputados el pasado quinquenio; dilatar por siglos y eternidades las investigaciones de los casos de corrupción sin parangón perpetrados en el pasado gobierno; el no investigar a los magistrados de la Corte sobre los cuales pesan graves denuncias en la Asamblea; el legislar acerca de la cutarra, el sancocho, los piropos, los almojábanos con queso, y el culto a la personalidad; el mantener a la Ciudad de Panamá ahogada en basura y presa del caos, y a todos los distritos y municipios de la patria en iguales o peores condiciones; etcétera; preguntarles reitero, si esos son los pasos claves que ellos están aplicando para lograr los objetivos de su proyecto país.

      Qué triste cuando una nación carece de líderes y estadistas que dejen huellas y un legado de desarrollo que enrumbe a la patria por derroteros de equidad y justicia social, pero abunda en políticos pendientes de las próximas elecciones para mantener el poder, lo que los lleva a practicar el populismo de Estado, y el clientelismo político que tanto daño nos hacen.

      Saludos cordiales.

      Erick Simpson Aguilera.

      Compartir:

      • Facebook
      • Twitter
      • Reddit
      • Pinterest
      • Imprimir
      • LinkedIn
      • Correo electrónico
      • Pocket
      • Tumblr
      | 2 comentarios Etiquetado como Coeficiente de GINI, desigualdad, Erick Simpson Aguilera, GINI, hambre, hambre en el mundo, Juan Carlos Varela, pobreza extrema, Programa de Ayuda Nacional (PAN), proyecto país
    • Panamá: Pobreza y desigualdad, tareas pendientes

      Posteado a las 1:25 am por Erick Simpson Aguilera, el 13 marzo, 2014

      Por: Erick Simpson Aguilera

      pobreza-panama

      Panamá es uno de los países con mejor desempeño económico en la región latinoamericana desde hace prácticamente una década. El auge económico que experimenta Panamá es innegable y salta a la vista; razón por la cual nos hemos convertido en un destino turístico y laboral para muchos extranjeros que no encuentran en sus países las oportunidades de empleo que abundan en Panamá.

      Sin embargo, detrás de ese boom económico, se esconde una triste realidad que muchos prefieren ignorar, otros la niegan, y algunos desconocen; a saber: grandes desigualdades sociales que sufre un número importante de panameños a quienes el desarrollo los ha pasado por alto.

      Según la CEPAL, Panamá es el sexto país más desigual de Latam. En cuanto a los índices de pobreza general y extrema, 900, 530 panameños (25.3% de la población total) sufren de pobreza, mientras 441,367 (12.4%) padecen de pobreza extrema, es decir, no tienen qué comer. Es preciso destacar que, de acuerdo a la Contraloría, un panameño muere de hambre cada cuatro días.

      POBREZA RESUMEN

      GINI GRAFICO

      Sí, ya sé que, semejante cuadro tan dantesco les resulta difícil de creer a más de cuatro que han sido víctimas del lavado de cerebro de la publicidad estatal, y creen a pie juntillas el cuento aquel de que somos un país desarrollado, el Dubái de las Américas, y demás ridiculeces por el estilo que no se corresponden con la realidad.

      Reconozco que la pobreza y desigualdad no fueron inventadas por el gobierno de turno, y que las mismas nacieron con la patria y subsisten hasta la actualidad. No obstante, la política de esconder a los pobres, de invisibilizarlos, o maquillar su pobreza a base de subsidios que no erradican las causas de la misma, pero si perpetúan las asimetrías sociales al aliviar en parte estos flagelos, mientras se mantiene cautiva, dependiente, y esclava del clientelismo, a la población más vulnerable, no es el camino hacia la erradicación de la pobreza, y la desigualdad.

      De hecho, el actual gobierno suspendió la encuesta de niveles de vida, la cual medía los avances o disminuciones, de los índices de pobreza que sufre la población. Esa es una forma de invisibilizar a los pobres, para mantenerlos en la precariedad.

      Entiendo que a muchos políticos que jamás han padecido limitaciones en su vida, les cuesta dimensionar estas problemáticas sociales, es decir, no sienten empatía, ni compromiso con la erradicación de la pobreza y la desigualdad. Razón por la cual apuestan por la política de subsidios y migajas que perpetúan estos males.

