PANAMÁ BLOG

Erick Simpson Aguilera
PANAMÁ BLOG
  • About
  • Apología de Sócrates
  • Cómo Ganar Amigos
  • EL HOMBRE MEDIOCRE
  • EL PRÍNCIPE
  • La Mafiocracia en Panamá
  • Las Fuerzas Morales
  • POLÍTICA – ARISTÓTELES
  • Por qué el agua es un servicio público:
  • 4000 Años de Controles de Precios
  • Manual de Carreño
  • LISTADO DE TRÁNSFUGAS
  • ANTEPPROYECTO CONSTITUCIONAL
  • GOBERNAR PARA LAS ÉLITES
  • Etiqueta: constituyente

    • Un llamado a la sociedad civil

      Posteado a las 7:14 pm por Erick Simpson Aguilera, el 31 marzo, 2016

      Por: Erick Simpson Aguilera

      Disolución-sociedad-civil

      Buen día queridos lectores.

      Con el mayor de los respetos quisiera hacerle un llamado a la sociedad civil organizada panameña y a los ciudadanos en general, a tenor de mis siguientes acotaciones.

      En primera instancia quiero señalar que el papel de la sociedad civil panameña en el quehacer nacional es fundamental en virtud del vacío dejado por los principales actores de la cosa pública, a saber, partidos políticos que son un lastre y una suerte de aparatos electoreros anacrónicos; gremios estudiantiles y de educadores -que en otrora tenían un peso en el acontecer nacional y hoy día brillan por su ausencia-; gremios empresariales que carecen de conciencia social y todo lo miden monetariamente; sindicatos y asociaciones de trabajadores que con todo el derecho velan por sus intereses particulares pero carecen de una visión integral del país, léase, pecan de egoístas; ambientalistas que sucumben a los altos salarios pagados en el sector publico los cuales apagan sus voces en otrora beligerantes y hoy callan ante los crímenes ambientales que todavía sufre el país; líderes religiosos que han dejado de tener una voz de vehemente condena ante los exabruptos cometidos por la clase política; etcétera.

      Así las cosas, la sociedad civil es el último bastión que se mantiene de pie en la crisis de valores que sufre el país la cual es propiciada por los tres Órganos del Estado que son los que enferman al resto de la sociedad panameña que coquetea con el desastre y el colapso.

      Para aquellos que consideren mis apreciaciones como pesimistas y en extremo apocalípticas, quisiera plantearles el siguiente dilema:

      Si el sistema de pesos y contrapesos colapsa en un país que por ende se queda sin separación de poderes y más bien se rige por un contubernio entre los Órganos del Estado para delinquir; si el poder legislativo solo legisla para los intereses de los diputados y de sus cúpulas políticas en detrimento de la patria; si dicho poder no fiscaliza como le corresponde constitucionalmente y más bien protege a los magistrados de la Corte archivando las denuncias en contra de los mismos; si el poder judicial tiene una mora que asusta; si la justicia que aplican es selectiva, clasista y se basa en la impunidad del mejor postor; si dicho Órgano del Estado archiva haciendo gala de un pacto de no agresión, las denuncias en contra de los diputados que no han rendido cuentas por los $416,678,206.00 millones de dólares en partidas circuitales que manejaron; si el poder ejecutivo no ejecuta, peca de lento, no combate las malas prácticas de antaño que tanto daño nos hacen como son el nepotismo, clientelismo político, populismo, subsidios por doquier, etcétera; y como si esto fuera poco le otorga contratos multimillonarios a una empresa desprestigiada mundialmente como es la brasileña Odebrecht cuyo principal accionista cumple una pena de prisión de 19 años por lavado de dinero, corrupción de funcionarios públicos, y por integrar una banda criminal, jugando de esta forma con el patrimonio y las finanzas publicas de todos los panameños al arriesgar tamaña suma de dinero con una empresa dada a las coimas que ya comienza a sufrir en su capacidad financiera tras la rebaja de calificación de riesgo que le aplicó la agencia Standard & Poor’s (S&P), etcétera, ¿cómo se supone que debemos calificar a semejante escenario de terror que refleja la crisis institucional que sufrimos?

      Dicho eso, quiero reiterar mi llamado a la sociedad civil organizada panameña y a los ciudadanos de a pie para que nos tornemos más beligerantes comoquiera que, la clase política nos ha demostrado que son un caso perdido, que son unos cínicos con un discurso de transparencia cuando son oposición y otro de tolerancia a la corrupción cuando son gobierno, que carecen de vergüenza, y que ya ni siquiera disimulan sus abusos contra erario público, ni sus asociaciones con bandas criminales. Panamá vive una hora crucial en la cual tenemos que decidir si seguiremos hablando bonito y huecamente, si seguiremos siendo políticamente correctos, dándonos ínfulas en los medios de comunicación como grandes gurús y comentaristas políticos que solo hablan y filosofan pero no proponen soluciones reales ni acciones concretas.

      Es preciso que realicemos de una vez por todas que la clase política no renunciará a sus prebendas fueros y privilegios; que no modernizarán el tema constitucional mediante una nueva carta magna; que no legislarán un instrumento legal de contrataciones públicas que impida la participación en licitaciones de empresas forajidas que están saqueando Panamá porque ellos son cómplices del saqueo y les conviene que todo siga igual o peor; que nunca harán una reforma electoral verdadera que les quite el poder de poner y quitar reyes a los donantes secretos que titiritean el sistema; etcétera; si todavía no entendemos todo esto, la palabra ingenuos es un piropo para lo que verdaderamente somos.

      En fin, o la sociedad civil panameña es parte de la solución o lo será del problema al ser disuelta por inoperante y engullida por el sistema corrupto que tiene a Panamá al borde del colapso institucional. Sí, yo sé que muchos ilusos creen que el problema era Martinelli y que con la llegada de Varela todo el sistema se saneó por arte de magia, y por eso han bajado la guardia, caído en el letargo y viven en la ilusión de que todo marcha bien. Sin embargo, la presencia omnipresente de la empresa Odebrecht en el quehacer nacional, es uno de los muchos indicios que me indican que todo sigue igual y en franco deterioro.

