Por: Erick Simpson Aguilera
A ver, ¿se supone que los panameños debemos darnos por bien servidos y sentirnos satisfechos con un acuerdo lesivo para los intereses de la patria y favorable para con una empresa confesa de coimear a funcionarios y empresarios panameños para hacerse ilegalmente con contrataciones que suman en su totalidad los $10 mil millones de dólares que en su gran mayoría no han sido auditados no obstante el tamaño escándalo que constituye el Caso Odebrecht el cual rebasa lo visto hasta ahora en el continente americano?
Que me disculpen la prensa escrita, las televisoras, los voceros del gobierno, los gremios empresariales, y algunos grupos de la sociedad civil, si no aplaudo de pie, si no creo a pie juntillas, y si no lanzo fuegos artificiales por el acuerdo firmado entre el Ministerio Público y la corrupta y confesa empresa Odebrecht, como sí lo hacen ellos; pero es que no puedo conformarme con que se premie a semejante empresa que tanto daño le ha causado al país, con un cómodo arreglo de pago a 12 años, cuando a la hora de coimear a funcionarios e inflar las obras con sobrecostos nos saqueaban en tiempo real privándonos de nuestros impuestos necesarios para mejorar la educación, salud, viviendas, calles, y erradicar la pobreza y la desigualdad.
Cómo aplaudir que una empresa corrupta en contubernio con panameños corruptos del sector público y privado (la banca incluida), drenen nuestras finanzas públicas con sus actos de corrupción, y que no se auditen los $10 mil millones de dólares en contratos adjudicados a dicha empresa, y que se aplique una multa del orden de $ 220 millones de dólares a ciegas sin saber si los auditos completos hubieran arrojado hallazgos de lesión patrimonial superiores con creces a dicha suma que de colmo será cancelada en 12 largos años a cuenta gotas, sin intereses y siempre con el riesgo de que la empresa desaparezca o quiebre en tan largo período de tiempo.
De modo que, los panameños según los defensores del acuerdo, los cuales dicho sea de paso, tienen todo el derecho de simpatizar con dicha medida leonina y se les respeta su decisión de hacerlo, debemos contentarnos con que nos despojen Odebrecht y sus secuaces locales, de dineros que ya estaban en nuestras arcas estatales, y con que ahora lo devuelvan poco a poco en 12 largos años de plazo, lo cual nos limita y no tiene el mismo impacto que la plata completa como estaba, lo que equivale al pueblo panameño financiando con sus impuestos las operaciones de una corrupta empresa brasileña que nos robó. “Qué maravilla”.
Ojalá todos los panameños tuviéramos esas facilidades de las que goza la empresa brasileña Odebrecht; es decir, que pudiéramos gozar también de la bondad de ser financiados por el gobierno con préstamos blandos, a una tasa de cero interés, pagaderos a 12 largos años y no en su totalidad (solo una ínfima suma simbólica). Así cualquiera triunfa en la vida; pero no, el panameño no tiene derecho a disfrutar de los años de prosperidad que vive el país; nosotros tenemos derecho solamente a pagar impuestos due date, para que los políticos mediocres e ineptos que contratan empresas corruptas puedan vivir como reyes, despilfarrar nuestros fondos y beneficiar a Odebrecht.
Sí, yo sé que algunos argumentan que no queda de otra porque si queremos que la empresa Odebrecht coopere con las delaciones tenemos que prácticamente exonerarla poniéndole las cosas fáciles y renunciando a nuestro derecho de obligarla a resarcir a cabalidad el gran daño que nos ha causado a los panameños, lo cual me suena a chantaje; es decir, «si no me eximes de devolver todo el dinero que me llevé ilícitamente de tus arcas no canto».
Sin embargo, me pregunto si Brasil, Suiza y Estados Unidos, permitieron que fuera Odebrecht la que pusiera las reglas del juego para las delaciones. Si por usar los sistemas bancarios estadounidenses y suizos estos países se activaron de una vez, realizaron las investigaciones pertinentes y cooperaron con sus pares brasileños, imaginen cómo le hubiera ido a Odebrecht de haber pagado las coimas y cobrado los sobrecostos en dichos países, como sí lo hizo en Panamá.
En cuanto a Panamá se refiere, con la cantidad de contrataciones que la empresa tiene acá, si nuestras autoridades desde el principio hubieran adoptado una posición firme, dura, fuerte y contundente, bloqueándole los pagos, rescindiéndole los contratos, embargándole activos, y aplicándole cualquier otra medida de presión hasta ponerlos de rodillas y obligarlos a cooperar en nuestros propios términos velando por los intereses de nuestro país que fue el afectado, y no a favor de los intereses de la empresa Odebrecht a la que premiamos por habernos perjudicado, no estuviéramos ahora mendingando acuerdos lesivos.
Pero no nos llamemos a engaño, nunca ha habido una verdadera intención de que se sepa toda la verdad del Caso Odebrecht porque hay mucha gente “honorable” de la fauna politiquera y empresarial local, involucrados.
Además, no pasemos por alto que si hubiera existido una verdadera voluntad de investigar, desde el 2015 (hace 2 años y 4 meses) el Ministerio Publico hubiera colaborado con los fiscales brasileños cuando estos arribaron al país buscando información sobre las operaciones ilícitas de Odebrecht en Panamá; conformado así un solo equipo con los fiscales brasileños para deslindar la trama que nos ocupa; posicionándose Panamá en un lugar firme y estratégico a la hora de sentar a la empresa Odebrecht en el banquillo para pedirle cuentas; y gozando de la reciprocidad de los fiscales brasileños para disponer expeditamente de las delaciones a las que ahora invocan como excusa para justificar la firma del acuerdo leonino que premia a la empresa con un cómodo arreglo de pago a 12 años; pero no, no nos integramos a la investigación de los fiscales brasileños; al contrario, nos hicimos los locos enviándoles información tardía y parcial y por eso las autoridades judiciales brasileñas acusaron al Ministerio Publico panameño de poco cooperador -por no decir entorpecedor-.
He allí la gran diferencia entre países con instituciones serias y robustas como Estados Unidos y Suiza que sí colaboraron con Brasil y siempre tuvieron el sartén por el mango a la hora de llamar a capitulo a Odebrecht, y no permitieron chantajes ni cuentos de brujas como Panamá.
A nuestro país le falta años luces para madurar porque toleramos la corrupción; porque la premiamos; porque la llevamos incrustada en el ADN panameño; y por eso cuando una empresa nos saquea en contubernio con malos panameños, nos conformamos con que nos devuelvan en 12 años a cuenta gotas, una ínfima parte del saqueo, y lo celebramos como si hubiéramos ganado un mundial de futbol. Sigamos así, creyendo que somos los más juega vivo del mundo, que cuando abramos los ojos, no tendremos ni país y seremos una sucursal de alguna empresa corrupta de la calaña de Odebrecht.
Saludos cordiales.
Erick Simpson Aguilera.
2 pensamientos en “Acuerdo leonino (Caso Odebrecht)”
Yexenia
Muy ciertas sus palabras, nos están viendo la cara y encima nos tenemos que sentir felices por ello. Y ni hablar de la diferencia cultural, económica y legislativa que nos separa de países de primer mundo, aunque seamos un país con la capacidad para estar entre los paises desarrolados parece que preferimos seguir siendo sub desarrollados. Saludos.
Brando
Amen..:) Claro como el agua de Tinajas… Excelente artículo…
Este gobiernucho ha sido de los peores, en todos los ámbitos. Y todavia hay gente que cree en éstos politicos que han vendido al pais por miseras monedas para enriquecerse con sus amiguitos y secuaces empresarios..