Por: Erick Simpson Aguilera
Compraventa de medidas cautelares; magistrados de la Corte Suprema que se acusan unos a otros de vender fallos; exmagistrados juzgados por corrupción y otros casos; el presidente de la Corte fuertemente descalificado por la sociedad panameña, impidiéndole dicha presión ciudadana fungir como juez de garantías en caso Financial Pacific; otro magistrado atascado en plena era de la información por un simple email que alega desconocer y en consecuencia no notifica al expresidente Ricardo Martinelli respecto a un proceso judicial en el que es señalado, dilatando el magistrado con dicha ineficacia y lentitud propia de la era de las cavernas, el proceso en cuestión; mora judicial; y una serie de etcéteras por el estilo, dan fe del estado deplorable de la administración de justicia panameña.
Así las cosas, no me sorprendería que fuera cierto el supuesto caso (respetando la presunción de inocencia) de la denominada “Taquilla”, el cual desnuda las miserias de la administración de justicia panameña que cual mercado persa se ha constituido en una institución que trafica con la justicia vendiéndola al mejor postor cuyo poder adquisitivo le permita comprar su libertad mientras miles de panameños son encerrados sin procesos judiciales en mazmorras por no disponer de los medios económicos para probar su inocencia (el mundo al revés y la presunción de inocencia de los pobres al garete) o comprar su impunidad -si son maleantes de poca monta- como sí hacen los privilegiados que gozan de licencia para delinquir, de patente de corso, y están por encima de la ley panameña que no puede coartar sus libertades aun habiendo meritos legales para ello por ser infractores.
Tal parece que el Foro Económico Mundial está en lo correcto cuando señala en el Índice de Competitividad Global 2015, que la administración de justicia panameña es una de las peores del planeta por carecer de independencia judicial. No en vano tenemos dicha mala fama mundial tan vergonzosa, toda vez que quienes administran justicia en Panamá se la han ganado a pulso por su pobre y muchas veces corrupto, proceder.
En fin, solo espero que la caja de pandora siga demostrando la esencia y bellezas de nuestra paupérrima administración de justicia a todos los niveles (no solo en mandos medios y bajos), con la finalidad que los ciudadanos despertemos del letargo de la zona de confort, tomemos conciencia, y nos estremezcamos moralmente con la cruda realidad del país en el que vivimos, el cual no es un lugar seguro en cuanto a justicia se refiere, porque mientras no realicemos el estado agonizante de nuestras instituciones -incluidos los otros poderes del Estado- seguiremos sin entender el por qué muchos de los que se benefician del corrupto sistema jamás aceptarán cambiarlo vía una constituyente que modernice y adecente al país, y seguirán promoviendo a perpetuidad como modelo de Estado a la banana republic aldeana y sin ley que hoy día tenemos como nación, a la cual explotan y saquean impunemente como si de una vulgar finca privada de su propiedad se tratara.
También espero que, algún día antes del año 3000, el Magistrado Jerónimo Mejía encuentre la “misteriosa y oculta formula científica” que le permita notificar al diputado del Parlacen.
Saludos cordiales.
Erick Simpson Aguilera.
Un pensamiento en “La justicia panameña se tambalea”
juan
El Perú va por ahí en cuanto a la calificación de 2.6 vs 2.8 la corrupción en general nos corroe y la madre del cordero es el DINERO MAL HABIDO, ahora mismo la esposa del presidente del Perú Nadine Heredia, después de negar unos escritos sobre su «agenda personal» donde comenta muchos datos raros sobre la financiación de su campaña política, ahora los reconoce…