      Llegó la hora pueblo panameño de despertar del sueño y actuar como los guatemaltecos y brasileños, entiéndase, tomarnos las calles y presionar hasta que el sistema cambié, porque de lo contrario el Estado fallido está a la vuelta de la esquina. Es solo cuestión de que mermen las finanzas, se incremente la deuda pública, y se resienta la economía nacional, para que explote peligrosamente el descontento generalizado de los ciudadanos sufriendo estrechez y nos demuestre a las malas dicha explosión social que Panamá no es inmune al colapso socioeconómico que han sufrido países hermanos del área que hoy por hoy están sumidos en el caos, la violencia e ingobernabilidad, y entonces se acordarán de mí. Dios quiera que me equivoque. Para los efectos de evitar el colapso institucional, es preciso el liderazgo de las asociaciones de la sociedad civil organizada que tienen el poder de convocatoria y deben por tanto articular y consolidar sus esfuerzos para lograr el cometido común de movilizar al país en contra de los abusos de los politiqueros, los cuales amenazan con dar al traste la sana convivencia y el clima de paz, conduciéndonos al despeñadero.

      Saludos cordiales.

      Erick Simpson Aguilera.

      Compartir:

      • Facebook
      • Twitter
      • Reddit
      • Pinterest
      • Imprimir
      • LinkedIn
      • Correo electrónico
      • Pocket
      • Tumblr
      | 2 comentarios Etiquetado como asamblea nacional, Órgano Judicial, constituyente, contrataciones públicas, crisis de valores, Erick Simpson Aguilera, Juan Carlos Varela, legislar, Odebrecht, organos del estado, Panamá, poder ejecutivo, ricardo martinelli, sociedad civil
    • Prohibido olvidar

      Posteado a las 11:10 pm por Erick Simpson Aguilera, el 20 diciembre, 2015

      Por: Erick Simpson Aguilera

      panama-invasion

      A veintiséis años de la invasión yankee al Istmo de Panamá, es menester realizar un análisis para determinar qué tanto hemos avanzado, retrocedido o nos hemos estancado desde aquella nefasta y triste fecha del 20 de diciembre de 1989.

      Dicho eso, entramos en materia:

      I- Condición:

      Corría el veinte de diciembre de 1989 cuando el ejército estadounidense invadía el Istmo de Panamá en plena vísperas de navidad para que su crimen de lesa humanidad fuera más sorpresivo, severo y dañino.

      Dicha invasión fue la culminación de una agenda trazada por la principal potencia del mundo en complicidad con la elite criolla para desconocer los Tratados Torrijos – Carter que establecían una fecha límite a la presencia del ejército norteamericano en el Istmo de Panamá.

      Sí, ya sé que, mi versión de los hechos suena extremadamente dura e incómoda, de manera que, si usted apreciado lector, prefiere la versión políticamente correcta y embustera, según la cual los norteamericanos son los buenos de la película que nos liberaron a los panameños del mal causado por ellos mismos (la dictadura militar), respeto su preferencia y estado de negación, y le hago la salvedad que mi versión se pondrá cada vez más fuerte y quizás usted no esté preparado mental y psicológicamente para una dosis tan alta de cruda realidad como la que estoy exponiendo.

      Hecha la salvedad, seguimos:

      II- Causas:

      La mencionada agenda yankee que culminó en la invasión comenzó con la crisis económica que provocó Estados Unidos al congelar depósitos panameños en USA reduciendo severamente la circulación del dólar en la economía nacional, con el fin de crear a través de ese bloqueo malestar en la población que ante la estrechez económica sin duda se levantaría en contra del régimen militar que dicho sea de paso, era creación e instrumento de la potencia en cuestión, la cual como suele hacer, una vez cumplidos sus perversos cometidos, descarta a sus instrumentos malinchistas (la dictadura militar) por ser caducos en su agenda de dominio mundial, reemplazándolos con nuevos actores, léase, la oligarquía sátrapa que hasta el sol de hoy responde a los intereses de Estados Unidos en detrimento de un proyecto de desarrollo nacional.

      La idea norteamericana con su bloqueo económico e invasión militar era acabar con la economía y el ejército panameño, con el fin de colocar en el poder como dijimos, a una elite oligarca entreguista que negociara un nuevo tratado permitiendo la permanencia de las bases militares y el enclave colonial zonian (Zona del Canal) en suelo patrio más allá de la fecha límite establecida en los tratados Torrijos – Carter (31/12/99).

      Sin embargo, el resultado de la invasión fue un genocidio de civiles de proporciones mayúsculas de tal magnitud que, su repercusión dejó en evidencia a Estados Unidos que tuvo que conformarse con colocar en el poder a la elite oligarca pro yankee, la cual hasta el día de hoy gobierna a Panamá con pobres resultados en materia de desarrollo humano no obstante el gran crecimiento económico que ha experimentado la nación; crecimiento económico éste que, ha sido dilapidado por la corrupta clase política pro estadounidense que nos desgobierna desde hace 26 años.

      III- Criterio:

      Lo que procedía si en verdad Estados Unidos quería liberar a Panamá del régimen del dictador Manuel Antonio Noriega, que dicho sea de paso, fue un gran aliado de Estados Unidos y hasta se dice que estaba en la nomina de la CIA como agente al servicio del imperio yankee, era el arresto del sujeto en cuestión para que lo procesaran y condenaran por sus delitos sin masacrar a miles de panameños inocentes ni bombardear a nuestro país hasta postrarlo en la ruina política y económica como hicieron.

      IV- Efectos:

      Los efectos de la invasión estadounidense al Istmo de Panamá hasta el día de hoy los sufrimos comoquiera que, dicha oscura fecha del 20 de diciembre de 1989 marcó un antes y un después en la historia patria al quedar el país repleto de armas y permanecer el espíritu de muerte desatado por el imperio del mal aquella triste fecha. Espíritu de muerte éste que nunca se ha ido de Panamá que pasó de ser un país relativamente pacifico, a un país en el que proliferaron los crímenes, secuestros, asesinatos, narcotráfico, ajusticiamientos y una larga lista de flagelos a los que no estábamos acostumbrados los panameños antes de la invasión. Por eso cuando veo como quedan presa de la inseguridad países invadidos por Estados Unidos como Iraq, me identifico con ellos por haber vivido esa película -guardada las proporciones- en Panamá.

