Por: Erick Simpson Aguilera
Buen día, estimado pueblo panameño.
Sin pretender posar de gurú político, ni mucho menos de experto en dichos menesteres, me dispongo a compartirles mi humilde punto de vista respecto a las elecciones de 2019, realizadas el día de ayer.
En primera instancia, quiero felicitar a todos los candidatos a las elecciones presidenciales porque se comportaron a la altura durante el torneo electoral, salvo algunos incidentes comprensibles por los reñidos resultados finales. También quiero extender mi felicitación al Tribunal Electoral que se lució y dio la talla ante una elección histórica e inédita que fue gestionada muy bien por los magistrados que extendieron la proclamación extraoficial del ganador hasta que el porcentaje de mesas escrutadas fuera tan significativo que despejara toda duda acerca de la tendencia irreversible, dado el estrecho margen que separaban al primer del segundo lugar.
Enhorabuena a todos, incluido el pueblo panameño que, salió a votar por los candidatos de su preferencia de una manera que amerita una lectura cuidadosa y un análisis profundo en virtud que, muchos mensajes fueron enviados por los electores el día de ayer.
El primer mensaje enviado por los votantes panameños es que el 67% de los mismos no apoyó al candidato del partido PRD, Laurentino (Nito) Cortizo, quien se alzó con la victoria y es nuestro próximo presidente de la República.
De modo que, como dijo el presidente Cortizo en su discurso anoche, “toca construir consenso y concertación con todos los sectores y fuerzas vivas del país”, para establecer en conjunto una hoja de ruta para reconstruir a Panamá y rescatarla de la situación maltrecha en que está actualmente gracias a algunos gobiernos pos invasión que han vulnerado sus instituciones y saqueado sus riquezas.
Es menester señalar que, tener al 67% del electorado en contra de la oferta electoral del PRD, es un contundente mensaje que dicho partido no debe darse el lujo de pasar por alto, lo cual sería pecar de un injustificado triunfalismo, pasarse de engreídos, y constituirá una receta perfecta para la ingobernabilidad y el descontento ciudadano, cuando no hay margen para luna de miel, ni concesiones de cheque en blanco para un partido con el que la mayoría (el 67% de los votantes) no se sienten representados.
No obstante, la baja representatividad del PRD respecto al electorado (33%), tranquiliza bastante el discurso mesurado, ecuánime y conciliador, del presidente Cortizo, el cual llamó a la unidad nacional, al consenso y a la concertación. A propósito, es una bocanada de aire fresco, el porte y talante de presidente estadista de Laurentino Cortizo, el cual se expresa con la soltura y fluidez de quien piensa y está en control de sus ideas que muestran coherencia, luego de dos mandatos gubernamentales durante la última decada, pletóricos de frases incoherentes, disparates y despropósitos.
Otro mensaje contundente enviado por los votantes panameños es el 19% (366,779 votos) obtenido por el independiente Ricardo Lombana, lo cual muestra que la gente está hastiada de los partidos políticos y sus pensamientos sectarios que rozan el más puro y duro fanatismo según el cual, el que no es de su partido es el enemigo y no tiene derecho a opinar, a trabajar, ni a prosperar en sus mandatos gubernamentales, lo cual los lleva a administrar el país como si de una finca de su feudo partidista se tratara, con los resultados desastrosos que esa estrechez mental y fanatismo implican.
Imaginen si Ricardo Lombana con pocos recursos, casi nula publicidad en medios, y sin un plan de gobierno que convenciera al electorado indeciso, pudo causar semejante impacto en el electorado y estrago en los partidos políticos convencionales, dejando moribundo al Partido Panameñista, y poniendo en aprietos al PRD que vio comprometida su supuesta “victoria holgada” vaticinada por toda suerte de encuestadoras, pitonisos y demás adivinos, que se transformó en una pesadilla con el Partido Cambio Democrático respirándole en la nuca hasta el final, gracias a que Lombana capitalizó una gran cantidad de votos del electorado, y en consecuencia los 2 partidos grandes no pudieron sacarse un margen de diferencia notable uno al otro.
Reitero, imaginen de lo que sería capaz la formula Lombana/Márquez, con una campaña un poco más articulada para que su mensaje llegue a las masas indecisas; si su discurso tomara en cuenta a los sectores conservadores que están hastiados de la corrupción de la partidocracia, pero no quieren comprometer sus creencias y valores en temas de moral y familia; y si elaboraran un plan de gobierno que dibuje en términos sencillos y comprensibles, su visión de país, la hoja de ruta a seguir para lograr el desarrollo integral de la patria, y la formula (el cómo) a aplicar, para alcanzar dichos cometidos. Sí además de lograr los mencionados puntos, la formula independiente logra aglutinarse en una sola alianza, la partidocracia tendría los días contados. Espero que aprendan la lección y mediante una constituyente enderecen este país porque los panameños están despertando y ya no tolerarán los abusos y exabruptos de los desprestigiados partidos políticos.