      Así las cosas, la educación de nivel necesaria para alcanzar el desarrollo humano es vista como un gasto, como un despilfarro, como un privilegio de unos pocos, y se opta por embrutecer aún más a la población. A propósito, el actual gobierno optó por sacar a Panamá del sistema PISA, el cual evalúa el nivel educativo de los países. Esa es una forma de ocultar el pobre nivel del sistema educativo panameño, y de perpetuar la ignorancia con las secuelas de pobreza y desigualdad que la misma produce.

      Sé que muchos son de la opinión de que en Panamá las oportunidades de trabajo abundan, que la economía es robusta, los índices de desempleo bajos, el salario mínimo el más alto de la región, y que quienes padecen de pobreza es por voluntad propia y por vagos. Sin embargo, semejante análisis tan superficial pasa por alto que, las oportunidades de trabajo precisan de mano de obra altamente calificada, ergo, son aprovechadas por extranjeros mejor capacitados que los panameños que son víctimas de uno de los peores sistemas educativos del mundo.

      De manera que, estamos en una suerte de círculo vicioso en el cual una población no educada tiene que sobrevivir en el sector informal que aglutina al 37% de la fuerza laboral (futuros beneficiarios de 120 a los 70), siendo condenados a depender perennemente del asistencialismo del estado, y del clientelismo político. Mientras que los considerados como clase media, también viven con la soga al cuello por el alto costo de la vida, y la canasta básica que esta por las nubes, gracias a un gobierno importador que promueve la especulación en detrimento de la producción nacional, acabando con las necesarias soberanía y seguridad alimentarias.

      A propósito, el gobierno de turno desde septiembre de 2013 no publica los informes mensuales del costo de la canasta básica. Esa es una forma de ocultar el fracaso mayúsculo en ese particular, de una administración que apeló al tema de la canasta básica como punta de lanza de su campaña política.

      Dicho lo cual señalo que, ningún país puede sobrevivir con un populista modelo de “desarrollo” basado en subsidios y dadivas clientelistas, ni dependiendo del extranjero en el tema alimenticio. Semejante modelo no es sostenible a futuro ni productivo. De modo que, es necesario educar y capacitar a los panameños para insertarlos al desarrollo nacional, y también es preciso que alcancemos la soberanía y seguridad alimentarias.

      En fin, ojalá que alguno de los candidatos presidenciales se tome en serio la tarea de lograr el desarrollo humano de toda la población panameña.

      Saludos cordiales.

      Erick Simpson Aguilera.

      CUADRO PROBEZA EXTREMA

      GRAFICO POBREZA EXTREMA

      POBREZA GENERAL

      GRAFICO POBREZA GENERAL

      Compartir:

      • Facebook
      • Twitter
      • Reddit
      • Pinterest
      • Imprimir
      • LinkedIn
      • Correo electrónico
      • Pocket
      • Tumblr
      | 7 comentarios Etiquetado como desigualdad, Erick Simpson Aguilera Panamá, erradicación de la pobreza, Panamá
    • El rico reino de los mendigos

      Posteado a las 10:29 pm por Erick Simpson Aguilera, el 25 septiembre, 2013

      Por: Erick Simpson Aguilera

      El-Dorado

      Había una vez, un reino pequeño en extensión geográfica y habitantes, pero inmensamente rico en recursos naturales. Gracias a su privilegiada posición geográfica que constituyó al reino en mención en una suerte de paso obligado para las mercaderías de todas partes del orbe, el pequeño reino denominado Congolandia, superó con creces en riqueza a muchos de los reinos hermanos que lo miraban con un aire de desdén e incredulidad, por no decir, de envidia.

      No obstante la gran riqueza del Reino de Congolandia, la mayoría de los habitantes del mismo vivían al margen de dicha prosperidad, y desempeñaban diferentes oficios que eran muy mal remunerados con migajas por la clase dominante denominada Los Sátrapas, los cuales habían secuestrado el reino con todas sus abundantes riquezas, bienes y recursos que administraban con una visión egoísta, malvada y excluyente.