      En cuanto a las pérdidas de vidas humanas, nada podrá sanar el dolor de los familiares de las víctimas del genocidio yankee, y solo Dios sabe cuántos panameños y panameñas con un gran potencial que podía beneficiar a nuestra patria, fueron cortados de la tierra de los vivientes porque así le plació a Estados Unidos cuando decidió invadirnos dando muerte a miles de inocentes para “librarnos” de su agente de la CIA.

      Con relación al reemplazo de la dictadura militar que fue una creación de Estados Unidos no solo para Panamá, sino para toda LATAM en cuyos países colocaron como gobernantes a militares títeres entrenados en la nefasta Escuela de las Américas que estaba localizada en Panamá, por la oligarquía criolla que es enemiga del desarrollo humano, y ama la desigualdad, pobreza, pésima educación, populismo y clientelismo político por ser dichos vicios la plataforma que les permite perpetuarse en el poder y controlar a las masas desgobernadas, basta decir que a 26 años de la invasión hemos retrocedido en materia de justicia social toda vez que, después del General Omar Torrijos que pese a sus muchos defectos y yerros logró importantes conquistas sociales a favor de las masas desposeídas y marginadas, no hemos tenido un proyecto de inclusión social nacional.

      De modo que, desde mi punto de vista, tanto la dictadura militar como el gobierno oligarca pos-invasión, son dos expresiones que reflejan el dominio y agenda estadounidense sobre el Istmo de Panamá, salvo contadas excepciones de algunos gobernantes de ambos periodos que se salvan, ergo ninguna de estas dos formas de gobierno han respondido ni responden a los intereses del pueblo panameño, pero obedecen a Estados Unidos y sus intereses.

      Juventud panameña, es importante que sepas que, cuando te hablan de las atrocidades cometidas por la dictadura militar, te están diciendo la verdad, pero lo que no te dicen es que dicha dictadura era avalada y apoyada por Estados Unidos y que la oligarquía panameña no salía de los cuarteles y prosperaron en ese periodo. De modo que, Estados Unidos, los militares, y la oligarquía panameña son socios de una misma agenda pro-colonialista. De hecho, la Constitución de la dictadura militar sigue vigente y la oligarquía la considera un aliado e instrumento clave para desgobernar y saquear el país.

      Lo diré crudamente para hacerme entender, juventud panameña, no somos un país independiente y por eso antes y después de las elecciones algún emisario estadounidense visita el Istmo y se reúne con los candidatos o autoridades electas y hasta arman formulas y alianzas electorales en la embajada norteamericana como la que catapultó al poder a un expresidente de no grata recordación que reside precisamente en USA. Desde 1903 hasta la fecha, hemos sido víctimas de una ilusión de libertad y soberanía, y de una manipulación pura y dura que nos impide ver nuestra realidad.

      V- Recomendación:

      Para lograr la independencia de Panamá (reitero, somos un protectorado que sigue a USA en cuanta coalición y guerra declare) debemos ser inteligentes y no unos fanáticos quijotescos. Es decir, no se trata de declararle la guerra a la principal potencia del mundo, ni de alinearnos con dictaduras tropicales bananeras de corte socialista, ni de cambiar de tirano buscando la ayuda de China u otra potencia emergente para seguir siendo oprimidos.

      De manera que, lo que procede a corto plazo es que el pueblo panameño se empodere e impulse una constituyente que comience a definir un proyecto país viable que gire en torno al desarrollo humano, la justicia social y la equidad.

      Para logarlo, debemos definir quiénes son nuestros aliados para desarrollar y liberar a nuestra nación, y quiénes son los sátrapas entreguistas que responden a intereses foráneos y por eso nunca se han preocupado por romper las cadenas de desigualdad y pobreza que atan al pueblo panameño.

      Saludos cordiales.

      Erick Simpson Aguilera.

      Compartir:

      • Facebook
      • Twitter
      • Reddit
      • Pinterest
      • Imprimir
      • LinkedIn
      • Correo electrónico
      • Pocket
      • Tumblr
      | 0 Comentarios Etiquetado como constituyente, Erick Simpson Aguilera, Invasión de Panamá, Tratados Torrijos - Carter
    • La justicia panameña se tambalea

      Posteado a las 9:21 pm por Erick Simpson Aguilera, el 13 noviembre, 2015

      Por: Erick Simpson Aguilera

      LadyJusticeMoney_zps4e3d7440

      Compraventa de medidas cautelares; magistrados de la Corte Suprema que se acusan unos a otros de vender fallos; exmagistrados juzgados por corrupción y otros casos; el presidente de la Corte fuertemente descalificado por la sociedad panameña, impidiéndole dicha presión ciudadana fungir como juez de garantías en caso Financial Pacific; otro magistrado atascado en plena era de la información por un simple email que alega desconocer y en consecuencia no notifica al expresidente Ricardo Martinelli respecto a un proceso judicial en el que es señalado, dilatando el magistrado con dicha ineficacia y lentitud propia de la era de las cavernas, el proceso en cuestión; mora judicial; y una serie de etcéteras por el estilo, dan fe del estado deplorable de la administración de justicia panameña.

      Así las cosas, no me sorprendería que fuera cierto el supuesto caso (respetando la presunción de inocencia) de la denominada “Taquilla”, el cual desnuda las miserias de la administración de justicia panameña que cual mercado persa se ha constituido en una institución que trafica con la justicia vendiéndola al mejor postor cuyo poder adquisitivo le permita comprar su libertad mientras miles de panameños son encerrados sin procesos judiciales en mazmorras por no disponer de los medios económicos para probar su inocencia (el mundo al revés y la presunción de inocencia de los pobres al garete) o comprar su impunidad -si son maleantes de poca monta- como sí hacen los privilegiados que gozan de licencia para delinquir, de patente de corso, y están por encima de la ley panameña que no puede coartar sus libertades aun habiendo meritos legales para ello por ser infractores.

