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    • Aprendan venezolanos

      Posteado a las 10:24 pm por Erick Simpson Aguilera, el 31 agosto, 2017

      Por: Erick Simpson Aguilera

      banderacara

      En virtud de la ola migratoria de venezolanos que llegan a Panamá, procedo a explicarles a cierto sector de estos inmigrantes (lo resalto porque no es bueno generalizar y reconozco que es un sector, pero no todos), algunos datos históricos y actuales sobre nuestra idiosincrasia panameña para que aprendan a respetar a sus anfitriones y se comporten decentemente en casa ajena, porque tal parece que a algunos les está costando demasiado adaptarse y aún no asimilan su situación de inmigrantes, es decir, juran que están en su país aún, exigen, insultan, ofenden, discriminan, todo lo critican, y sienten que los panameños les debemos agradecer que invadan nuestro país.

      Dicho eso, entramos en materia:

      Es cierto que la inmigración de venezolanos en Panamá ha rebasado todos los límites de lo normal al punto de ocasionar malestar y brotes de xenofobia en ambas partes. Reitero, en ambas partes, porque, aunque muchos venezolanos se vendan como las víctimas de la “xenofobia panameña”, los panameños son niños de pecho en cuanto a xenofobia se refiere al lado de ciertos venezolanos que exhalan tanta xenofobia que ni siquiera estando en un país ajeno se pueden contener, lo cual resulta muy tenaz y nos lleva a preguntarnos ¿si se expresan tan ofensivamente de los panameños en nuestra propia casa, cómo sería si estuviéramos en la de ellos?

      Cual, si de un pronunciado caso de locura colectiva se tratara, sorprende escuchar a cierta gente de Venezuela referirse a los panameños ofensivamente catalogándonos de monos, negros, indios, flojos y demás epítetos. A lo que yo me pregunto ¿Y cuál es su punto? Ósea, llegan a nuestro prospero país a resolver las carencias hasta de los recursos más básicos que padecen en el suyo que está en ruinas, léase, vienen a Panamá a saciar el hambre profunda que sufren, y todavía se atreven a ningunearnos a los panameños en nuestra casa, pero demostrando su calaña porque tiran la piedra y esconden la mano al victimizarse cuando los panameños reaccionan en malos términos, y entonces invocan la famosa xenofobia de la cual acusan a los panameños cuando si hay alguien xenófobo en la vida, es aquel que ni siquiera siendo huésped en casa ajena puede esconder y disimular sus bajas pasiones, racismo, clasismo y xenofobia en contra de sus anfitriones.

      Estimados venezolanos arios de raza pura y superior, permítanme decirles que sí, tienen razón, es cierto, los panameños somos descendientes de indígenas, africanos, españoles, chinos, judíos, árabes, indostanés, etcétera. Y aunque su enferma y estrecha psique los lleve a ustedes a pensar que eso es una desventaja o algo de lo que avergonzarse, permítanme educarlos al respecto: Nuestra tribu indígena originaria Ngöbe-Buglé, se dio el lujo de derrotar al conquistador español Francisco Pizarro que luego doblegó al imperio inca, pero en Panamá mordió el polvo de la derrota infligida por el Cacique Urracá y sus guerreros Ngöbe-Buglé.

      De manera que, no nos avergüenza llevar sangre indígena Ngöbe-Buglé en nuestras venas -todo lo contrario, a mucha honra- como demostró el estudio de ascendencia genética de Panamá realizado por científicos estadunidenses y panameños, publicado en The Internet Journal of Biological Anthropology, el cual arrojó el siguiente resultado: El panameño promedio tiene 51% de genes indígenas, 25% de genes europeos, y 24% de genes africanos.

      En cuanto a la supuesta ofensa de ciertos sectores venezolanos al tildarnos a los panameños de negros, solo me rio de lo acomplejados que son y me pregunto ¿Y quién ha negado que somos descendientes de africanos también?

      Los panameños somos lo que somos y lo asumimos con sus virtudes y defectos, toda vez que, no tenemos complejos de divos ni nos interesa renegar de nuestros orígenes. Allá los arios puros, divos, reyes de la belleza, y seres superiores del sur que viven de esas superficialidades y ridiculeces mientras su país se va al traste.

      Los panameños de raza africana siempre han aportado para que nuestro país sea la nación prospera que es, y a la que muchos envidian y aun así se refugian aquí. Desde el tiempo de la colonia, las ciudades españolas en el istmo fueron construidas en su mayoría por mano de obra africana, y luego el canal de Panamá también lo fue.

      Lejos de tener un espíritu servil de esclavo, muchos de los africanos que llegaron al Istmo se rebelaron contra sus supuestos amos españoles y se internaron en la selva formando los famosos palenques cimarrones. Nombres como los de Felipillo y Bayano que les dieron guerra y muchos dolores de cabeza a los españoles, destacan ese espíritu panameño que nunca se rinde ante la adversidad. Por eso somos gente orgullosa, porque nuestros genes indígenas, africanos, y españoles también, porque no renegamos de ninguno de nuestros orígenes étnicos, siempre han sido genes de gente guerrera que se da a respetar.

      Nuestra nación es una tierra bendita por el Creador, cosa que muchos no entienden y por eso se trauman cuando llegan al país de los indios y negros panameños y ven toda la prosperidad y abundancia que ellos no tienen en sus países “racialmente superiores”. Trauma que no saben administrar porque en sus patrias fallidas les han enseñado toda suerte de prejuicios, entre ellos que los indios, negros, mestizos y mulatos, son inferiores, y por eso no entienden el por qué sus naciones son un desastre y Panamá no para de progresar a pesar de los políticos corruptos que desgobiernan el país.