      Así las cosas, en Congolandia reinaba el oportunismo, el juega vivo, la demagogia, la politiquería, y la opulencia de una minúscula elite que ejercía el control y poder, condenando a la pobreza, desigualdad y exclusión social, a la gran mayoría de los habitantes del reino, muchos de los cuales, no se habían enterado que son pobres de hecho, porque la clase dominante les hizo un lavado cerebral anclándoles en sus mentes una etiqueta que reza, clase media. En cuanto a la población más vulnerable del reino, no se han enterado que son ricos en teoría, porque la perversa clase dominante y opresora conocida como Los Sátrapas, los etiquetó de parias sociales que solo merecen migajas en forma de subsidios.

      De manera que, el Reino de Congolandia estaba habitado por los sátrapas en la cúspide de la pirámide social, seguidos por los denominados clase media que, reiteramos, son simple peones que no se enteran de su condición precaria y esclavizada por el alto costo de la vida que los obliga a vivir presos de las deudas, y se conforman orgullosamente con estar mejor que los marginados que ocupan la base de la pirámide social, denominados los excluidos,  los cuales dependen de las migajas que caen de las mesas de sus amos en forma de subsidios, asistencialismo y clientelismo.

      Transcurría la vida en el Reino de Congolandia sin mayores traumas como quiera que, la clase media repetía cual mantra: soy clase media, soy clase media, soy clase media, tengo trabajo, soy acomodado, y con ese lavado cerebral se conformaban mientras vivían encadenados al crédito necesario para mantener su vida superficial y falso estatus social; y los más vulnerables del reino aceptaban de muy buen agrado las migajas de los sátrapas, y se repetían a sí mismos: soy pobre, soy pobre, soy pobre, pero mis muy bondadosos señores amos me dan ricas migajas en forma de subsidios para no morirme de hambre. Mientras, las grandes riquezas del reino producidas por estos esclavos que se juran libres (clase media y baja), era banqueteada y saqueada por los infames tránsfugas, digo, sátrapas.

      Lo curioso de este pintoresco reino es que, en realidad todos eran sumamente ricos; desde los avaros sátrapas, pasando por la clase media, y hasta la baja, absolutamente todos, eran extremadamente ricos, y se llenaban de orgullo cuando en los rankings mundiales, destacaba el Reino de Congolandia como uno de los más ricos de su bananera región.

      Pero, ¿cómo es posible que, un reino tan rico esté lleno de tanta gente pobre?, preguntarán ustedes, apreciados lectores.

      La respuesta a dicha pregunta tan existencial y profunda, no podemos agotarla en un relato tan corto como el presente; no obstante, permítanme esbozarles un breve resumen de los traumáticos orígenes del Reino de Congolandia, con la finalidad de comenzar a desentrañar la psique colectiva, los mitos, y el imaginario nacional, de este pintoresco reino donde los ricos sufren hambre, pasan paramo, son explotados, vilipendiados, ninguneados, vejados, excluidos, y aun así le rinden culto y loas a sus opresores cual si estos fueran unas vacas sagradas, y los consideran excelentísimos, padres de la patria, benefactores, honorables señores, y demás yerbas aromáticas por el estilo.

      Cuenta la historia que en sus orígenes, El Reino de Congolandia era habitado por etnias autóctonas cuyos descendientes habitan dicha tierra hasta el día de hoy, y que en aquellas remotas épocas, fueron invadidos y diezmados –por no decir masacrados– por huestes de presidiarios, asesinos, condenados a muerte, piratas, corsarios, filibusteros, bucaneros, cazadores de fortuna, aventureros, y demás alimañas de la peor calaña, quienes respondían a los intereses de diversos reinos de una tierra lejana en la cual imperaba –mejor dicho, impera– la ley de la rapiña, el robo, y el saqueo.

      Así las cosas, las riquezas de Congolandia fueron expoliadas por los súbditos de los reinos invasores, y se establecieron colonias con regímenes déspotas y tiránicos cuyo sistema de gobierno se basaba en la esclavitud de los habitantes originarios, y de personas traficadas desde un continente lejano para servir como bestias de carga a los intereses mezquinos de los nuevos dueños del reino, los cuales impusieron su nefasto sistema de explotación.

      Con el pasar de los años, los hijos, nietos, y bisnietos de los invasores, nacidos en Congolandia y considerados criollos, léase, de menor categoría que los nacidos en el continente expoliador y parasito, se rebelaron contra sus padres y con la complicidad de los habitantes originarios, de los esclavos extranjeros vilmente traficados a estas tierras, y de la población mestiza y mulata, constituyeron un reino independiente de la perversa, saqueadora, vividora y parasita metrópoli lejana. El pacto de los conspiradores independentistas, consistía en el establecimiento de un reino justo, libre y equitativo, en el cual todos serían dueños de las riquezas de tan privilegiada tierra en partes iguales, sin importar la raza, o clase social.