      Tal parece que el Foro Económico Mundial está en lo correcto cuando señala en el Índice de Competitividad Global 2015, que la administración de justicia panameña es una de las peores del planeta por carecer de independencia judicial. No en vano tenemos dicha mala fama mundial tan vergonzosa, toda vez que quienes administran justicia en Panamá se la han ganado a pulso por su pobre y muchas veces corrupto, proceder.

      En fin, solo espero que la caja de pandora siga demostrando la esencia y bellezas de nuestra paupérrima administración de justicia a todos los niveles (no solo en mandos medios y bajos), con la finalidad que los ciudadanos despertemos del letargo de la zona de confort, tomemos conciencia, y nos estremezcamos moralmente con la cruda realidad del país en el que vivimos, el cual no es un lugar seguro en cuanto a justicia se refiere, porque mientras no realicemos el estado agonizante de nuestras instituciones -incluidos los otros poderes del Estado- seguiremos sin entender el por qué muchos de los que se benefician del corrupto sistema jamás aceptarán cambiarlo vía una constituyente que modernice y adecente al país, y seguirán promoviendo a perpetuidad como modelo de Estado a la banana republic aldeana y sin ley que hoy día tenemos como nación, a la cual explotan y saquean impunemente como si de una vulgar finca privada de su propiedad se tratara.

      También espero que,  algún día antes del año 3000, el Magistrado Jerónimo Mejía encuentre la “misteriosa y oculta formula científica” que le permita notificar al diputado del Parlacen.

      Saludos cordiales.

      Erick Simpson Aguilera.

      ind jud

      ind jud latam

      ind jud latam graph

      Compartir:

      • Facebook
      • Twitter
      • Reddit
      • Pinterest
      • Imprimir
      • LinkedIn
      • Correo electrónico
      • Pocket
      • Tumblr
      | 1 comentario Etiquetado como Índice de Competitividad Global 2015, constituyente, Erick Simpson Aguilera, foro económico mundial, justicia panameña, Magistrado Jerónimo Mejía, magistrados de la Corte Suprema, medidas cautelares, ricardo martinelli, venta de fallos
    • Marcha por la justicia y contra la impunidad

      Posteado a las 5:08 pm por Erick Simpson Aguilera, el 10 septiembre, 2015

      Por: Erick Simpson Aguilera

      ¿Por qué es necesario que el pueblo panameño marche de frontera a frontera incluyendo islas y comarcas?

      Bien; veamos:

      1- En primer lugar, porque el país fue víctima de un saqueo sin parangón que se presume ronda los miles de millones de dólares y no estamos conformes con la forma como el sistema de “justicia” está abordando éste tema.

      2- Porque la Corte Suprema de Justicia, compuesta por 9 magistrados que son empleados de todos los ciudadanos panameños que somos sus jefes, por ser contratados dichos funcionarios con nuestros impuestos para impartir justicia, se niega a investigar como corresponde a algunos diputados nacionales y del Parlacen sobre los cuales pesan denuncias muy graves, a saber: uso injustificado de partidas circuitales por el orden de $416,678,206.00 millones de dólares, además de los múltiples casos por supuesta corrupción de ribetes no solo nacional pero también internacional, que pesan sobre un diputado del Parlacen sin que la Corte muestre interés alguno en deslindar éstos temas en justicia, buena lid, y con prontitud, lo que no implicaría si lo hicieran que dicho diputado del Parlacen sea culpable de los muchos casos por supuesta corrupción en que se le señala, pero sí que debe rendir cuentas y ser investigado como cualquier panameño mortal, cosa que la Corte no está haciendo.

      A propósito ¿cuántos siglos o milenios le tomará a la Corte fallar respecto a la inconstitucionalidad de la nefasta ley 55 conocida como ley blindaje, la cual constituye una ruta de escape para no pocos infractores?

      No sé, quizás yo estoy equivocado, pero en mi opinión, si un empleado o funcionario público no cumple con sus obligaciones (por las cuales devenga un salario) en el tiempo oportuno -no cuando le da la gana- debe ser destituido e investigado por obstruir la  justicia por la que debiera velar.

      La pregunta es ¿contemplan las leyes panameñas algún instrumento para destituir a un magistrado de la corte si éste en lugar de impartir justicia se constituye en un obstáculo a la misma promoviendo la impunidad, o dichos funcionarios tienen licencia para no cumplir con sus funciones y tenemos que aguantárnoslos 10 años sí o sí aunque su accionar u omisiones afecten gravemente a la patria?

      Si la respuesta es que no existe un instrumento legal para medir el desempeño de los magistrados y destituirlos si no cumplen con sus funciones afectando así a toda la nación, entonces reconozcamos que damos pena como país, que nuestras leyes son un chiste, y que somos una vulgar aldea estilo banana republic diseñada para que la impunidad florezca y prosperen las malas artes de la politiquería y la corrupción. Si por el contrario, la respuesta es que sí existen los mecanismos legales para destituirlos, pues a quién le corresponde aplicar dicha destitución, comoquiera que, no veo que nadie les exija a los magistrados cumplir con sus funciones por las cuales les pagamos.

      3- En cuanto a la Asamblea Nacional de diputados, razones no nos faltan para marchar tomándonos las calles como hicieron nuestros hermanos guatemaltecos, toda vez que, los 71 diputados que componen el Órgano Legislativo insisten en burlarse de 4 millones de panameños aprobando leyes para blindarse no solo por sus funciones parlamentarias, pero en general, aún cuando la Constitución prohíbe los fueros y privilegios.

      Además, algunos diputados se niegan a darle trámite a las graves denuncias que pesan sobre ciertos magistrados de la Corte demostrando con ello una suerte de pacto de no agresión donde los magistrados no investigan a los diputados nacionales por el uso sin justificar de millonarias partidas circuitales, ni a los del Parlacen por los casos de supuesta corrupción que afrontan, mientras los diputados no investigan las serias denuncias que pesan sobre algunos magistrados de la Corte, reinando así la impunidad que corroe todo el sistema político.