      Aún para los españoles en el tiempo de la colonia, Panamá era un lugar estratégico para llevar a cabo su expansión y conquista del nuevo mundo, toda vez que, desde aquí se adentraron hacia el sur, centro y norte del continente, razón por la cual se celebraban aquí las ferias del oro de Portobelo, y los españoles nombraron a nuestro istmo, Castilla del Oro. Eso es lo que somos nosotros, un país que brilla con luz propia, una nación especial desde siempre, y hasta la fecha con nuestro canal que impactó el comercio mundial y sigue siendo una de las rutas marítimas principales del mundo. Razón por la cual, no vamos a permitir que ningunos fracasados que se las arreglaron para desgraciar un hermoso y rico país como era Venezuela que por sus muchos recursos petroleros debiera ser el mejor país de Latam, pero hoy por hoy es una vergüenza mundial, vengan a ningunearnos y ofendernos en nuestra propia casa.

      Sí, yo sé que, como a todo país de Latam, a Panamá le falta mucho aún por madurar, que nuestros indicadores sociales debemos mejorarlos, que existe mucha desigualdad en nuestra nación, y que nuestra clase política además de mediocre es muy corrupta, pero aun así somos el país cuya economía más crece en Latam desde hace más de una década, y por eso no solo venezolanos, pero también colombianos, dominicanos, nicaragüenses, peruanos, españoles, estadunidenses, etcétera, están emigrando a nuestra nación, y no serán unos recién llegados que tienen a un tal Maduro de presidente, y cuyo país está al borde del desastre, los que van a venir a insultarnos y menospreciarnos a los panameños en nuestra propia tierra, cual si tuvieran la moral y el país modelo para atreverse a compararse con nosotros.

      A propósito, los venezolanos más problemáticos y bulleros que acusan a los panameños de xenofóbicos, deben preguntarse el por qué en Panamá nunca ha existido conflictos a nivel de la población, en contra de los chinos, judíos, árabes, indostanés, griegos, antillanos, españoles, colombianos, nicaragüenses, dominicanos, etcétera, y solo hizo falta que llegaran los venezolanos para que los panameños de la noche a la mañana, ahora resulte que somos unos xenófobos. No hay que ser muy inteligente para detectar en dónde radica el problema. Ahora entiendo el por qué un país tan hermoso y rico como Venezuela está dividido, carente de paz, convulso, y coqueteando con la quiebra económica y política.

      Y no, no estoy haciendo leña del árbol caído ni poniendo el dedo en la llaga; lo que hago es sacudir las conciencias de muchos venezolanos con una buena dosis de realidad porque siguen en negación sin aceptar que Venezuela está así gracias a ellos mismos, no por culpa de los panameños, del imperio yankee, ni de nadie más. Ergo, no nos envenenen a los panameños con sus traumas, divisiones, prejuicios, racismo, clasismo y xenofobia. Reconozcan que de alguna forma los venezolanos se extraviaron del camino y dividieron su otrora rica y prospera nación, hasta dejarla hecha añicos económicamente, convulsa políticamente, insegura y presa de la violencia que campea a sus anchas por todo su territorio nacional, y carente hasta de lo más básico que requiere un ser humano para vivir decentemente.

      Nosotros también transitamos por ese camino y ahí es donde se notan las diferencias entre una población y la otra, porque el bloqueo impuesto por Estados Unidos a Venezuela, también nos lo impusieron a nosotros los panameños bloqueando la circulación del dólar y congelando los fondos bancarios, y no andábamos llorando, ni haciéndonos las víctimas, ni atacando a otras nacionalidades en sus propias casas. Nos levantamos del bloqueo económico gringo, de la criminal invasión yankee que dio muerte a aproximadamente 7 mil panameños, la mayoría civiles,  y aquí estamos; recuperamos la soberanía en todo el territorio nacional el 31 de diciembre de 1999; y ahora el canal rinde mayores réditos que bajo la administración estadunidense; hecho que ha disparado el crecimiento constante de nuestra economía por méritos propios, y no por la inmigración de venezolanos como algunos ilusos que se auto-engañan vociferan.

      A propósito, es un mito el cuento aquel que algunos empresarios y políticos panameños esgrimen de que muchos panameños pidieron refugio en Venezuela en el tiempo de la dictadura militar. El hecho de que algunos de ellos, léase, uno que otro político adinerado, o algún empresario millonario, se hayan exiliado en Venezuela, no es equiparable a la invasión de venezolanos que vive Panamá, la cual es promovida por nuestro vendepatria gobierno que ahora pretende disimular su entreguismo porque se avecinan las elecciones, poniéndoles visas a los venezolanos, cuando lo que el país precisa es una reforma migratoria integral y seria.

      Los invito a los difusores de ese mito a que lo sustenten con estadísticas si se atreven, y que calculen el porcentaje de ambos migrantes con relación a la población de cada país, para que no mezclen peras con manzanas ni engañen a los jóvenes que desconocen la historia. Los panameños en su gran mayoría permanecimos en el país durante toda la crisis económica y la invasión, y los que emigraron se fueron en su mayoría a Canadá, no a Venezuela, así que no inventen.

