Por: Erick Simpson Aguilera
Clase de titulo para espinoso el del artículo que, en nada ayuda a la maltrecha imagen del país ya de por sí severamente deteriorada por los infames Panamá Papers, dirán sin duda algunos lectores. Sin embargo, el titulo del articulo es oportuno por doloroso y odioso que les suene a algunos, toda vez que ese es el mensaje que le envía al mundo la nueva ley de contrataciones publicas que deja las puertas del país abiertas para que entren en las licitaciones públicas empresas corruptas condenadas por actos dolosos allende nuestras fronteras.
Si hay alguien que se ha parado en la brecha en defensa de nuestro país, modestia aparte, es su servidor que he escrito innumerables artículos desde hace años a favor del centro financiero panameño y en contra de los atropellos de la OCDE y países como Francia y Colombia, algunos de los cuales (los artículos) han sido traducidos al ingles por el Dr. Eduardo Morgan Jr. que los ha publicado en su sitio web.
De manera que, difícilmente se puede poner en tela de duda mi defensa en pro de la patria. Sin embargo, cada día se complica más defender a Panamá cuando los Órganos Ejecutivo y Legislativo se empeñan en mandar el mensaje a la comunidad internacional de que Panamá es una cueva o paraíso para la corrupción que invita y recibe con los brazos abiertos a todas las empresas forajidas del planeta que hayan sido condenadas por actos de corrupción allende nuestras fronteras, para que operen a sus anchas en nuestro paraíso tropical y bananero cuyas leyes son laxas y amigables con la corrupción.
Les confieso que me resulta inverosímil que en pleno siglo 21 los políticos, gobernantes y diputados panameños estén tan desfasados y obsoletos que sean incapaces de cerrarles las puertas mediante una ley de contrataciones públicas decente a las empresas condenadas por actos de corrupción en el exterior. Y más surrealista me resulta escuchar sus risibles e infantiles argumentos en defensa de lo indefendible, los cuales son del siguiente talante:
“Sería un impedimento para licitar las obras la inhabilitación de empresas corruptas porque entre ellas comenzarían procesos de impugnación y tendríamos a Panamá Compras verificando sentencias de condenas en tribunales del mundo”.
Argumento para pobre y baladí el anterior que roza lo circense. Si así fuera que una ley anti empresas corruptas resulta en impedimentos para licitar obras, ningún país del mundo tendría ese tipo de salvaguardas. A quienes sí les resulta un impedimento las leyes en pro de la transparencia y las buenas prácticas es al tipo de empresas forajidas y corruptas que licitan con el Estado panameño y precisamente eso es lo que se debe evitar cerrándoles las puertas e incentivando a otra clase de empresas para que participen en los actos públicos, cuyos perfiles a diferencia de las actuales, sean el de empresas potables y de buen nombre que puedan transferirnos tecnología, conocimiento, expertise y mejores estándares de transparencia.
Por otro lado, los argumentos sobre el particular que nos ocupa de no pocos gurús de los medios de comunicación, panelistas, comentaristas y miembros de la sociedad civil invitados a los debates de opinión, con todo respeto, pecan de tímidos, tibios y temerosos comoquiera que arguyen que se ha avanzado con la reforma a la ley de contrataciones públicas pero se ha perdido la oportunidad de darle al país un instrumento legal en pro de la transparencia, bla bla bla y mil hierbas aromáticas más por el estilo que suenan muy bonito y políticamente correcto, sin embargo lo que procede cuando la imagen del país está por el suelo mundialmente por el escándalo de los Mossack Fonseca Papers, es llamar a las cosas por su nombre con la estatura, valentía y liderazgo que el caso amerita porque nos estamos jugando la imagen y el nombre de la patria, entiéndase que debemos decir claramente que la ley de contrataciones públicas debe ser vetada por el Presidente Juan Carlos Varela por constituir la misma un atentado en contra de los mejores intereses de la patria y una invitación a todas las empresas corruptas del planeta a hacer negociados nada koshers en Panamá que es una guarida y paraíso de la corrupción que los recibe con los brazos abiertos para la rebusca mutua, y que si dicho esperpento legal no es vetado por el presidente Varela no quedará otra opción que los ciudadanos nos tomemos las calles y paralicemos el país con huelgas.
Ese debe ser en mi opinión el discurso de los medios de comunicación si es que gozan de independencia y autonomía que lo dudo mucho; el discurso de las organizaciones de la sociedad civil si en verdad defienden los intereses patrios; el discurso de los gremios empresariales, de trabajadores, educadores, estudiantes, sindicatos, iglesia, indígenas, etcétera; y el discurso de los ciudadanos de a pie; a saber, un discurso que les haga saber a los gobernantes que todo tiene un límite que están rebasando, que ellos no son reyes pero si funcionarios públicos que deben velar por el bien común, y que nuestro país no es la finca privada de nadie, ergo es hora de adecentar el sistema cerrándole las puertas a la corrupción, la cual constituye una factura muy cara y pesada que ya estamos pagando y máxime ahora que el mundo nos mira con sospecha y desdén gracias a los ex asesores del gobierno de turno que pusieron a Panamá en el ojo del huracán a nivel mundial (Panamá Papers) sin que las autoridades de gobierno hicieran nada para evitarlo, y todavía se creen con licencia para desgraciar aún más la imagen de Panamá con una ley de contrataciones publicas nefasta que es una vergüenza y nos pone en desventaja para defender a la nación porque los países que nos pintan como una cueva fiscal ahora tendrán más argumentos para calificarnos como un una guarida y paraíso de la corrupción proclive a servir de plataforma para hacer negocios turbios.