      Dicho esto, resulta obvio que el sistema de supuestos pesos y contrapesos entre los poderes del Estado no está funcionando en Panamá, que se está cayendo a pedazos ante nuestros ojos por su propio peso de inoperancia, y que mejor dicho: colapsó hace rato por el contubernio entre los Órganos del Estado para violar impunemente la ley sin rendirle cuentas a los 4 millones de panameños que somos sus jefes y quienes pagamos sus salarios, demostrando ésta situación que una constituyente para adecentar a nuestra nación es impostergable.

      4- Con relación al Órgano Ejecutivo, no es que desee su destitución en pleno; a propósito, si en mis manos estuviera, sí evaluaría a los 9 magistrados de la Corte y los destituiría si hubiera meritos legales para hacerlo, y me daría lo mismo si los 71 diputados de la Asamblea -blindados inconstitucionalmente- se quedan sin su curul, toda vez que no veo el beneficio real de su pobre aporte al quehacer político nacional; todo lo contrario, considero que dejan mucho que desear, que no legislan nada favorable al pueblo, pero sí a favor de ellos, de la elite, y de sus partidos, ni tampoco los veo fiscalizar absolutamente nada como se supone es su deber hacerlo. Sin embargo, en cuanto al Presidente Juan Carlos Varela se refiere, reitero, no considero que haya meritos para pedir su destitución como sí aconteció en Guatemala con Otto Pérez Molina, pero sí es necesario que marchemos para hacerle saber al Órgano Ejecutivo lo siguiente:

      • Que no estamos conformes con su extraña relación con la desprestigiada empresa brasileña Odebrecht, cuyo dueño se encuentra preso en Brasil por supuestos actos de corrupción y no obstante eso, el actual gobierno panameño le ha concedido a dicha empresa contratos que suman $2,394 millones de dólares (Línea 2 del Metro y Renovación de Colón).
      • Que no aprobamos ni entendemos los $ 7 millones de dólares pagados a la empresa Cobranzas del Istmo cuyo dueño está detenido preventivamente (casa por cárcel) por supuestos actos de corrupción.
      • Que rechazamos la adenda por $3.7 millones de dólares a favor de la empresa Hidalgo & Hidalgo cuyos directivos se encuentran detenidos en Panamá por supuestos actos de corrupción en el proyecto Riegos de Tonosí.
      • Que despreciamos el nepotismo, amiguismo, y partidismo que utilizan como regla para nombrar a altos funcionarios en puestos claves afectando con estas malas prácticas a industrias tan importantes como el turismo.
      • Que nos preocupa la forma lenta, improvisada, y errática en que están manejando la economía nacional que cada día se resiente más.
      • Que exigimos un cambio de gabinete en aquellas carteras en las cuales resulta obvia la inoperancia de sus ministros, lo cual afecta el buen desenvolvimiento del país que es impactado negativamente por tanta ineficacia.
      • Y que no estamos de acuerdo con los recortes presupuestarios sufridos por el Ministerio Publico que más bien requiere de mayores recursos financieros para crear nuevas fiscalías y no de recortes que impidan el desempeño de sus funciones y entorpezcan las muchas  investigaciones de alto perfil que realizan.

      En fin, asistimos a la debacle del sistema político panameño que se cae a pedazos y está hecho añicos por tantos años de abusos que alcanzaron su cenit en el pasado quinquenio que dejó al país en estado de coma y con respiración artificial, ergo, no es asunto de curitas. O componemos el sistema de raíz, o se caerá sin que nadie pueda impedirlo, comoquiera que la inercia, la dinámica de rompimiento, y la caída libre, ya están dadas, y si no controlamos dicha caída para que sea ordenada (constituyente), los efectos de la hecatombe política sin control, serán devastadores para todos los panameños que sufriremos las consecuencias sin discriminación por no actuar oportunamente cuando debimos hacerlo.

      Finalizo exhortando a todas las fuerzas vivas del país, a saber: a los trabajadores, empresarios, ciudadanos de a pie, gremios (maestros, profesores, padres de familia, médicos, enfermeras, etcétera), sindicatos, campesinos, indígenas, organizaciones de la sociedad civil, tuiteros, estudiantes, medios de comunicación, y demás, a organizarnos para marchar exigiendo justicia y cero impunidad, no una vez, sino muchas, hasta que logremos evitar el rompimiento del orden constitucional al que nos dirigimos inexorablemente y en caída libre, gracias a unos funcionarios que no respetan la Constitución ni las leyes a las que pisotean un día sí y otro también, desafiando con sus malas prácticas -como la impunidad; por mencionar una- a 4 millones de panameños.

      O tomamos cartas en el asunto imitando el buen ejemplo de nuestros hermanos guatemaltecos, u optamos por cruzarnos de brazos debido a la indolencia, pereza, comodidad que ofrece una falsa zona de confort que constituye una cuerda floja y un auto-robo (subsidios, dadivas y demás prebendas clientelistas), cobardía, falta de patriotismo, agendas ocultas, afiliación político partidista, e intereses creados, mientras se hunde el país y terminamos convirtiéndonos más temprano que tarde -con todo respeto- en el nuevo México, Venezuela, o Colombia; y después que nadie llore cuando eso acontezca sumiéndose Panamá en el caos, la violencia, la crisis económica (deuda pública abismal, saqueos multimillonarios, cero transparencia, ni rendición de cuentas), y la ingobernabilidad que nos impulsen a emigrar a otros lares cuando podríamos vivir prospera y equitativamente en nuestro propio suelo patrio. Un país petrolero y rico como Venezuela nunca pensó en convertirse en una nación de emigrantes, pero cometieron los mismos errores políticos, sociales y económicos que nosotros cometemos hoy día y lo demás es historia.

      Saludos cordiales.

      Erick Simpson Aguilera.

      Despierta Panamá.

      Compartir:

      • Facebook
      • Twitter
      • Reddit
      • Pinterest
      • Imprimir
      • LinkedIn
      • Correo electrónico
      • Pocket
      • Tumblr
      | 2 comentarios Etiquetado como Asamblea Nacional de Diputados, Órgano Ejecutivo, ciudadanos, constituyente, corte suprema de justicia, Diputados, Erick Simpson Aguilera, impunidad, justicia, ley blindaje, magistrados, Marcha, Odebrecht, Otto Pérez Molina, Panamá, Presidente Juan Carlos Varela
    • Democraticemos a Panamá

      Posteado a las 8:31 pm por Erick Simpson Aguilera, el 5 septiembre, 2015

      Por: Erick Simpson Aguilera

      bandera rostros

      Según el famoso Google, democracia significa lo siguiente:

      Democracia:

      1- Sistema político que defiende la soberanía del pueblo y el derecho del pueblo a elegir y controlar a sus gobernantes.