      No obstante, tan pronto se logró el objetivo independentista, los criollos con unos cuantos mestizos y mulatos, establecieron una nueva elite que traicionó a las grandes mayorías, marginándolas del poder, riquezas, bienes y recursos del reino, y condenándolas a permanecer en la pobreza, desigualdad y exclusión social, de las cuales nunca salieron.

      Pasaron los años y, de alguna manera mágica, los nuevos dueños del floreciente y próspero Reino de Congolandia que secuestraron el poder sin oposición ni resistencia alguna de parte de las grandes mayorías marginadas, borraron la memoria colectiva de los oprimidos (clase media y baja), y lograron convencerlos de que, los únicos dueños de ese rico reino, eran los sátrapas, y que debían sentirse agradecidos que les permitieran vivir en dicha tierra tan prospera, y trabajar para ellos a cambio de salarios de hambre, y que los considerados parias de la base de la pirámide, debían contentarse con una moneda de cambio llamada voto electoral que le ofrecerían para que cada 5 años escogieran a un nuevo verdugo de la clase dominante, léase, de los sátrapas, para que este ejerciera su régimen de terror, rapiña y despojo por dicho periodo.

      De manera que, El Reino de Congolandia está habitado por los descendientes de los presidiarios, condenados a muerte, asesinos, invasores, saqueadores, aventureros, cazadores de fortuna, piratas, corsarios, bucaneros, filibusteros; por los empobrecidos y marginados remanentes de los pueblos originarios cuyos ancestros fueron masacrados; y por los descendientes de los esclavos vilmente traficados desde lejanas tierras. De semejante traumático coctel tan variopinto, se conformó El Reino de Congolandia con su régimen de terror, saqueo, exclusión, y clientelismo.

      Razón por la cual, hasta el día de hoy se sienten las secuelas de la invasión, conquista, masacre –por no decir genocidio–, colonialismo, esclavitud, explotación, saqueo, clasismo, “independencia”, y del neo colonialismo que impera hasta la fecha.

      Moraleja: El primer paso hacia la liberación, consiste en identificar las cadenas. Mientras las denominadas clase media y baja sigan dopadas, inertes, adormecidas, ignorantes, y ajenas a la realidad de la esclavitud, y despojo sistemático del que son objeto; mientras no se enteren que las riquezas del reino son patrimonio de todos los habitantes del mismo, y no exclusivamente de la mentirosa y vividora clase dominante que ha secuestrado el reino y marginado a la mayoría haciéndoles creer que son siervos y peones de una finca privada, y deben por tanto dar gracias por las migajas que les tocan; mientras sigan con las vendas que les impiden ver sus cadenas, y repitiendo mantras de conformismo y pobreza cual etiquetas lava cerebros (soy clase media, me conformo con un salario de hambre y creo que soy rico, pero vivo al límite de la quincena y preso de las deudas; soy pobre, me conformo con migajas, asistencialismo, clientelismo, y subsidios); seguirá el perverso sistema de gobierno basado en la rapiña de unos pocos que controlan todo, y el sufrimiento de muchos que miran la riqueza de lejos, y se conforman con poco, no obstante ser en teoría, extremadamente ricos.

      Despierta de tu sueño congoleño, digo, panameño, y reclama lo que es tuyo. Cuando te toque una cantidad cercana al PIB (PPP) – Producto Interno Bruto Per Cápita, del que tanto se jactan los sátrapas que exhiben cual medallas de plata la segunda posición regional del ranking de riqueza de los países, entonces, estaremos en buen camino; mientras tanto, seguiremos siendo la gran mayoría ricos en teoría, y unos pocos, ricos en la práctica; entiéndase, continuaremos siendo un rico reino de mendigos.

      Saludos cordiales.

      Erick Simpson Aguilera.

      Eclesiastés del sabio Salomón: 10:5 Hay un mal que he visto debajo del sol, a manera de error emanado del príncipe:
      10:6 la necedad está colocada en grandes alturas, y los ricos están sentados en lugar bajo.
      10:7 Vi siervos a caballo, y príncipes que andaban como siervos sobre la tierra. 