      Con relación al otro mito que les gusta a muchos venezolanos que ignorantemente nos dicen a los panameños que les debemos nuestra independencia a un venezolano, a saber, al libertador Simón Bolívar, les recomiendo leer, aunque sea un poco, antes de hablar, que los libros no muerden. Panamá se independizó sola de España; no por iniciativa de Bolívar. Una vez libres de España, no solo la Gran Colombia que dirigía Bolívar, pero también el Imperio Mexicano, y el Perú posteriormente cuando se independizó, les pidieron cada uno por su parte a Panamá que hiciera parte de sus proyectos nacionales, habida cuenta que, todos esos territorios estaban conscientes de la estratégica posición geográfica de que goza Panamá (siempre hemos sido especiales y una tierra codiciable para los imperios, por eso Simón Bolívar quería que Panamá fuera la capital de Latam). Luego, nosotros mismos escogimos entre todas las opciones unirnos al proyecto bolivariano por la historia en conjunto que compartimos con dicha región (Colombia, Venezuela, y Ecuador) desde los tiempos de la colonia española.

      En fin, reitero que, aunque muchos venezolanos están desquiciados y desubicados porque llegan a un país ajeno a pedir refugio con dos piedras en las manos e insultando a los nacionales, no todos son así, y me atrevo a asegurar que la mayoría son gente trabajadora y normal que simplemente están luchando por la vida y aprovechando una segunda oportunidad en nuestra tierra; el tema es que los problemáticos, antisociales, desagradecidos, xenofóbicos y racistas, no son 4 gatos tampoco, y están dejando muy mal parados a sus paisanos dándoles una pésima fama que no merecen, y por eso el tema ha escalado peligrosamente.

      Ojalá todos los venezolanos fueran como unos vecinos míos que son de Maracaibo, los cuales quizá por su juventud no están contaminados aún. Son unos niños de 11 y 13 años que llegan con otros niños y jóvenes de mi barrio a boxear con el saco que tengo en la casa. Y para esos niños venezolanos y panameños no existen traumas, prejuicios, ni xenofobia algunos; andan para arriba y para abajo juntos; jugando futbol; manejando bicicleta; y haciendo ejercicio; y lo único que ellos saben es que son amigos sin importarles en donde nacieron, y que se divierten juntos. Pero, hay una generación de venezolanos con un importante número de alienados que ya no tienen remedio; están llenos de traumas, racismo, clasismo, xenofobia y prejuicios; y esos son los que están afectando la sana convivencia en Panamá.

      Finalizo citando al Libertador Simón Bolívar para que muchos de sus paisanos que ofenden tanto a Panamá y a los panameños, hablando con desdén de un país que les abrió las puertas para que vivan en paz, trabajen, negocien y prosperen como no pueden hacerlo en su tierra que está a punto de colapsar, aprendan a respetar, a ser agradecidos, y a reconocer las virtudes de otros pueblos.

      “Los estados del Istmo de Panamá hasta Guatemala formarán quizá una asociación.  Esta magnífica posición entre los grandes mares podrá ser con el tiempo el emporio del universo: sus canales acortarán las distancias del mundo; estrecharán los lazos comerciales de Europa, América y Asia; traerán a tan feliz región los tributos de las cuatro partes del Globo.  ¡Acaso solo allí podrá fijarse la capital de la tierra como pretendió Constantino que fuese Bizancio la del antiguo hemisferio!

      “Qué bello sería que el istmo de Panamá fuese para nosotros lo que el de Corinto para los griegos! Ojalá algún día tengamos la fortuna de instalar allí un augusto congreso de los representantes de las repúblicas, reinos e imperios, a tratar y discutir sobre los altos intereses de la paz y de la guerra con las naciones de las otras partes del mundo”. Simón Bolívar.

      Saludos cordiales.

      Erick Simpson Aguilera.

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    • Crisis en el sistema de justicia

      Posteado a las 1:14 am por Erick Simpson Aguilera, el 31 agosto, 2017

      Por: Erick Simpson Aguilera

      KENIA

       “El no permitir que los fiscales puedan concluir sus investigaciones es desde nuestra óptica, trabajar por la impunidad “. Procuradora general de la Nación, Kenia Porcell.

      “Estamos descubriendo una estructura de criminalidad organizada que se llevó el dinero del pueblo panameño”. “Esto ha traído como consecuencia que los fiscales estemos siendo amenazados e intimidados”. Procuradora general de la Nación, Kenia Porcell.

      “Quiero informar que he sido comunicada por los fiscales que cinco de las investigaciones más emblemáticas en donde los actos de corrupción están enlazados con el blanqueo de capitales, que es dinero público, dinero del pueblo panameño, pueden quedar inconclusas”. Procuradora general de la Nación, Kenia Porcell.

      “Debo informar al país que hay poderes económicos, políticos, empresariales, mediáticos, y de la banca, tratando de impedir que las investigaciones puedan ser concluidas, lo que no pueden controlar las fiscalías”. Procuradora general de la Nación, Kenia Porcell.

      “Los fiscales solo pedimos que se nos permita investigar y que en un juicio frente a todo el país se debata la responsabilidad de los involucrados”. Procuradora general de la Nación, Kenia Porcell.

      Acerca de las explosivas declaraciones expresadas por la Procuradora General de la nación, Kenia Porcell, sobre las investigaciones de alto perfil realizadas por el Ministerio Publico, procedo a comentar lo siguiente:

      1- Si bien es cierto que, no es ningún secreto que el sistema de justicia panameño está inmerso en una crisis profunda reconocida por el Foro Económico Mundial que, califica la falta de independencia de nuestro sistema judicial como una de las más severas y pronunciadas del mundo, no deja de impresionarme el escuchar a la fiscal principal de la nación, léase, a la Procuradora General, Kenia Porcell, reconocer públicamente en conferencia de prensa que la justicia panameña está haciendo agua. La verdad, he visto el video en cuestión varias veces antes de escribir éste artículo, y sigo en shock.