Así es, y no podemos pretender que nos tomen en serio en el exterior como si fuéramos un país que combate el blanqueo de capitales y la corrupción cuando el principal contratista del Estado Panameño es la empresa Obrebrecht cuyo mayor accionista fue condenado en Brasil a 19 años de prisión precisamente por lavado de dinero, corrupción y pertenencia a banda criminal y aún así seguimos otorgándole a su empresa cuanto contrato licite Panamá con la excusa baladí de que la ley de contrataciones publicas no permite inhabilitarlos y cuando la reformamos no salvamos dicho escollo para seguir argumentando desafiantemente que la ley no permite inhabilitarlos. ¿En qué pretenden convertir a Panamá ésta clase de politiqueros que desgraciadamente nos desgobiernan?
La institucionalidad democrática panameña está hecha añicos; el sistema colapsó; no existe separación de poderes y por eso el Órgano Legislativo peca de servilismo ante los dictámenes del Ejecutivo; por eso el poder judicial hace gala de justicia selectiva y tiene un pacto de no agresión con la asamblea para cubrirse impune y mutuamente; por eso la Contraloría y el Ministerio Público no auditan ni investigan los contratos de la empresa Odebrecht alegando que mientras en otros países dicha empresa cometió actos ilícitos, en Panamá todo lo hizo con transparencia; y por eso los partidos políticos están en crisis y gozan de cero credibilidad toda vez que ni siquiera existen partidos de oposición y casi todos están sometidos al poder ejecutivo.
Ante un escenario tan caótico los políticos oficialistas embriagados por el poder que les nubla el entendimiento juran que son inmunes y que están blindados por un sistema diseñado para que reine la impunidad y que en las próximas elecciones triunfarán con la ayuda de sus donantes secretos y nadie les pedirá cuentas. Sin embargo, no se han percatado que el sistema corrupto, populista y clientelista al que consideran inviolable, está lleno de grietas por las que cabe un líder pseudo mesiánico populista y con dotes de dictador que puede vencerlos en su propio juego y llevar el país al desastre.
De hecho, ya el expresidente Ricardo Martinelli los venció una vez en su propio juego electorero en que se alternaban el poder cada cinco años el Panameñismo y el PRD, doblegando a uno a quien obligó a aliarse y venciendo al otro electoralmente, y vaticino por el desastre de gobierno que tenemos actualmente que, el CD se perfila como el partido a batir en 2019. Y a diferencia del gobierno actual, al CD no le temblará la mano para encerrarlos tras las rejas y convocar a una constituyente a su imagen y semejanza. A propósito, lo que diré a continuación no caerá bien pero, el error del expresidente Martinelli fue su estilo histriónico y la corrupción de su gobierno, los cuales de no haberse dado su partido se hubiera quedado en el poder unos 20 años y de hecho, soy testigo que la gente de los barrios añoran los tiempos de Martinelli y extrañan su nefasto gobierno por inverosímil que suene ésta añoranza que merece una reflexión. Así de mal lo está haciendo el actual gobierno que es amigo de Odebrecht, que promueve el país como destino para empresas extranjeras corruptas gracias al esperpento de ley de contrataciones públicas que aprobaron, y cuyos ex asesores nos metieron en el escándalo mayúsculo de los Panamá Papers, que mucha gente por extraño que parezca pide a gritos el regreso de Ricardo Martinelli de quien podemos decir mil cosas malas, pero de que trabaja, trabajaba. Cuidado porque el CD puede volver con más fuerza y sed de vendetta, y si no es el CD será otro movimiento que haya detectado también las enormes grietas institucionales y electorales colándose por las mismas, y les dará la sorpresa de sus vidas a los politiqueros ciegos e ilusos que se creen intocables y promueven las malas prácticas en detrimento de Panamá y sus ciudadanos.
Saludos cordiales.
Erick Simpson Aguilera.
3 pensamientos en “¿Es Panamá un paraíso de la corrupción?”
Franklin Jose Guinard Jurado
No me voy a cansar de Felicitarte, pero ante esta gran verdad, me quito el sombrero. Saludos
erick507
Gracias Franklin. Saludos.
Alberdas
Me gusta leer tus articulos y me gustaria compartirlos , estoy totalmente desepcionado al ver en lo que han convertido Panama, estos Amorales de doble estandar que nos gobiernan, enriqueciendose ilicitamente sirviendose de nuestra Patria. Sin importarle con el PUEBLO MEDIGO al cual solo le dan la migajas .