      Compartir:

      • Facebook
      • Twitter
      • Reddit
      • Pinterest
      • Imprimir
      • LinkedIn
      • Correo electrónico
      • Pocket
      • Tumblr
      | 3 comentarios Etiquetado como clase media, desigualdad, orbe, secuestrado
    • Congolandia El Reino de los Ilusionistas e Ilusos

      Posteado a las 3:48 am por Erick Simpson Aguilera, el 12 enero, 2013

      Por: Erick Simpson Aguilera

      El Ilusionista

      Érase una vez en un reino lejano conocido como Congolandia, el cual era gobernado con mano de hierro por una casta cuasi sacerdotal denominada Los Ilusionistas, la cual era entendida en enigmas y artes prestidigitadoras –entiéndase en magia o ilusionismo- cuyas habilidades incluían el crear realidades virtuales, universos paralelos, mundos fantásticos de bienestar, y viajes astrales, en las mentes y espíritus supersticiosos de los vulnerables habitantes del mencionado reino, a quienes denominaban Los Ilusos, los cuales en su ignorancia consideraban a estos ilusionistas opresores, una suerte de seres divinos escogidos por la providencia para someterlos de por vida, ergo, debían rendirles culto y sumisión, que, un buen día el orden establecido se vio turbado por un despertar repentino de los oprimidos Ilusos, quienes comprendieron que el supuesto poder, sabiduría, y habilidades de Los Ilusionistas, eran solo una ilusión.

      Es este reino de fantasía, gobernado por Los Ilusionistas, la mayoría de los ciudadanos anhelaban ser aprendices de hechiceros, domadores de serpientes, y rateros profesionales, con la finalidad de tener alguna movilidad hacia la clase dominante. Sin embargo, la casta de Los Ilusionistas era muy hermética, guardaban celosamente sus secretos, y no mezclaban su linaje, de manera que, se garantizara el dominio perpetuo de su progenie elitista, sobre la gran mayoría de Ilusos a quienes cerraban las puertas de ese selecto grupo dominante.

      Así las cosas, los roles estaban bien definidos en el Reino de Congolandia, a saber, una elite de Ilusionistas a la cabeza del reino controlando la gran riqueza producida por la clase oprimida, y la gran mayoría de ciudadanos, léase, Los Ilusos, en la base de la pirámide sufriendo la opresión, esclavitud, vida cara, carencias y limitaciones, pobreza, desigualdad, ignorancia y abandono.

      Era tal el dominio y conocimiento de las artes ilusionistas que tenía la clase dominante que, a base de trucos prestidigitadores, habían convencido a Los Ilusos de que, la pobreza, la desigualdad, corrupción, saqueo sistemático, el hambre, y otras lacras por el estilo, no existían en el Reino de Congolandia, y que dicho reino era el mejor del mundo, un reino de fantasía y bienestar del que se deberían sentir orgullosos de pertenecer, y quién dijera lo contrario, u osara quejarse de su triste y precaria situación, sería acusado y condenado por traición a la patria, sedición, defraudador fiscal que se resiste al cambio, medio de desinformación con una agenda política oculta, enemigo del Estado, y opositor al reino. Todo lo cual, está prohibido y penado por la ley de Congolandia, conocida como El Código del Juega Vivo. De modo que, todos los Ilusos se sometían a las leyes del reino por convencimiento bajo los efectos del hechizo de La Ilusión, o por miedo al  Código del Juega Vivo.

      El mencionado Código del Juega Vivo, también estipulaba el método para renovar el reino al final de la fiesta celebrada en el año del jubileo. Durante el año del jubileo la clase dominante, léase, Los Ilusionistas, escogían dentro de su propia elite, a varios candidatos de su estirpe para que uno de los elegidos reinara por un periodo de cinco años, de modo que se garantizara el dominio del linaje ilusionista sobre los desdichados ilusos a quienes le vendían la ilusión de que eran ellos quienes escogían al nuevo rey.

      De modo que, como hábiles aprendices de hechiceros con la capacidad de fumar bajo el agua, caminar de cabeza, y convertir en zombis a los ciudadanos, los candidatos a gobernar el reino, competían para ver quién era más diestro zombificando a Los Ilusos con pócimas mágicas de promesas vacías, huecas y estériles, que les vendían un paraíso si creían en ellos para ser nuevos reyes.