      2- Régimen político basado en esta doctrina.

      • Democracia directa:

      Democracia en la que el pueblo ejerce su soberanía directamente sin la intermediación de órganos representativos.

      «La democracia ateniense era una democracia directa en la que se convocaba a todos los ciudadanos en la plaza pública, el ágora, y una vez reunidos tomaban las decisiones»

      • Democracia popular:

      Nombre que se daban a sí mismos los regímenes de los países socialistas de la Europa del Este.

      «Los socios comunitarios se enfrentaban a un triple reto: la materialización del espacio único europeo en 1993, la asunción de la cuota correspondiente en la crisis del Golfo y el ordenamiento de los procesos democratizadores iniciados en las antiguas democracias populares y en la URSS»

      • Democracia representativa:

      Democracia en la que el pueblo ejerce su soberanía a través de los órganos representativos que se eligen por votación.

      «La democracia representativa es la que se proclama en nuestros días y supone que los ciudadanos delegan las funciones de gobierno en personas elegidas por ellos mismos»

      3- Estado que tiene este régimen político.

      «Las democracias europeas».

      4 – Sistema de relación de un grupo o colectividad basado en la participación de sus miembros en los asuntos importantes que le afectan.

      «Quizás en las hordas primitivas había democracia antes de que apareciesen las primeras autoridades, los primeros jefes; la democracia interna significa que el partido lo gobierna la mayoría, pero también que no puede silenciarse a las minorías».

      Origen: Préstamo (s. xvii) del latín democratia y este del griego demokratía ‘gobierno popular’, ‘democracia’, formado con dêmos ‘pueblo’ y krateîn ‘gobernar’. A la misma familia etimológica derivada del griego dêmos pertenecen demagogo, demografía, epidemia y endémico.


      Aclarados los conceptos que definen la palabra democracia, no los haré perder su valioso tiempo estimados lectores, explicando con lujo de detalles que lo que tenemos en Panamá está muy lejos de ser una democracia en cualquiera de sus variantes, y más bien califica como un perverso hibrido de feudalismo, caudillismo, caciquismo, clasismo, señorío, pseudo monarquía, sistema de castas, dictadura civil, cleptocracia, mediocrecracia, corruptocracia, partidocracia, banana republic, y demás artimañas de las más variopintas que pululan en nuestra fauna politiquera que cada día se degrada más; nos desafían más al resto de los panameños mortales haciéndonos ver que existen algunos ciudadanos por encima del bien, del mal, y la Constitución, quienes gozan de fueros y privilegios que dicha Constitución no les otorga, de impunidad, licencia para saquear, y patente de corso para esquilmar los recursos del Estado, sin necesidad de rendir cuentas a nadie, ni actuar con transparencia; y se burlan de 4 millones de panameños en nuestras caras, al pronunciar aún más los vicios políticos que carcomen a nuestro país, legalizando por medio de leyes inconstitucionales la impunidad y la corrupción, léase a través del nuevo esperpento jurídico denominado proyecto de ley 214, conocida también como Ley Súper Mega Blindaje, que superó con creces a la nefasta ley 55 del gobierno pasado, en lugar de subsanar sus vicios y exabruptos, razón por la cual debe ser vetada por el Presidente Juan Carlos Varela, quien de sancionarla acabaría con su credibilidad de compromiso por la democracia, justicia, y equidad, y se haría participe (cómplice) de éste atentado contra la Constitución vigente.

      Sí, ya sé que no gozo de la simpatía de la clase política panameña por mi forma cruda de argumentar, por lo que muchos politiqueros profesionales cuyo modus vivendi es denunciado por mis escritos, deben estar cariacontecidos una vez más por mis irreverentes e iconoclastas opiniones que no claudican ante vaca sagrada del statu quo alguna por más apellido que tenga o descendiente de “próceres” que sea, ni dejan títeres con cabeza a la hora de llamar a las malas artes de la politiquería panameña por sus nombres. Sin embargo, no estoy inscrito en concurso de simpatía, popularidad, electorero, ni carnavalesco alguno; ergo, es menester que me pronuncie claramente por el bien de mi pueblo panameño, comoquiera que nos estamos jugando nuestro presente y el mañana de las futuras generaciones de la patria la cual peligra en demasía por la proliferación de las malas prácticas políticas que corroen a nuestra nación.

      Dichas malas prácticas políticas que se pronunciarían aún más si el proyecto de ley 214 es sancionado por el presidente de la república, nos han hecho un daño institucional y económico muy serio, el cual nos pasará una cara factura más temprano que tarde, dados los abusos de poder y saqueos al erario público del que somos víctimas, que supuestamente son del orden de los miles de millones de dólares, los cuales no se pueden comparar con los cargos que le costaron sus puestos al expresidente y exvicepresidenta de Guatemala, toda vez que si los hubieran cometido aquí en Panamá, absolutamente nada les hubiera pasado más allá de una anécdota folclórica y hasta risible, porque tal parece que los panameños estamos inoculados del virus de la corrupción y de allí que la toleremos, seamos resistentes a ella, y hasta la justifiquémonos -por no decir aupemos-. De manera que, no nos incomoda tanto que la corrupción campee y prospere cada día más en nuestra tierra, como para tomar medidas drásticas al respecto como sí hicieron nuestros hermanos guatemaltecos a los cuales respeto, admiro, y aplaudo mucho, por no dormirse en los laureles esperando ilusamente que los propios políticos causantes de sus males se autocorrijan sabiendo que nunca lo harán si no son obligados a hacerlo por el activismo y presión ciudadana.