      2- En nuestro disfuncional país suceden unos eventos tan surrealistas que uno siente que está viendo una tragicomedia en el cine, toda vez que, en otro país normal que la fiscal principal de la nación le ruegue a delincuentes que les permitan a sus fiscales concluir equis investigaciones, como si no fuera ella una autoridad con el poder legal de llevar a cabo sus investigaciones y privar de libertad a quien violando las leyes amague con impedírselo, hubiera desatado un tsunami en el que no quedaría títere con cabeza, habida cuenta que, o se recupera el Estado de Derecho exigiéndole al Ministerio Público cumplir con sus funciones deteniendo a los infractores y conspiradores, o que renuncien en pleno la procuradora y sus fiscales por incapacidad manifiesta.

      3- Una cosa u otra, reitero, detener a quienes conspiran contra la justicia o que renuncien la procuradora y fiscales si no se atreven a aplicarles las leyes como es su deber, pero jamás permitir que el Ministerio Publico se cruce de brazos y nos digan que no pueden concluir 5 investigaciones de alto perfil porque fuerzas oscuras de los sectores económicos, políticos, empresariales, mediáticos, y de la banca, están confabulados para impedirles que investiguen.

      4- Sí, yo sé que no es nada fácil la función desempeñada por el Ministerio Publico, y creo que es cierto lo que alega la procuradora respecto a las amenazas e intimidaciones de que han sido objeto los fiscales para impedirles investigar los casos más emblemáticos de corrupción, sin embargo, para que el pueblo se solidarice con ellos, es menester que dejen en evidencia a esos personajes políticos, empresariales, de la banca, y de los medios de comunicación, que atentan contra las leyes panameñas y la integridad física de los fiscales, y sin lugar a dudas el pueblo no los dejará solos y recibirán el respaldo de las masas que tienen hambre y sed de justicia.

      5- De lo contrario no se entiende cuál fue el propósito de tan explosivas declaraciones que enturbian aún más el ya de por sí enrarecido clima político panameño. Estas declaraciones no pueden quedar en el campo de la especulación porque el daño causado será grande comoquiera que, ahora muchos nos preguntamos quién tiene semejante poder político, económico y mediático como para amenazar, intimidar y paralizar a la procuradora y los fiscales, y los posibles sospechosos que se nos ocurren son de tal estatura en el quehacer nacional que, no le conviene al país que nos envenenemos los panameños al sembrarnos dudas la procuradora sobre nuestras más altas autoridades que, puede que sí o puede que no, formen parte de los confabulados para dar al traste con las investigaciones.

      6- Ergo, le toca a la Procuradora General de la nación que alborotó tamaño avispero, llegar hasta las últimas consecuencias y mandar a detener -o denunciar si no tiene jurisdicción- a los confabulados que ya tienen detectados, o renunciar.

      7- Como ella misma dijo (La Procuradora), esperamos que estén a la altura de las circunstancias históricas que vive el país, y que le den coto a la impunidad. Háganlo y el pueblo no los dejará solos.

      Saludos cordiales.

      Erick Simpson Aguilera.

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    • Pronunciamiento de la Procuradora General de la nación

      Posteado a las 3:31 am por Erick Simpson Aguilera, el 30 agosto, 2017

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    • Érase una vez en una finca bananera

      Posteado a las 3:51 am por Erick Simpson Aguilera, el 29 agosto, 2017

      Por: Erick Simpson Aguilera

      Érase una vez en una finca bananera, tropicalísima, de pandereta guaro y campana, y con aires -por no decir careta- de país democrático, que los mayorales, capataces y demás administradores, estaban emparentados entre ellos y se rotaban la gestión finquera cada 5 años, mientras los siervos, campesinos, artesanos, y demás mano de obra esclava y semi esclava, consentía de buen agrado con el sistema feudal por la comodidad que les representa el no hacerse cargo y responsables de si mismos.

      Razón por la cual, eran parte de las comparsas de calle arriba y calle abajo del pan y circo electoral, mediante el cual, los dueños de la finca decidían a cuáles familias del clan, les tocaría la administración de la finca un quinquenio más.

      Así las cosas, trascurrieron los años y décadas hasta llegar al siglo 21; a la era de la información y la tecnología; a la época de la conectividad y el conocimiento; y, aun así, rebeldes a los tiempos modernos, los dueños de la aldea bananera se resistían con fiereza a convertir su finca en un verdadero país regido por leyes, basado en la justicia, y administrado con equidad, no obstante tener la finca en cuestión todo el potencial para convertirse en una nación modelo y desarrollada.

      Moraleja: Para que un fallido proyecto de país pueda funcionar como una vulgar finca privada que es expoliada por una clase política/empresarial (económica) rapaz, se necesita de una clase servicial pusilánime, conformista, y poco importa.

      De manera que, si el país no funciona; si se está descarrilando; si marcha a toda prisa hacia el despeñadero; todos tenemos nuestra cuota de culpa; unos por corruptos y saqueadores, y otros por cómplices silenciosos que nos conformamos en nuestra zona de confort en la cual vivimos como invitados en un país que en el fondo sabemos que no es nuestro, que tiene dueños, y que el resto vivimos y trabajamos aquí para producir riqueza a los propietarios de la finca, y para alimentar sus arcas con los impuestos que pagamos diligentemente para que ellos puedan vivir como reyes, mientras el proyecto de país -si es que alguna vez existió tal cosa- naufraga.