      Estas pócimas zombificadoras incluían, la promesa de integrar a todos los ciudadanos del reino a la clase selecta y dominante de Los Ilusionistas, acabando así con la desigualdad, el apartheid, y clasismo. Además repartían durante la fiesta del jubileo, otras prebendas materiales inmediatas como jamones, pavos, bicicletas, refrigeradoras, estufas, sacos de cemento, bloques, hojas de zinc, conciertos de reggaetón, bebidas alcohólicas, gorras, sweaters y otros souvenirs alegóricos de los candidatos a reyes, y demás chucherías con que se conformaban los ignorantes Ilusos.

      Así trascurría el devenir en Congolandia cada cinco años, hasta que en el quinto año denominado El Jubileo, se renovaba el reino con un nuevo tirano de turno que se encargaría de perpetuar el corrupto y opresivo sistema político de gobierno, conocido como, La Ilusión.

      El sistema funcionaba; nadie se quejaba y todos vivían conformes en el Sistema de La Ilusión. Hasta que, en  un año de jubileo, entre los candidatos Iluminatis escogidos por la casta de Los Ilusionistas, surgió un candidato oscuro con gran poder de convencimiento, el cual se hacía llamar, El Brujo Mayor, alias Harry Potter.

      Este candidato demostró un gran dominio de las artes mágicas, del ilusionismo, y del manejo de las pócimas del engaño. Su capacidad de mimetizarse con la oprimida clase de Los Ilusos, era tan grande que, parecía uno de ellos; hasta se disfrazaba con los atuendos de las profesiones y oficios desempeñados por los excluidos, hablaba como ellos, y les prometió que, cuando él gobernara el reino, ahora sí, todos los congos (gentilicio de Congolandia) serían ascendidos a ilusionistas.

      Así las cosas, el reino entero sucumbió ante el encanto del nuevo hechicero que se convirtió en el tirano de turno. Pero, para sorpresa de Los Ilusionistas, El Brujo Mayor alias Harry Potter, no estaba dispuesto a compartir su poder con nadie, y cumplió su promesa de tratar a todos los ciudadanos del reino como iguales sin distingo de clase alguna; de manera que, todos vinieron a ser serviles del Brujo Mayor sin importar la estirpe ni el abolengo, implantándose así un nuevo régimen de terror bajo un solo rey y tirano por encima de Ilusionistas e Ilusos.

      Ahora ya sabían Los Ilusionistas lo que sentían Los Ilusos al ser engañados cada año de jubileo con falsas promesas, para ser oprimidos y perseguidos durante cinco años de tiranía, embrujos, ilusiones, corrupción y saqueo. Quien se levantara contra la autoridad de Harry Potter que concentró todos los poderes bajo su puño de hierro, sería perseguido y condenado por traición a la patria, sedicioso, desinformador, calumniador e injurioso, defraudador fiscal, enemigo del Estado, y opositor al régimen.

      La vida de por si dura en el extremadamente rico para pocos y perversamente pobre para muchos, Reino de Congolandia, se tornó mucho más insoportable. Pero aun así,  muchos de los congós estaban bajo los efectos de los hechizos del Brujo Mayor viviendo en una ilusión, y gritaban a los cuatro vientos “Vamos Bien” creyendo que residían en el mejor reino del mundo, no obstante, fueran presas todavía de la desigualdad, pobreza, carencias, vida cara, inseguridad, ignorancia, corrupción y saqueo, pero, con menos libertades que antes.

      Hasta que, un día Harry Potter se metió con un grupo de nativos originarios de Congolandia, quienes vivían en sus propios territorios, bajo sus propias leyes al margen del Código del Juega Vivo, con sus propias costumbres, y ajenos al Sistema Político impuesto por Los Ilusionistas denominado, reitero, La Ilusión.

      Como un solo cuerpo, unidos, y sin temor ni miedo a los ejércitos, hechizos, poderes mágicos, y pócimas del Brujo Mayor, los nativos se enfrentaron al régimen tiránico, y pusieron en raya a Harry Potter quien no pudo despojarlos de sus tierras y ríos. Hecho inaudito que, inspiró a muchos de los oprimidos Ilusos quienes comenzaron a entender que, el poder de Los Ilusionistas y de su epitome Harry Potter, es limitado, e incapaz de someter a un pueblo unido bajo la causa de la libertad.

