Buen día estimados lectores.
En ésta ocasión quisiera que juntos exploremos un tema de extrema urgencia para el devenir de la nación panameña, a saber, la necesidad de reformar, modernizar y adecuar la ley de contrataciones públicas con la finalidad que la misma promueva la transparencia y combata la corrupción.
Es menester que establezcamos en primera instancia la condición legal actual de las contrataciones públicas, con el fin de saber a ciencia cierta en dónde estamos parados y desde dicho punto remover los escombros, establecer las bases, y ascender hacia la cima del desarrollo integral que solo se logra aplicando las mejores prácticas y cerrándole las puertas a la corrupción que postra a las naciones en el tercermundismo, atraso, desigualdad y pobreza.
Dicho eso entramos en materia:
Necesidad de reformar la ley de contrataciones públicas.
1- Condición:
Por inverosímil, surrealista e increíble que parezca, la ley de contrataciones públicas panameña carece de un artículo que inhabilite a las empresas condenadas por actos de corrupción en el extranjero.
2- Causa:
Dicha situación obedece al innegable hecho de que los partidos políticos y sus donantes privados de campaña consideran al Estado panameño el mayor de los negocios para enriquecerse a granel de la noche a la mañana.
Razón por la cual se niegan a acabar con el negocio comoquiera que, si adecentamos el tema de las contrataciones públicas cerrándoles las puertas a la corrupción nacional e internacional, terminarían las mega coimas y negociados, perdiendo así su atractivo para los donantes secretos de la empresa privada, el financiamiento de campañas políticas, toda vez que ya no podrían recuperar con creces -como suelen hacer- sus inversiones en candidatos que les entregan cuando ejercen como funcionarios públicos, contrataciones amañadas con pliegos de cargos hechos a la medida, y tendrían que competir en buena lid en las licitaciones públicas contra todos los proponentes en igualdad de condiciones y limpiamente, lo cual aunque no les guste a la mayoría de los políticos y empresarios panameños, es el estándar de los países desarrollados, funcionales y normales que practican la transparencia.
3- Criterio:
Lo ideal sería adecuar la ley de contrataciones públicas incluyéndole los artículos necesarios para inhabilitar a aquellas empresas que hayan sido condenadas por actos de corrupción nacional e internacionalmente.
Sobre dicho particular es oportuno mencionar que, en el Perú por ejemplo, a diferencia de Panamá donde todos los Órganos del Estado se resisten a transparentar el tema de las contrataciones públicas y los panameños sabemos el por qué de su resistencia la cual debería darles vergüenza porque los deja en evidencia como expoliadores que ven al Estado panameño como una finca para saquearla, reitero, en el Perú los Órganos Ejecutivo y Legislativo impulsaron la denominada “Ley de Muerte Civil” la cual inhabilita perpetuamente a aquellas empresas condenadas por actos de corrupción nacional e internacionalmente.
4- Efectos:
A raíz de la falta de transparencia en la ley de contrataciones públicas gracias a la resistencia de quienes explotan al Estado panameño, empresas extranjeras de muy mala reputación se han unido a la fiesta exportándonos sus malas prácticas por medio de las cuales han terminado de descomponer y corromper a muchos sectores del quehacer nacional.
Recuerdo que en otrora cuando estos temas eran denunciados por la ciudadanía los politiqueros de la fauna politiquera criolla que defienden el corrupto sistema por constituir el mismo su modus vivendi del cual parasitan, respondían arrogantemente: “Pruébenlo”.
Pues ya se les cumplió el deseo con las confesiones de la empresa brasileña Odebrecht, las cuales han puesto de relieve a la faz mundial todo el engranaje, andamiaje y esquema sistemático establecido para el pago de coimas a funcionarios y políticos de variopintos países, incluido Panamá.
Ésta situación penosa además de representar un saqueo a las arcas del Estado panameño comoquiera que las mega coimas millonarias pagadas por la empresa en cuestión salen de los sobrecostos y adendas injustificadas que lesionan a nuestro patrimonio, también impide que empresas serias de países que combaten la corrupción participen en las licitaciones panameñas toda vez que no se expondrán a ser sancionadas en sus países por violar la ley anticorrupción pagando coimas en el exterior y si no lo hacen saben que no llevan chance de ganar licitaciones en Panamá. Razón por la cual nos hemos ganado a pulso en los países serios (y en los corruptos también) la fama mundial de ser un país corrupto en el cual la coima es la norma.
A propósito, la problemática empresa española Sacyr, la cual no obstante rozar la quiebra se ganó “extrañamente” la licitación para ampliar el Canal de Panamá, ahora después de finalizada la obra pretende que se le paguen sobrecostos por el orden de $5,673.6 millones de dólares, y como si esto fuera poco, tiene la problemática y muy mal reputada empresa en cuestión, las puertas abiertas para seguir licitando en cuantos megas proyectos emprenda Panamá porque nuestra permisiva y flexible ley de contrataciones públicas así se lo permite.
5- Recomendaciones:
Es menester que la Asamblea Legislativa reforme la ley de contrataciones públicas con el propósito que la misma contemple de una vez por todas una solución al tema de las empresas corruptas que siguen licitando a sus anchas en Panamá, demostrando la situación caótica actual que nuestra nación es una tierra fértil para la corrupción en donde prosperan las malas artes.
Muerte perpetua para las empresas corruptas condenadas nacional e internacionalmente debe ser la nueva norma. De modo que dichas empresas no puedan volver a participar en licitaciones con el Estado panameño.
De lograrse dicho cometido, estaremos los panameños dando un paso gigantesco hacia el desarrollo integral, y comenzaremos a darle el jaque mate definitivo al sistema corrupto que nos tiene secuestrados extirpándole parte del cáncer que sufre dicho sistema. En futuros artículos abordaremos otras operaciones quirúrgicas que requiere el Estado panameño para extirpar completamente el cáncer que lo carcome.
¿Será que los ciudadanos panameños estaremos a la altura de las circunstancias históricas que vivimos cual punto de inflexión desde que estalló mundialmente el escándalo Odebrecht, y presionaremos con fuerza para que el gobierno adecente el tema de las contrataciones públicas inhabilitando legalmente a los corruptos como se hizo en el Perú, o nos cruzaremos de brazos fracasando como ciudadanos mientras el país es saqueado en nuestras caras por la delincuencia nacional e internacional?
Saludos cordiales.
Erick Simpson Aguilera.