Por: Erick Simpson Aguilera
A menudo escuchamos en los medios de comunicación a las nuevas autoridades señalando que encontraron las arcas del Estado vacías, denunciando malos manejos de los fondos públicos por parte de ciertos funcionarios de la pasada administración, pidiéndole a la Contralora que trabaje, y demás señalamientos por el estilo.
Ahora bien, con todo el respeto que se me merecen las nuevas autoridades, les pregunto lo siguiente, si la gran mayoría de ciudadanos los escogimos a ustedes para que representen nuestros intereses públicos, y para que administren nuestro patrimonio patrio, ¿qué esperan entonces para actuar enérgicamente y proceder a aplicar la rendición de cuentas con el talante de líderes y autoridad que son, y no como quién no se atreve a tomar las medidas drásticas, y dolorosas, pero necesarias, para aplicar todo el peso de la ley, a quienes se les compruebe haber lesionado el patrimonio estatal, o haberse prestado desde su cargo para facilitar que otros delinquieran contra el Estado?
Es hora de que los discursos de campaña que prometían rendición de cuentas, justicia, transparencia, auditorias forenses, y recuperación del patrimonio que se comprobare haber sido lesionado, se traduzcan en hechos concretos, y salgan del ámbito de la politiquería utilizada para llegar al poder, apelando al hambre y sed de justicia de la ciudadanía.
Así las cosas, precisamos que los diputados citen a la Asamblea Nacional a la Contralora para que explique el porqué de ciertos refrendos cuestionados por el propio Presidente de la República, Juan Carlos Varela; para que justifique su falta de implicación y compromiso con la agenda nacional, como también señaló el presidente Varela, y otros temas de la pasada administración que ameritan explicación. Y de no satisfacer dichos descargos, la rendición de cuentas exigida, procederá entonces, aplicar el mecanismo legal correspondiente para cambiar de Contralor en aras de preservar los mejores intereses de la patria y de sus ciudadanos.
Además, es preciso presentar lo antes posible, la ley necesaria para desmantelar el gobierno paralelo cuyos periodos fueron extendidos por la pasada administración, así como revocar con suma urgencia por parte del Ejecutivo, aquellos indultos preventivos y lesivos que constituyen una burla a todos los ciudadanos, y máxime para aquellos que son severamente castigados por robarse una rodaja de pan para alimentar a sus hijos, mientras otros gozan de total impunidad. Ponemos orden en este bananero país en donde no existe la justicia, o nos vamos todos al despeñadero de una vez por todas.
Dicho lo cual, señalo que, no es hora de rogarle tímidamente a funcionario alguno que renuncie; es hora de despedirlos utilizando los canales legales correspondientes, si consideramos que su actuar afecta el desenvolvimiento del Estado. Es hora de aplicar sin miedo alguno, las prometidas auditorias forenses a todos los niveles, y de que independientemente del tamaño político, económico, y social, de quienes se les demuestre haber lesionado el patrimonio estatal, paguen con la pena establecida por la ley para estos delitos, por dura que esta sea. De lo contrario, seguiremos perpetuando el agotado sistema politiquero basado en la impunidad de una casta elitista que se siente por encima de la ley, por encima del bien y el mal, y con licencia para delinquir, hasta que los ciudadanos se tomen en sus propias manos la tarea de aplicar la justicia; escenario peligroso de Estado fallido este, al que debemos evitar llegar.
Cero cacería de brujas, y cero persecución política, pero también, cero impunidad, cero lesión al patrimonio del Estado, y cero burlas a los ciudadanos que exigen con hambre y sed, aplicación de la justicia, y la debida rendición de cuentas.
Estaremos vigilantes para ver el desenlace de este momento histórico y crucial, y le rogamos a Dios que las nuevas autoridades que gozaron de nuestro voto de confianza, no nos defrauden, y estén a la altura de las circunstancias.
Saludos cordiales.
Erick Simpson Aguilera.
Mateo 5:6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.