      Qué bueno sería si Panamá madura como nación y se impone un verdadero Estado de Derecho en el cual todos seamos iguales ante la justicia, y no culpables si somos hijos de la cocinera, e inocentes, aunque atraquen millones de millones de dólares de las arcas del Estado, si son maleantes de cuello blanco y alcurnia cuyo abolengo y estirpe se remonta hasta los próceres que fueron los que decidieron manejar “nuestra nación” como su finca o botín político.

      Sin embargo, dificulto que los panameños salgamos de este atolladero toda vez que, seguimos haciendo las mismas cosas de siempre, léase, votando por los mismos miembros quemados de la partidocracia que prometen en campaña paja, heno, hojarasca y demás hierbas aromáticas, y una vez en el poder hacen todo lo contrario a sus falaces promesas, a saber, no convocan a una constituyente para adecentar el país, usan la misma ley de contrataciones publica viciada porque así pueden contratar a empresas corruptas de la calaña de Odebrecht, aumentan a más no poder la deuda pública, y promueven el clientelismo político, el populismo, el nepotismo, los subsidios, las donaciones, las partidas y demás migajas. Ergo, si hacemos lo mismo de siempre, no esperemos ilusamente resultados diferentes.

      Finalizo preguntándoles hermanos panameños ¿en verdad creen ustedes que votando por un gobierno como el actual que, con todo respeto, demuestra una gran incapacidad administrativa -se pasan de ineptos- y no es muy transparente que digamos, el país logrará avanzar?

      ¿De veras piensan estimados panameños que, votando por el CD que fue un gobierno dado al latrocinio y que rompió todos los récords de la politiquería y la maleantería criolla, Panamá logrará consolidar un proyecto de desarrollo nacional?

      ¿En serio albergan la esperanza apreciados panameños de que, votando por el PRD, que fue el cómplice de los dos gobiernos en mención, a saber, del anterior y del actual, los cuales han podido realizar todas sus bellezas gracias a que el PRD se ha negado a hacerles una oposición de peso que los frene, reitero, albergan la esperanza de que Panamá logrará al fin madurar y entrar en una época de desarrollo humano, de transparencia, y de justicia social, votando por ellos?

      Es una lástima ver como el partido PRD que desempeñaba un rol importante en el país y era un líder de las luchas sociales, quedó reducido a un instrumento del poder económico y hoy por hoy, es un partido bisagra que tiene que arrimarse a los partidos grandes que sí tienen opciones de llegar al poder, para mendingarles cuotas de poder y demás prebendas.

      Paréntesis: A mí no me crean porque no soy el dueño de la verdad absoluta, pero en mi humilde opinión, la única manera de que el PRD no se extinga del quehacer político nacional es que gane sus primarias para la candidatura presidencial, la diputada Zulay Rodríguez que es la única líder autentica en dicho partido, la cual goza de la aprobación, credibilidad y simpatía del electorado panameño de las clases populares y media; y dicho liderazgo ya sea que nos guste o no, se lo ha ganado a pulso contra viento y marea defendiendo los intereses de Panamá y los panameños. Ergo, es un liderazgo real, no un producto de marketing fabricado por los medios de comunicación cuyos dueños son parte del cuestionado sistema. Es una realidad innegable el hecho de que, cada día más gente se identifica con la diputada Zulay Rodríguez y la ve con buenos ojos.

      Dicho eso, retomemos el tema de los desprestigiados partidos políticos. En lo que a mi concierne, dificulto mucho que la solución que requiere Panamá para salir de la crisis institucional, política, social y económica que sufrimos, pueda surgir de los quemados partidos políticos que han sido los causantes de la misma.

      Así las cosas, no nos queda de otra a los ciudadanos que nos resistimos a seguir siendo parte del pan y circo electoral, de las comparsas partidistas, y del sistema político corrupto basado en la explotación de Panamá cual, si de una finca se tratara, que organizarnos para disputarle el poder a los finqueros.

      Saludos cordiales.

      Erick Simpson Aguilera.

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    • Redes sociales vs medios tradicionales

      Posteado a las 6:36 pm por Erick Simpson Aguilera, el 5 agosto, 2017

      Por: Erick Simpson Aguilera

      El-poder-de-las-redes-sociales-para-empresas

      Panamá no es ajeno a la irrupción con fuerza en el acontecer nacional de las redes sociales que cada día cobran más protagonismo desplazando a los medios convencionales en virtud de que las redes sociales respiran y emanan libertad, son la última expresión de la democracia y constituyen una bocanada de aire fresco para las masas que cual bastión se aferran libres de ataduras a estos medios digitales disponibles para todos sin distingo de clase social, posición política, ni poder económico. Mientras los medios convencionales siguen presos de las mismas ataduras y agendas político/económicas de siempre, lo que les resta esencia y credibilidad de cara a las masas y a las juventudes de la era digital.

      Así las cosas, con los canales disponibles gratuitamente para trasmitir video en vivo o diferido en Youtube, Facebook, Whatsapp, y otras empresas streaming, cualquier persona tiene a su alcance masivamente no solo a la población de su país, pero también a la del mundo entero literalmente, toda vez que el internet tiene un alcance planetario como todos sabemos.