El tercer mensaje que estremeció los cimientos de la partidocracia fue el éxito de la campaña “No a la reelección”, comoquiera que, verdaderos señores feudales, vamos, caciques de gran arraigo y control en sus circuitos, no lograron reelegirse después de años de controlar sus hasta ayer, feudos políticos, lo cual es un mensaje demasiado de fuerte que empodera a los ciudadanos y que solo los sordos politiqueros no serían capaces de escuchar. La ciudadanía sigue despertando y después de este logro seguirá vigilante del patrimonio del Estado y beligerante para evitar el desorden y abusos que desde la Asamblea Nacional se realizan.
El cuarto mensaje es preocupante toda vez que, no obstante estar despertando la ciudadanía, todavía el 31% de los votantes consideran “bueno” lo hecho por el gobierno CD, y añoran que “Lo bueno vuelva”, lo cual se respeta porque es su derecho democrático, pero no acabo de entender qué tiene de bueno el transfuguismo; la violación de derechos humanos en las provincias de Bocas, Chiriquí y Colón, en la cuales las protestas se saldaron con muertos, lisiados y demás víctimas; la deuda pública duplicada; Odebrecht; los sobrecostos; la corrupción rampante; la educación paupérrima; la pobreza extrema; la pronunciada desigualdad ; etcétera; flagelos todos, vigentes durante el gobierno CD. Ah, verdad que lo importante es que “había plata en la calle”; sigan opinando así, y cuando amanezcamos sin país o peor que Venezuela, no lloren.
El quinto mensaje confirma que si hay algo que el panameño no perdona ni tolera es, un gobierno fracasado que traicione sus esperanzas, y por eso no cree en el continuismo ni en la reelección del gobierno en turno cuyo peso suele cargar el candidato oficialista que siempre pierde. De manera que, no es ninguna sorpresa que el gran peso y desgaste del fracasado gobierno varelista fuera demasiado para las aspiraciones de José I Blandón, pero, fue tal la paliza recibida que, (Lombana prácticamente los duplicó en votos) dicho partido tendrá que hacer el debido mea culpa, una autocrítica seria, y una introspección profunda para reinventarse con una reingeniería tenaz, y un cambio de imagen radical, para no desaparecer del escenario político nacional, toda vez que, el mensaje de ayer fue que, el pueblo panameño no quedó con ganas de volver a votar por el panameñismo por un buen rato, léase, quizás décadas, al menos que hagan un milagro para resucitar al maltrecho Partido Panameñista de la pésima gestión del gobierno actual que los sepultó y descartó como opción potable.
En fin, muchas lecciones nos dejaron las elecciones de ayer. Razón por la cual, hago un llamado respetuoso a la reflexión a todos los actores del torneo electoral, a saber: a los partidos políticos que aun ganando no cuentan con el apoyo de las mayorías; a los partidos que quedaron muy mal parados y deben preguntarse el porqué de la paliza que recibieron; a los partidos que casi llegan al triunfo pero no subieron la loma y deben preguntarse el porqué la mayoría de los votantes panameños no compran su oferta electoral a la que ellos consideran “buena”; a los independientes que demostraron musculo político y deben organizarse mejor para lograr sus objetivos; a los diputados no reelectos; a los ciudadanos clientelistas que les importa poco quién los gobierne siempre y cuando les den migajas; y a los ciudadanos que poco a poco van despertando y deben mantenerse en la lucha, articulando y organizando mejor sus movimientos activistas ciudadanos, para seguir vigilantes del patrimonio de todos, y ejercer presión a los gobernantes para que se convoque a una constituyente que saque a Panamá del oscurantismo y tercermundismo crónicos que sufre hoy en día.
Mil disculpas si alguien se siente ofendido por mi forma de escribir, pero mi intención es sacudir la conciencia nacional porque a pesar de lo disfuncional de nuestra patria, sigo creyendo en Panamá, me siento feliz del ejercicio electoral realizado ayer, y presiento que vienen mejores días para todos los panameños (Dios quiera que no me equivoque), si nos ponemos serios y emprendemos manos a la obra.
Saludos cordiales,
Erick Simpson Aguilera.