      Es oportuno señalar que, todavía muchos panameños consideramos al presidente de la Republica, Juan Carlos Varela, una persona seria y temerosa de Dios que merece nuestro respeto por la investidura que ocupa. Razón por la cual, le pedimos encarecidamente y con todo respeto, que por favor no nos defraude dándole el jaque mate a la democracia e institucionalidad panameña, al sancionar éste atentado que lacera el Estado de Derecho y viola la Constitución vigente otorgando fueros y privilegios que la misma no contempla, lo cual podría desencadenar una vorágine social y política si el pueblo panameño al igual que los guatemaltecos despierta de su sueño tomándose las calles, pero se va al otro extremo, a un punto de no retorno e ingobernabilidad, que bien podría aprovechar a su favor un pseudo mesías populista, canalizando y capitalizando el hastío de la ciudadanía cansada de los saqueos al patrimonio nacional, la impunidad y la falta de justicia, erigiéndose dicho falso líder como un “salvador” que nos suma en épocas oscuras de dictadura perenne, gracias al terreno fértil y caldo de cultivo que éstas leyes arbitrarias, abusivas, inconstitucionales, y antidemocráticas constituyen, cual rutas de escape para que los saqueadores del erario público burlen a la justicia. Vete éste experimento e intento de legalizar la impunidad, apreciado presidente.

      En fin, la clase política inculta, soberbia, prepotente, poco intelectual, y nada estadista, ha demostrado no estar a la altura de las circunstancias actuales, no saben leer los tiempos que viven Panamá y el mundo, y juegan con fuego al quemar la última oportunidad que les estamos dando de hacer las cosas bien, y aplicar los cambios necesarios que precisa Panamá, leáse, una constituyente ordenada, sin traumas ni sobresaltos sociales.

      No obstante, si insisten en burlarse de 4 millones de panameños pronunciando aún más los abusos de que hace gala la clase política  por medio de leyes impopulares, los 71 diputados de la Asamblea Nacional, los 9 magistrados de la Corte (que tienen congelado el fallo que declara inconstitucional a la nefasta ley blindaje 55), y el gabinete ejecutivo sancionando el esperpento jurídico que nos ocupa, que sepan que serán ellos los responsables que un país con todo a su favor para prosperar económica, social, e institucionalmente, convirtiéndose así en un ejemplo para la región y el mundo, se desestabilice políticamente, sufriendo su economía, y yéndose directamente al despeñadero, y tendrán que afrontar las consecuencias de su abuso, ignominia e indolencia.

      Ojalá reaccionen a tiempo y vean la luz, democratizando verdadera y organizadamente a la nación a las buenas, sino habrá que optar por otros caminos más riesgosos que Dios quiera resulten bien y no todo lo contrario como ha acontecido con otros países hermanos cuyos experimentos políticos para acabar con el monopolio del poder que ostentaba la corrupta elite y el statu quo, han resultado un fracaso por no decir un desastre, toda vez que han ocupado éstos populistas pseudo mesiánicos, el espacio dejado por las corruptas elites añejas, pero suprimiendo las libertades ciudadanas, es decir, nuevos corruptos, pero con otras ideologías, y menos libertades.

      No más impunidad; cero tolerancia con la corrupción; no más blindajes fueros ni privilegios. Sí a la democracia verdadera; sí a la equidad, justicia, rendición de cuentas y transparencia. Que viva Panamá.

      Saludos cordiales.

      Erick Simpson Aguilera.

       

      Compartir:

      • Facebook
      • Twitter
      • Reddit
      • Pinterest
      • Imprimir
      • LinkedIn
      • Correo electrónico
      • Pocket
      • Tumblr
      | 6 comentarios Etiquetado como Constitución, constituyente, corrupción, Democracia, Dios, el país, equidad, erario, Erick Simpson Aguilera, Estado, expresidente y exvicepresidenta de Guatemala, Google, ideologías, justicia, la Corte, la nación, la patria, ley blindaje 55, Ley Súper Mega Blindaje, Panamá, Presidente Juan Carlos Varela, rendición de cuentas y transparencia, sobresaltos sociales, y equidad
    • La justicia en tiempos de crisis

      Posteado a las 9:06 pm por Erick Simpson Aguilera, el 19 mayo, 2015

      Por: Erick Simpson Aguilera

      crisis

      Que el sistema de justicia panameño sufre una crisis de credibilidad es un hecho conocido aún allende nuestras fronteras, como demuestra el Índice de Competitividad Global del Foro Económico Mundial 2014-2015 según el cual, Panamá ocupa el lugar 116 entre 144 economías evaluadas en cuanto a independencia judicial se refiere.

      Razón por la cual, no sorprende la debacle que acontece en la Corte Suprema debido a un sinnúmero de escándalos en que están envueltos varios de los magistrados que la componen -o componían- uno de los cuales paga condena de cárcel por delitos que aceptó haber cometido durante el ejercicio de sus funciones como magistrado, otro afronta una investigación en La Asamblea Nacional por supuestamente haber vendido fallos entre otras denuncias, y otros que no están siendo investigados actualmente, pudieran serlo en el futuro por las muchas denuncias en su contra pendientes de trámite en la Asamblea Nacional.

      Dicho esto, debemos dimensionar el verdadero tamaño de la crisis judicial que sufre Panamá para determinar si el sistema político panameño puede darse el lujo de continuar «funcionando» sin uno de los principales pilares de la democracia como es el Órgano Judicial, comoquiera que, un país en el que no existe la justicia, coquetea peligrosamente con el desastre.

      A continuación algunos indicadores que nos hablan de la situación de la justicia panameña con relación al resto del mundo:

      independencia judcicial

      A nivel de LATAM que es una de las regiones del mundo que más sufren el flagelo de la falta de independencia judicial, Panamá ocupa el lugar 12 entre 18 países de la región.

