Por: Erick: Simpson Aguilera
El cazador preparó la trampa con gran esmero y sigilo; la decoró con un camuflaje perfecto que la mimetizaba con el entorno de tal forma que, era imperceptible para la presa; y como broche de oro, colocó la deliciosa carnada que resultaba un manjar para los ojos y el paladar. Acto seguido, como era de esperarse, la víctima se dejó llevar por el delicioso aroma de la carnada y cayó en la trampa, mientras el cazador gritaba a carcajadas, misión cumplida, ahora no podrás escapar de mi dominio, quedarás inmóvil de por vida, y te despojaré de tu fuerza de voluntad para que no escapes de mi control nunca jamás.
Moraleja: La mejor manera de controlar a un pueblo, de convertirlo en un rebaño de borregos sumisos, de despojarlo de su voluntad, y de anular sus fuerzas para que no puedan luchar por sus derechos y romper las cadenas que les atan es, aplicando negativamente aquel dicho que reza: “Dale un pescado a un hombre y comerá un día; enséñale a pescar y comerá todos los días”; es decir, regalándoles el pescado diario por medio de subsidios de todo tipo, en lugar de proveerles de las herramientas y conocimientos necesarios (educación de calidad) para que se valgan por sí mismos y realicen sus propias pescas para mantenerse.
En el caso panameño, los políticos populistas que monopolizan el poder, han venido aplicando a pie juntillas el manual para control de las masas, con sus políticas de subsidios por doquier, cuyos efectos anulan en sus receptores el deseo de trabajar, de ser productivos, de superación, y convierte a las víctimas (o cómplices) de ese perverso modelo en clientes perennes que, se acostumbran a parasitar del Estado, y miden a los políticos para efecto de favorecerlos con sus votos o no, en base a la cantidad de subsidios que les otorgan, a las dadivas clientelistas que les reparten, y al populismo que practican, tornándose el sistema político, económico, y social panameño, en una suerte de circulo vicioso codependiente de clientelismo político y populismo que, por supuesto, nunca permitirá un verdadero desarrollo humano, y nos mantendrá hundidos en el tercermundismo, hasta que adoptemos un verdadero modelo de desarrollo basado en la educación, producción de valor agregado y la equidad.
Así las cosas, tenemos que, para el presupuesto del año en curso, fueron destinados $1,099.5 (en millones de dólares) para subsidios, los cuáles superan en $117.7 (en millones de dólares) los aportes del Canal de Panamá al Tesoro Nacional que, para el año fiscal 2013 ascendieron a $981.8 (en millones de dólares).
De manera que, estamos gastando en populismo y clientelismo, los aportes anuales del canal y aún más, en lugar de utilizar dichos recursos en educación de calidad para lograr un verdadero desarrollo humano, erradicar el hambre y la pobreza, y cerrar la brecha de inequidad que sufre Panamá, la cual es una de las mayores del planeta de acuerdo al coeficiente de Gini. No existen atajos para lograr el desarrollo humano; la única ruta disponible es la educación y sin ella seguiremos dando vueltas en círculo en el desierto de la desigualdad y el paternalismo.
Como si dicho escenario insostenible fuera poco, al totalizar las partidas destinadas para cubrir los subsidios desde 2010 al 2014, más los desembolsos del PAN, y las partidas circuitales administradas por los diputados en el mismo período, nos encontramos con la espeluznante cifra total de $5,806,846,206.00 millones de dólares, destinados a políticas populistas que no solucionan los problemas sociales de raíz, al ser simples paliativos que crean una ilusión, mientras los problemas estructurales siguen vigentes.
Es importante destacar que, la cifra total de subsidios, partidas circuitales, y desembolsos del PAN (no estoy seguro si las partidas circuitales y el PAN son una sola cifra, o dineros aparte, pero de todas formas, no agregué los salarios de los diputados que considero un desperdicio dado su pobre aporte a la patria y opino que deberían cobrar si acaso la mitad, ni el subsidio a los partidos políticos que es otro dinero botado a la basura en mi opinión, así que una cosa compensa a la otra), supera en $1,285,892,249.33, al costo total de la ampliación del Canal de Panamá, la cual asciende a $4,520,953,956.67 millones de dólares.
Aclaro que, las cifras anuales de subsidios proyectados son aproximadas debido a que no encontré algún informe gubernamental sobre el particular, y tuve que recurrir a las cifras del Diario La Prensa, las cuales variaban de las de los otros medios que presentaban cifras aún mayores; es decir, puede que las cifras de subsidios presupuestados y finalmente otorgados sean mucho más abismales. Ojalá les diera a las nuevas autoridades por publicar un informe transparente sobre el particular, el cual refleje las cifras anuales de subsidios pagados durante el último quinquenio y en la actualidad, para que conozcamos la situación real del Estado paternalista que estamos construyendo. Mientras tanto, sigamos con el ejercicio de aproximación que nos ocupa, el cual nos arroja algo de luz.
Definitivamente que, “no entiendo” (en realidad si lo entiendo y lo expliqué en la parábola al principio del articulo) qué pretenden los políticos que administran la cosa pública con sus políticas populistas, clientelistas, y parasitarias, con la promoción del paternalismo y la ley del esfuerzo mínimo; con su endeudamiento público astronómico; con su ataque constante a la institucionalidad democrática; con la falta de rendición de cuentas y cero transparencia; con la corrupción e impunidad que corroe el sistema político panameño; con la ausencia de un sistema judicial independiente y funcional; y demás malas artes por el estilo que, llevarán al país a la quiebra económica, política, social, y moral, sino hacemos algo pronto para erradicar toda esta podredumbre que tiene el sistema a punto de colapsar.
En fin, o nos organizamos los ciudadanos para rescatar nuestra patria del secuestro politiquero de la que es rehén, o seguiremos en manos de estos señores, a los que el cerebro no les da para nada más que, para andar inventando subsidios para obesos, pandilleros, mujeres embarazadas, estudiantes nocturnos, y para legislar acerca de la cutarra, el sancocho, bloqueadores solares, y demás hierbas aromáticas por el estilo, hasta que descubramos a las malas (quebrando) como muchos países europeos que, el Estado de bienestar sin control, con un sistema educativo mediocre, sin producción de valor agregado, sin ingresos fiscales robustos, con déficit fiscal, y con el 39% de tu fuerza laboral trabajando en el sector informal, es decir, sin tributar al fisco ni cotizar seguridad social, es insostenible y está destinado al colapso y fracaso. Que Dios nos libre de entrar en un ciclo económico de contracción, porque se vendría el castillo de naipes al piso -como sucedió en España- al no poder soportar la carga de subsidios que son fáciles de aprobar, pero difíciles de retirar.
Si nos sentamos a esperar que los cambios provengan de quienes han creado todo el caos que debemos solucionar, nos estrellaremos con la dura realidad de que, estos señores no pueden mejorar nada, comoquiera que, ellos son, reitero, los responsables de esta debacle, y sus actos recientes, a saber, candidato a Contralor de su propio Órgano del Estado, repartición de subsidios populistas por doquier, y promoción de leyes que rayan en la ridiculez extrema, demuestran que están dispuestos a pronunciar aún más, los vicios y yerros del colapsado sistema político panameño que precisamos resucitar mediante una Constituyente Originaria.
Saludos cordiales.
Erick Simpson Aguilera.