      Dicha lectura del papel cada día más predominante de las redes sociales y medios digitales la supo entender a la perfección en su primera elección el expresidente de Estados Unidos, Barak Obama, el cual capitalizó con creces plataformas digitales como Youtube, mediante las cuales alcanzó a las masas de votantes jóvenes que inclinaron la balanza a su favor.

      En lo que a Panamá concierne, quizá dicho fenómeno cobrará más fuerza y será determinante de cara a las elecciones de 2019, comoquiera que las cadenas y grupos de whatsapp; los tuits cuya inmediatez ha vuelto obsoletos a los aburridos y repetitivos noticieros convencionales del mainstreamedia; las páginas de Facebook; etcétera; mantienen a las masas interconectadas durante todo su tiempo de actividad diaria y sin limitaciones de movilidad, ergo, son los medios favoritos de las personas para intercambiar información de manera activa.

      Mientras la pasividad de estar sentado frente a un televisor recibiendo en una sola vía información filtrada, manipulada y sesgada por agendas político/económicas que responden a los intereses de los dueños del medio, sin derecho a réplica ni a interactuar para cuestionar y establecer criterios propios, cada día pierde más fuerza, protagonismo, e influencia en una población interconectada y liberada de la tiranía y ataduras que en otrora ejercía el monopolio de los medios tradicionales mainstreamedia sobre ellos.

      Por todas estas razones es que surgen en el quehacer político nacional e internacional, figuras y líderes que constituyen verdaderos fenómenos políticos que arrasan con las masas de votantes en los que generan simpatía y admiración a pesar del veto de los medios de comunicación convencionales, porque mientras los añejos politiqueros que están en peligro de extinción se duermen en los laureles creyendo ilusamente que todavía les basta con la bendición de las elites político/económicas que controlan los medios de comunicación tradicionales, los nuevos políticos del siglo 21 que entienden el poder de las redes sociales, y leen a la perfección los nuevos escenarios y paradigmas que nos plantean la era de la información en la que vivimos, capitalizan a su favor el alcance de las plataformas digitales que democratizan el poder de convocatoria y convencimiento para venderle un proyecto político y de nación a las masas que están siempre al alcance con un teléfono inteligente en sus manos.

      En Panamá de hecho, hay algunas figuras políticas con aspiraciones electorales de las  que me reservo el nombre, que utilizando a las redes sociales como aliadas están desafiando al establishment, lo cual aplaudo, habida cuenta que, ya cansa esa gente desfasada que no encaja en el siglo 21 e insisten en hacer política como les enseñaron sus abuelos y bisabuelos desde 1903, léase, repartiendo guaro, bolsas de comida, materiales de construcción, y demás migajas, para una vez en el poder repartirse el país cual botín entre sus secuaces y donantes, y mantener a Panamá como una vulgar finca llena de corrupción que no avanza institucionalmente, ni se inserta en el concierto de los países desarrollados.

      Ya es hora de jubilar de la vida pública a esos dinosaurios politiqueros desfasados que estorban el desarrollo de la patria con sus malas prácticas de antaño, y que solo saben parasitar de la cosa pública. Para tales efectos, es menester explotar el alcance masivo de las redes sociales, haciéndole entender al pueblo panameño sus derechos, sus deberes, y el poder de su voto para colocar en el poder a alguien que en verdad vele por su bienestar y el de sus familias.

      Sí, yo sé mi discurso iconoclasta que no respeta a las vacas sagradas que controlan el Istmo de Panamá no es del agrado de las mismas y que jamás será escuchado en los medios convencionales que controlan, y ese es precisamente mi punto, que dicho veto es irrelevante porque igual a través de mi blog, mi escrito estará al alcance de miles de panameños que irán despertando poco a poco al ser sacudidas sus adormecidas conciencias con una buena dosis de realidad. A propósito, modestia aparte, mi alcance es tal que, en un solo día, y publicando un solo artículo, he generado 37,474 visitas.  Esa es la magia de los medios digitales al alcance de todos.

      Finalizo exhortando a aquellos políticos que están haciendo docencia y defendiendo los derechos de todos los panameños, en persona y mediante las redes sociales, a que sigan haciéndolo, que mientras los politiqueros tradicionales siguen dormidos en sus laureles regalando colchones y chancletas, sus discursos liberadores en cambio, cada día cobran más fuerza, más vigencia y hacen más eco en una población hastiada de la politiquería y la corrupción; ergo, puede que dicha población cansada los favorezcan con sus votos para darle un jaque mate definitivo al agotado sistema y dar pie a una renovación de la patria con nuevos fundamentos, nuevas ideas y nuevos conceptos.

      Saludos cordiales.

      Erick Simpson Aguilera.

      Tablet in hands

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      | 3 comentarios
    • Acuerdo leonino (Caso Odebrecht)

      Posteado a las 9:46 pm por Erick Simpson Aguilera, el 3 agosto, 2017

      Por: Erick Simpson Aguilera

      6 de dic

      A ver, ¿se supone que los panameños debemos darnos por bien servidos y sentirnos satisfechos con un acuerdo lesivo para los intereses de la patria y favorable para con una empresa confesa de coimear a funcionarios y empresarios panameños para hacerse ilegalmente con contrataciones que suman en su totalidad los $10 mil millones de dólares que en su gran mayoría no han sido auditados no obstante el tamaño escándalo que constituye el Caso Odebrecht el cual rebasa lo visto hasta ahora en el continente americano?

