Por: Erick Simpson Aguilera
Unos de los pocos programas de la televisión panameña que tolero, son los programas de debates, mesas redonda, y opinión, en virtud de que uno siempre aprende algo nuevo, se retroalimenta y calibra la opinión ciudadana respecto a los temas nacionales de actualidad.
Dicho eso aclaro que, ver dichos programas no equivale a formar mi opinión en base a lo que opinan los panelistas, expertos, comentaristas y demás gurús que participan de los mismos, comoquiera que, tengo mi propio criterio y aunque valoro las opiniones de otros, no suelo impresionarme ni construir mis pareceres a partir de opiniones de terceros.
Así las cosas, cuando escucho en los programas televisivos de opinión a los panelistas repetir hasta la saciedad cual si fuera un mantra que ha calado en la psique de la teleaudiencia panameña que, “el mundo ha cambiado en lo concerniente a la transparencia de los sistemas financieros” y por ende Panamá debe adecuarse a dicha nueva realidad mundial de combate a la opacidad financiera, me pregunto si debemos creer a pie juntillas semejante afirmación, o si por el contrario procede ejercitar la mente confrontando dicha declaración con los hechos para ver si ésta corresponde con la realidad.
Mi planteamiento obedece al hecho de que uno no puede renunciar a pensar y cederle el poder de pensar por nosotros a terceras personas que desde los medios de comunicación abordan diversos temas del quehacer nacional, porque si actuamos así, seremos sin lugar a dudas manipulados, ergo debemos pensar y analizar por nosotros mismos.
Respecto a los casos Panamá Papers y escándalo Waked, los cuales no me corresponde juzgar ni exonerar, reconozco que Panamá no puede darse el lujo de seguir facilitando que nuestro sistema financiero sea utilizado para fines ilícitos, lo que no implica tampoco que debamos creer ciegamente en esa fabula que nos venden desde los medios de comunicación de que el mundo ha cambiado hacia la transparencia de los sistemas financieros, la cual aunque suena bonito no deja de ser un mito.
El mundo no ha cambiado en materia financiera toda vez que, los paraísos fiscales y lavanderías de dinero sucio siguen vigentes en Delaware, Dakota del Sur, Wyoming, Florida y Nevada (USA), en La City de London y las 14 jurisdicciones ultramar de la corona británica (UK), en Frankfurt (Alemania), Montecarlo (Principado de Mónaco que por tratados es una suerte de protectorado francés), etcétera.
De manera que, hablemos claro, el mundo no ha cambiado, lo que ha cambiado son las reglas del juego para los países como Panamá que no son potencia, y por ende no debemos seguir apostando a actividades opacas que exponen el país al ataque de las potencias corruptas del mundo que aspiran a monopolizar el mercado de la maleantería global. De modo que, no pequemos de serviles e ilusos siguiéndole el juego a dichas potencias como si en verdad éstas estuvieran a favor de las buenas prácticas y hubieran cambiado las reglas del juego para todos los países por igual hacia la transparencia financiera mundial, lo cual es un mito que solo los ingenuos compran.
A propósito, otra tendencia que observo en la mayoría de panelistas de los programas de opinión panameños es la costumbre de ser absolutistas (el que no está conmigo está contra mí), léase extremistas. Me explico, muchas veces tienden a establecer su punto de vista como un extremo verdadero, y considerar las otras opiniones como si fueran el otro extremo errado aunque no riñan ambos puntos de vistas.
Por ejemplo en el caso de los Panamá Papers y el escándalo Waked, muchos panelistas de los programas de opinión creen que solo existen dos extremos antagónicos, a saber: los que quieren que Panamá se adecue a los supuestos estándares internacionales de transparencia financiera y los que ven en los últimos escándalos una conspiración de las potencias en contra de Panamá y por tanto se resisten a los cambios.
Sin embargo, opino que ambos puntos de vistas son complementarios y no riñen uno con el otro si se pulen finamente comoquiera que, su servidor por ejemplo, considero que efectivamente es hora que Panamá se ponga serio y renuncie a las malas prácticas financieras que tanto daño le han hecho al país y nos colocan en una posición vulnerable a merced del ataque de las potencias, y al mismo tiempo creo también que somos objeto (Panamá) de una campaña sucia de las potencias mundiales que quieren redirigir cual monopolio todo el dinero producto de la evasión fiscal, trafico de drogas y demás actividades ilícitas -que por supuesto no aplaudo- a los paraísos fiscales y lavanderías de los principales miembros de la OCDE, léase: USA, UK, Alemania y Francia (Mónaco), y por eso financian campañas como los infames Panamá Papers para dañar la imagen de nuestro país, mientras ellos siguen impunemente con sus guaridas fiscales y cuevas de dinero sucio intactas y vigentes. De modo que, como pueden ver apreciados lectores, es posible tener ambos puntos de vistas sin caer en extremos ni contradicciones.
Saludos cordiales.
Erick Simpson Aguilera.