Por: Erick Simpson Aguilera
Me imagino que todavía se vale pensar, disentir, opinar y expresarse, no obstante esa libertad de expresión no concuerde con el discurso o agenda gubernamental, ¿cierto? Que yo sepa, vivimos en una democracia y no en una dictadura que criminaliza el pensamiento, ¿o no? A propósito, yo me opuse con vehemencia como demuestran los más de 400 artículos que he escrito, al gobierno de Ricardo Martinelli, y podre decir mil cosas en contra de esa administración, pero mentiría si dijera que alguien del mencionado gobierno me amenazó alguna vez por mis escritos. Espero que ese mismo respeto por mi derecho a opinar y expresarme, sea manifiesto durante el gobierno de turno también.
Dicho eso, procedo como ciudadano libre y pensante que soy, a ejercer mi ciudadanía, a usar mi intelecto, mi discernimiento, y mi criterio, para debatir sobre el tema de mayor vigencia en el quehacer nacional hoy por hoy, a saber, la coalición en contra del Estado Islámico (ISIS).
¿Qué pensaría usted estimado lector?, si de pronto en un escenario hipotético las autoridades panameñas hacen un anuncio mundial señalando que:
1- Como aporte para integrar la coalición contra ISIS Panamá no permitirá que el canal sea utilizado por grupos terroristas para transportar armamentos.
2- Que Panamá no permitirá que sus puertos sean utilizados por yihadistas para mover mercadería para fines oscuros.
3- Que Panamá no permitirá que la Zona Libre sea utilizada por terroristas que quieran hacerse pasar por empresarios para alimentar las arcas que financian la yihad. Etcétera.
Seguro que usted pensaría: Pero que declaraciones tan raras y sin sentido son éstas, porque se supone que eso siempre ha sido así, que por default y sobreentendido nuestros principales activos están libres de toda actividad terrorista, ergo es contraproducente hacer anuncios mundiales sobre temas tan tácitos como estos, a no ser que dichas actividades ilícitas sí se estuvieran realizando en Panamá.
Pues bien, si su lógica de pensamiento le llevaría a cuestionarse dichos escenarios hipotéticos de la forma que los planteo, entonces usted entenderá perfectamente apreciado lector, las contradicciones que asaltan a mi mente cuando se usa como argumento para justificar la participación de Panamá en la coalición contra el Estado Islámico (ISIS) el bloqueo en nuestro centro financiero –que es otro de nuestros principales activos– de dineros relacionados con grupos terroristas, comoquiera que, entiendo que desde antes que naciera la mencionada coalición estamos cumpliendo con nuestros deberes en el centro financiero de manera estricta y transparente con la finalidad de no permitir el flujo de capitales sucios.
Para explicarlo de manera más sencilla. Es como si una persona pagara una anualidad de $500.00 dólares para ser miembro de equis club, y surge a los meses una colecta puntual de $100.00 dólares por miembro para hacer reparaciones en el club, y uno de los miembros dice, mi aporte para la colecta tómenlo de los $500.00 que pagué de membresía porque no tengo nada más que aportar, pero por favor, díganle a todo el mundo que estoy aportando algo nuevo a la colecta para que tengan buena opinión de mi.
Pues bien, los dueños del club son las potencias, y el aporte de Panamá ya está dado con anticipación en virtud que se supone, reitero, que nuestro centro financiero está cumpliendo con sus deberes de evitar el flujo de capitales sucios desde antes que surgiera la coalición contra ISIS, ¿o no es así? De modo que, si los dueños del club quieren reparar el tema de ISIS, que lo hagan ellos, y que se lleven el crédito de componer lo que ellos mismos crearon roto, mientras nosotros nos mantenemos a bajo perfil, toda vez que, no estamos aportando nada nuevo a la coalición que Panamá no hubiera aportado desde hace rato ya como para andar haciendo papel de protagonista a la faz del mundo.
En fin, como dije ayer en Twitter, el Centro Financiero es uno de los pilares de la economía panameña, no un instrumento de propaganda belicista. De manera que, debemos cuidar a nuestros principales activos manteniéndonos neutrales y al margen de cualquier conflicto bélico como ha sido nuestra vocación hasta antes del gobierno pasado y del actual que sí han tomado partido en temas extremadamente delicados con epicentros allende nuestras fronteras.
Además, no son solo las graves repercusiones que pudieran afectar a los panameños en todas partes del mundo «al llevar encima una etiqueta» (figuradamente) como miembros de la coalición, pero también son las afectaciones a nuestro modelo de negocios, léase al sector de servicios, por convertirse las embarcaciones de bandera panameña que navegan por el mundo entero en objetivo de un posible atentado terrorista lo cual nos resta competitividad, y si ni Dios lo permita sucediera un ataque a alguna de éstas naves, ocasionaría un desastre de tal magnitud que llevaría al traste a dicha actividad económica en la que somos líderes, ocasionando una estampida de clientes hacía otras banderas.
También en el sector turismo perdemos competitividad si el país se convierte en blanco de amenazas como posible target de atentados terroristas. Aunado al desaliento que puede ocasionar a la inversión extranjera directa (IED) el hecho que perdamos el encanto de ser un país neutral de vocación pacifista y alejado de conflictos bélicos.
De modo que, debemos debatir filosófica, conceptual y estratégicamente, si seguiremos con la neutralidad que nos ha caracterizado, o si la cambiaremos por un mayor protagonismo y beligerancia a nivel mundial en conflictos de carácter militar, lo cual le restaría competitividad al sector de servicios, capitalizando los vecinos de LATAM que se mantienen al margen de las agendas geopolíticas y bélicas de las grandes potencias, los clientes que perdamos.
Como ven, el tema no es nada trivial ni superficial; es profundo y con muchas aristas, ergo precisa de un gran debate nacional en el que todos los sectores nos expresemos sin temor porque el país es de todos y éste tipo de decisiones tomadas por unos pocos, nos afectan en pleno. A propósito, es hora de cambiar de Constitución porque entre otros temas, eso de que el presidente y su gabinete puedan decidir solos el involucrarnos en una coalición eminentemente bélica, no puede ser. Entiendo que en países como USA, Rusia, etcétera, los presidentes requieren de autorización del Congreso para emprender campañas de tipo militar, coaliciones bélicas y demás, mientras en Panamá -corríjanme si no es así y la Asamblea sí autorizó mediante votación en pleno que integráramos la coalición contra ISIS- tal parece que el Órgano Ejecutivo tiene esa facultad exclusiva, y no me parece.
Saludos cordiales.
Erick Simpson Aguilera.