      Que me disculpen la prensa escrita, las televisoras, los voceros del gobierno, los gremios empresariales, y algunos grupos de la sociedad civil, si no aplaudo de pie, si no creo a pie juntillas, y si no lanzo fuegos artificiales por el acuerdo firmado entre el Ministerio Público y la corrupta y confesa empresa Odebrecht, como sí lo hacen ellos; pero es que no puedo conformarme con que se premie a semejante empresa que tanto daño le ha causado al país, con un cómodo arreglo de pago a 12 años, cuando a la hora de coimear a funcionarios e inflar las obras con sobrecostos nos saqueaban en tiempo real privándonos de nuestros impuestos necesarios para mejorar la educación, salud, viviendas, calles, y erradicar la pobreza y la desigualdad.

      Cómo aplaudir que una empresa corrupta en contubernio con panameños corruptos del sector público y privado (la banca incluida), drenen nuestras finanzas públicas con sus actos de corrupción, y que no se auditen los $10 mil millones de dólares en contratos adjudicados a dicha empresa, y que se aplique una multa del orden de $ 220 millones de dólares a ciegas sin saber si los auditos completos hubieran arrojado hallazgos de lesión patrimonial superiores con creces a dicha suma que de colmo será cancelada en 12 largos años a cuenta gotas, sin intereses y siempre con el riesgo de que la empresa desaparezca o quiebre en tan largo período de tiempo.

      De modo que, los panameños según los defensores del acuerdo, los cuales dicho sea de paso, tienen todo el derecho de simpatizar con dicha medida leonina y se les respeta su decisión de hacerlo, debemos contentarnos con que nos despojen Odebrecht y sus secuaces locales, de dineros que ya estaban en nuestras arcas estatales, y con que ahora lo devuelvan poco a poco en 12 largos años de plazo, lo cual nos limita y no tiene el mismo impacto que la plata completa como estaba, lo que equivale al pueblo panameño financiando con sus impuestos las operaciones de una corrupta empresa brasileña que nos robó. “Qué maravilla”.

      Ojalá todos los panameños tuviéramos esas facilidades de las que goza la empresa brasileña Odebrecht; es decir, que pudiéramos gozar también de la bondad de ser financiados por el gobierno con préstamos blandos, a una tasa de cero interés, pagaderos a 12 largos años y no en su totalidad (solo una ínfima suma simbólica). Así cualquiera triunfa en la vida; pero no, el panameño no tiene derecho a disfrutar de los años de prosperidad que vive el país; nosotros tenemos derecho solamente a pagar impuestos due date, para que los políticos mediocres e ineptos que contratan empresas corruptas puedan vivir como reyes, despilfarrar nuestros fondos y beneficiar a Odebrecht.

      Sí, yo sé que algunos argumentan que no queda de otra porque si queremos que la empresa Odebrecht coopere con las delaciones tenemos que prácticamente exonerarla poniéndole las cosas fáciles y renunciando a nuestro derecho de obligarla a resarcir a cabalidad el gran daño que nos ha causado a los panameños, lo cual me suena a chantaje; es decir, «si no me eximes de devolver todo el dinero que me llevé ilícitamente de tus arcas no canto».

      Sin embargo, me pregunto si Brasil, Suiza y Estados Unidos, permitieron que fuera Odebrecht la que pusiera las reglas del juego para las delaciones. Si por usar los sistemas bancarios estadounidenses y suizos estos países se activaron de una vez, realizaron las investigaciones pertinentes y cooperaron con sus pares brasileños, imaginen cómo le hubiera ido a Odebrecht de haber pagado las coimas y cobrado los sobrecostos en dichos países, como sí lo hizo en Panamá.

      En cuanto a Panamá se refiere, con la cantidad de contrataciones que la empresa tiene acá, si nuestras autoridades desde el principio hubieran adoptado una posición firme, dura, fuerte y contundente, bloqueándole los pagos, rescindiéndole los contratos, embargándole activos, y aplicándole cualquier otra medida de presión hasta ponerlos de rodillas y obligarlos a cooperar en nuestros propios términos velando por los intereses de nuestro país que fue el afectado, y no a favor de los intereses de la empresa Odebrecht a la que premiamos por habernos perjudicado, no estuviéramos ahora mendingando acuerdos lesivos.

      Pero no nos llamemos a engaño, nunca ha habido una verdadera intención de que se sepa toda la verdad del Caso Odebrecht porque hay mucha gente “honorable” de la fauna politiquera y empresarial local, involucrados.

      Además, no pasemos por alto que si hubiera existido una verdadera voluntad de investigar, desde el 2015 (hace 2 años y 4 meses) el Ministerio Publico hubiera colaborado con los fiscales brasileños cuando estos arribaron al país buscando información sobre las operaciones ilícitas de Odebrecht en Panamá; conformado así un solo equipo con los fiscales brasileños para deslindar la trama que nos ocupa; posicionándose Panamá en un lugar firme y estratégico a la hora de sentar a la empresa Odebrecht en el banquillo para pedirle cuentas; y gozando de la reciprocidad de los fiscales brasileños para disponer expeditamente de las delaciones a las que ahora invocan como excusa para justificar la firma del acuerdo leonino que premia a la empresa con un cómodo arreglo de pago a 12 años; pero no, no nos integramos a la investigación de los fiscales brasileños; al contrario, nos hicimos los locos enviándoles información tardía y parcial y por eso las autoridades judiciales brasileñas acusaron al Ministerio Publico panameño de poco cooperador -por no decir entorpecedor-.