      Es importante destacar que, las diez economías mejor calificadas del mundo en cuanto a independencia judicial se refiere y cuyos logros en materia de justicia debemos considerar y aplicar en nuestro propio país, son las siguientes:

      top ten

      Así las cosas, no sorprende el sesgo y la selectividad de que hacen gala otras instancias que también administran justicia en Panamá que no es un país con un sistema de justicia funcional sino todo lo contrario, toda vez que, si el principal Órgano del Estado encargado de impartir justicia agoniza, es entendible entoces que las otras instituciones con funciones judiciales (Órgano Legislativo y Ministerio Público) también adolezcan de parcialidad, y de una manera vulgar midan a los ciudadanos con diferentes varas, a saber: un canon de «justicia» basado en la impunidad (intocables de los círculos ceros empresariales y políticos que supuestamente están involucrados en todos los desfalcos y saqueos sin ser nunca investigados por estar por encima de la ley), privilegios, prebendas, casa o país por cárcel, y «cárceles» VIP, para los conectados políticamente y para los acaudalados económicamente, mientras se practica una «justicia» inclemente, abusiva, perversa, inhumana, e implacable contra las clases menos favorecidas cuyas garantías son pisoteadas un día sí y otro también en las peores cárceles del país que parecen un infierno.

      Ningún sistema político puede sostenerse con sus bases corroídas, con sus pilares en ruinas, y con sus fundamentos carcomidos por la corrupción y la injusticia. El país que no entienda esto, pagará un alto precio por su ignorancia, mediocridad, e indolencia.

      Es menester que tomemos cartas en el asunto para modernizar, humanizar, igualar, y fortalecer mediante una constituyente todas las instituciones políticas panameñas, los tres Órganos del Estado, el Tribunal Electoral, etcétera, con la finalidad de sanear el país de toda la podredumbre que le aqueja y evitar la debacle institucional que se avecina y puede estallar en una explosión social por cualquier pequeña llama que encienda la furia ciudadana que lleva años acumulándose cual combustible cuya volatilidad incendiará todo el sistema cuando alguien hastiado de tanto abuso del Estado diga:

      «No reconozco el torcido sistema de justicia ni las corruptas instituciones políticas panameñas que están plagadas de corrupción, impunidad y gente privilegiada con licencia para delinquir y atropellar a las mayarías; tomaré la justicia en mis propias manos y si las autoridades torcidas, cuestionadas, mancilladas, y selectivas a las cuales desconozco por corruptas me piden cuentas e intentan encerrarme en sus inhumanas cárceles destinadas para el hijo de la cocinera solamente, responderé con fuego».

      Y entonces se desencadene en muchos panameños cual efecto domino el mismo sentimiento de desobediencia ciudadana, la ingobernabilidad, y el caos de un Estado Fallido como ha sucedido en muchos países del área.

      Tal parece que nadie aprende por cabeza ajena y quienes han creado la crisis institucional seguirán profundizándola y llevando el sistema hasta el fondo del abismo tentando a su propia suerte. Ojalá me equivoque y los panameños podamos ponernos de acuerdo y de manera seria ejecutemos un proyecto país justo e igualitario, acabando decididamente con nuestro actual sistema político feudal que hace rato mutó a una mafiocracia donde reinan la impunidad, la injustica, y la corrupción.

      Saludos cordiales.

      Erick Simpson Aguilera.

      Compartir:

      • Facebook
      • Twitter
      • Reddit
      • Pinterest
      • Imprimir
      • LinkedIn
      • Correo electrónico
      • Pocket
      • Tumblr
      | 0 Comentarios Etiquetado como asamblea nacional, Índice de Competitividad Global del Foro Económico Mundial, Órgano Judicial, constituyente, Corte Suprema, crisis, Estado Fallido, foro económico mundial, independencia judicial, La Asamblea Nacional, latam, Panamá, proyecto país, sistema de justicia
    • Erick Simpson Aguilera

    • Follow Blog via Email

      Escriba su email para ser notificado de nuevos articulos

      Únete a otros 6.150 suscriptores

    • Social

      • Ver perfil de @Erick_Simpson_A en Twitter
    • Entradas Recientes

      • Administración Cortizo rompe récord en deuda pública
      • ¿Ley de retorsión para Europa, o brazos cruzados?
      • ¿Quieres agua?, “anda al río y búscala”
      • Ese dichoso 3%
      • Panamá, a 30 años de la invasión
      • Y ¿qué se los impide?
      • “Se ilumina la precaria nación”
      • Acerca de la reforma migratoria
      • Análisis de las elecciones 2019
      • Mi plan de gobierno
      • Vota por Panamá
      • Analizando el Pacto Migratorio Mundial
      • Panamá 197 años después
      • ¿Eres panameño? Entonces debes, $7,821.76
      • Proyecto Patria
      • Golazo eléctrico en tiempo de mundial
      • Panamá y Colombia, la misma politiquería
      • Los 10 mandamientos de la politiquería panameña:
      • Alí Babá y sus 40 ladrones magos
      • República Marginal
    • Calendario

      enero 2021
      L M X J V S D
       123
      45678910
      11121314151617
      18192021222324
      25262728293031
      « Nov    
    • Twitter

      • Adora a tu Dios youtu.be/KHit3u8Dguc a través de @YouTube 5 days ago
      • Respirando aire puro, sol y brisa veranera. Cómo da vueltas la vida. Quién diría que respirar aire puro sin bozal,… twitter.com/i/web/status/1… 5 days ago
      • Adora a tu Dios youtu.be/KHit3u8Dguc a través de @YouTube 6 days ago
      • Adora a tu Dios youtu.be/KHit3u8Dguc a través de @YouTube 1 week ago
      • RAJEM youtu.be/h_x9aIy2tFk a través de @YouTube 2 weeks ago
      Follow @Erick_Simpson_A
    • Archivo de Entradas

    • Blog Stats

      • 897.247 hits
    • Comentarios recientes

      Anónimo en Administración Cortizo rompe r…
      bertaaliciarodriguez en El mito de la mano de obra ext…
      Erick Simpson Aguile… en ¿Quieres agua?, “anda al río y…
      Rubén Diez en ¿Quieres agua?, “anda al río y…
      Anónimo en ¿Quieres agua?, “anda al río y…

Powered by WordPress.com. Tema: Personal por Obox Themes.

loading Cancelar
La entrada no fue enviada. ¡Comprueba tus direcciones de correo electrónico!
Error en la comprobación del correo electrónico. Por favor, vuelve a intentarlo
Lo sentimos, tu blog no puede compartir entradas por correo electrónico.