      Poco a poco, la valentía y el espíritu combativo de los nativos, se fueron expandiendo por todo el Reino de Congolandia, el cual fue sacudido por un despertar de Los Ilusos, quienes entendieron que habían sido estafados viviendo en una ilusión. Así las cosas, Los Ilusos comenzaron a cuestionar el falso e ilusorio sistema de bienestar, las supuestas artes ilusionistas, los conocimientos, y poderes mágicos de la clase dominante, y a realizar que, la misma no tenía nada de divina, pero que sí tenía mucho de vividores, estafadores, y encantadores de serpientes que viven del cuento y la superstición con que manipulan a las mentes sensibles y manejables.

      En fin, está historia continuará, pero su próxima entrega no saldrá hasta el 2014, y se titulará: “La Caída de Los Ilusionistas”.

      Saludos cordiales.

      Erick Simpson Aguilera.

      Nota: Si alguien se siente aludido o identificado con algunos de los personajes de esta novela, por algo será, y no soy responsable por lo que su conciencia le grite a cada cual.

      00

      Compartir:

      • Facebook
      • Twitter
      • Reddit
      • Pinterest
      • Imprimir
      • LinkedIn
      • Correo electrónico
      • Pocket
      • Tumblr
      | 3 comentarios Etiquetado como casta, desigualdad, ilusionismo, sacerdotal
    • Erick Simpson Aguilera

    • Follow Blog via Email

      Escriba su email para ser notificado de nuevos articulos

      Únete a otros 6.150 suscriptores

    • Social

      • Ver perfil de @Erick_Simpson_A en Twitter
    • Entradas Recientes

      • Administración Cortizo rompe récord en deuda pública
      • ¿Ley de retorsión para Europa, o brazos cruzados?
      • ¿Quieres agua?, “anda al río y búscala”
      • Ese dichoso 3%
      • Panamá, a 30 años de la invasión
      • Y ¿qué se los impide?
      • “Se ilumina la precaria nación”
      • Acerca de la reforma migratoria
      • Análisis de las elecciones 2019
      • Mi plan de gobierno
      • Vota por Panamá
      • Analizando el Pacto Migratorio Mundial
      • Panamá 197 años después
      • ¿Eres panameño? Entonces debes, $7,821.76
      • Proyecto Patria
      • Golazo eléctrico en tiempo de mundial
      • Panamá y Colombia, la misma politiquería
      • Los 10 mandamientos de la politiquería panameña:
      • Alí Babá y sus 40 ladrones magos
      • República Marginal
    • Calendario

      enero 2021
      L M X J V S D
       123
      45678910
      11121314151617
      18192021222324
      25262728293031
      « Nov    
    • Twitter

      • Adora a tu Dios youtu.be/KHit3u8Dguc a través de @YouTube 8 hours ago
      • Respirando aire puro, sol y brisa veranera. Cómo da vueltas la vida. Quién diría que respirar aire puro sin bozal,… twitter.com/i/web/status/1… 8 hours ago
      • Adora a tu Dios youtu.be/KHit3u8Dguc a través de @YouTube 1 day ago
      • Adora a tu Dios youtu.be/KHit3u8Dguc a través de @YouTube 5 days ago
      • RAJEM youtu.be/h_x9aIy2tFk a través de @YouTube 1 week ago
      Follow @Erick_Simpson_A
    • Archivo de Entradas

    • Blog Stats

      • 897.132 hits
    • Comentarios recientes

      Anónimo en Administración Cortizo rompe r…
      bertaaliciarodriguez en El mito de la mano de obra ext…
      Erick Simpson Aguile… en ¿Quieres agua?, “anda al río y…
      Rubén Diez en ¿Quieres agua?, “anda al río y…
      Anónimo en ¿Quieres agua?, “anda al río y…

Powered by WordPress.com. Tema: Personal por Obox Themes.

loading Cancelar
La entrada no fue enviada. ¡Comprueba tus direcciones de correo electrónico!
Error en la comprobación del correo electrónico. Por favor, vuelve a intentarlo
Lo sentimos, tu blog no puede compartir entradas por correo electrónico.