      He allí la gran diferencia entre países con instituciones serias y robustas como Estados Unidos y Suiza que sí colaboraron con Brasil y siempre tuvieron el sartén por el mango a la hora de llamar a capitulo a Odebrecht, y no permitieron chantajes ni cuentos de brujas como Panamá.

      A nuestro país le falta años luces para madurar porque toleramos la corrupción; porque la premiamos; porque la llevamos incrustada en el ADN panameño; y por eso cuando una empresa nos saquea en contubernio con malos panameños, nos conformamos con que nos devuelvan en 12 años a cuenta gotas, una ínfima parte del saqueo, y lo celebramos como si hubiéramos ganado un mundial de futbol. Sigamos así, creyendo que somos los más juega vivo del mundo, que cuando abramos los ojos, no tendremos ni país y seremos una sucursal de alguna empresa corrupta de la calaña de Odebrecht.

      Saludos cordiales.

      Erick Simpson Aguilera.

      congolandia2

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    • Multa de consolación

      Posteado a las 4:26 am por Erick Simpson Aguilera, el 3 agosto, 2017

      Por: Erick Simpson Aguilera

      Acuerdo

      Ahora sí, con calma y cabeza fría, me dispongo a abordar con el mayor de los respetos el tema de la multa impuesta mediante acuerdo por el Ministerio Publico de Panamá a la empresa brasileña Odebrecht.

      Esta noche con la adrenalina al tope cuando entrenaba (boxeo y pesas), tuiteaba en intervalos acerca del tema que nos ocupa, pero no es buena idea tuitear sobre un tema que me frustra en extremo como es el Caso Odebrecht, mientras estoy lleno de furia golpeando un saco de boxeo, porque luego cometo el error de tuitear desde la frustración y no leer con cuidado los tuits que me responden los cuales puedo mal interpretar en el momento.

      De modo que, pido disculpas a cualquiera que haya podido ofender con mis tuits explosivos y llenos de rabia.

      Dicho eso, entramos en materia.

      Mi opinión personal -que no tiene que ser la verdad absoluta por no ser yo el dueño de la misma- sobre el acuerdo del Ministerio Público con la empresa Odebrecht, y en particular acerca de la multa de $ 220 millones de dólares pagaderos a 12 años, impuesta a la empresa en mención, es que dicho acuerdo no resarce el daño causado por Odebrecht a la nación panameña y explico el porqué de mi opinión.

      Si a la empresa Odebrecht desde que arribó a Panamá durante la Administración de Martin Torrijos hasta la fecha, léase, hasta la Administración del presidente Juan Carlos Varela, se le han adjudicado mega obras que rondan en su totalidad los $ 10 mil millones de dólares, y la empresa en cuestión es confesa de aplicar sobrecostos y coimas en las obras que realiza mundialmente, creo que, el Ministerio Público antes de calcular la multa debió asegurarse de medir bien y con exactitud el supuesto daño causado al patrimonio panameño auditando todos los contratados adjudicados a dicha empresa desde que llegó al país, hasta la fecha de hoy.

      Con esto no estoy acusando a ninguna administración gubernamental pasada ni presente de coimera, pero como ciudadano panameño con derechos y responsabilidades estoy exigiendo que se rindan cuentas cabalmente, y no de manera selectiva auditando en tiempo récord la Contraloría una sola obra adjudicada a la empresa y de un solo periodo gubernamental, entiéndase, de la Administración Martinelli.

      Así como mediante un audito forense de todos los contratos ($ 10 mil millones de dólares) adjudicados a Odebrecht puede que no resulten hallazgos de lesión patrimonial -lo cual sería prácticamente un milagro dado el manchado historial de la empresa confesa de corrupción-, también puede que sí resulten hallazgos de lesión patrimonial superior a las $ 220 millones de dólares impuestos de multa los cuales, para colmo, serán pagados en un eterno plazo de 12 años.

      En fin, me causa mucha indignación -por no decir frustración- el hecho de que desde el 17 de marzo de 2015 el Ministerio Público de Panamá recibió la solicitud de información firmada por el fiscal brasileño Deltan Dellagnol, relacionada con los ilícitos cometidos por la empresa  Odebrecht en Panamá, solicitud ésta que dicho sea de paso, fue respondida de manera parcial 18 meses después, hecho que provocó el malestar de las autoridades judiciales brasileñas que acusaron a sus pares panameños de poco colaboradores -por no decir de entorpecedores-, y que 2 años y 4 meses después todavía estemos hablando de cómodos acuerdos ($220 millones de dólares pagaderos a 12 años) firmados con una empresa a la que se debió investigar desde el primer momento que sonaron las alarmas, para así medir y cuantificar con exactitud el verdadero daño causado a Panamá.

      Así las cosas, es menester que los ciudadanos panameños sigamos ejerciendo presión hasta que el Ministerio Público investigue a la empresa Odebrecht desde que llegó a Panamá hasta la fecha de hoy (sin dejar ningún contrato por fuera), e indagar además de los testigos detenidos en Brasil, también a Rodrigo Tacla Durán, para determinar si sus afirmaciones sobre el caso que nos ocupa tienen fundamentos sustentables en pruebas fehacientes o no.

      De lo contrario seguiremos con aquella frustrante sensación de haber sido atracados y estafados por una empresa confesa de corrupción que seguirá trabajando en el país como si nada hubiera pasado, y nos pagará en 12 años una irrisoria multa de consolación, en comparación con el gran daño causado a nuestra patria Panamá.

      Saludos cordiales.

      Erick Simpson Aguilera.

      Leer: Fiscales de Brasil señalan que Panamá se resiste a cumplir.

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