Por: Erick Simpson Aguilera
En honor a la verdad, el país que administrará a partir del 1 de julio del presente año el hoy gobierno electo, es un reto mayúsculo, como quiera que, la situación socioeconómica de Panamá no está como para lanzar fuegos artificiales.
De manera que, después de la euforia por habernos librado de una dictadura civil, nos toca ser realistas y poner en perspectiva los desafíos que tenemos por delante como nación, con la finalidad de afrontarlos con cabeza fría, tesón, y valentía.
Dicho esto, destaco que, dado el rezago que tenemos en materia educativa, laboral (déficit de mano de obra altamente calificada, 37% de la fuerza laboral trabajando en la informalidad), agropecuaria (canasta básica disparada, el agro destruido, cero soberanía y seguridad alimentarias), social (pobreza y desigualdad), servicios públicos (déficit de agua potable, mala disposición de desechos, etc.), urbanismo (ordenamiento territorial y uso de suelos), cultura y deporte, institucionalidad democrática (daño institucional de arrastre más 5 años de severos ataques continuos), transparencia (cero rendición de cuentas), y gestión fiscal (gastos superfluos, deuda pública astronómica, ingresos decreciendo, etc.), la tarea titánica que tiene por delante el Presidente Juan Carlos Varela y su equipo de trabajo, es de tal magnitud que las soluciones requeridas para desarrollar el país, sobrepasarán su periodo presidencial.
Además de lo previamente expuesto, es preciso dedicar un tiempo a desmontar el gobierno paralelo montado por el gobierno saliente al extender los periodos de ejecutivos a cargo de instituciones claves, y citar a la Asamblea Nacional a aquellos funcionarios cuestionados por un accionar indebido o por omisión de sus funciones, y a algunos magistrados de la Corte que pudieran haber violado la Constitución y las leyes, para determinar en dicho Órgano del Estado (AN), si procede o no, aplicar a dichos funcionarios y magistrados, la remoción de sus cargos más otras medidas que establezca la ley.
En cualquier empresa privada o pública, el empleado que no cumple con sus obligaciones debe ser despedido inmediatamente, y en el caso que nos ocupa existen los mecanismos legales para medir el desempeño de funcionarios con mandatos fijos con la finalidad de prescindir de sus servicios si no cumplen con sus funciones. De manera que, no tenemos por qué afectar (paralizar) el desenvolvimiento del Estado con funcionarios que no justifiquen el salario que devengan, que sigan agendas político-partidistas cuando la ley se los prohíbe por la naturaleza de sus cargos, o que estorben en la consecución de las metas nacionales.
Aclarado ello, seguimos en materia.
Como quiera que, el gobierno saliente renunció a las mediciones educativas PISA, suspendió alegando falta de fondos (sí, así es, el gobierno de la danza de los millones) las encuestas de niveles de vida que medían a la población en pobreza general y extrema, realizó un censo de población y vivienda que fue un desastre total, y no publica el verdadero saldo de la deuda pública (incluyendo la deuda subterránea), ni el déficit energético, ni el déficit de vivienda, ni el déficit de agua potable, etcétera, es preciso realizar mediciones de estos y otros rubros, con la finalidad de establecer científicamente, el estado socioeconómico de la patria, y enfocar entonces en la dirección correcta, todos los esfuerzos necesarios a corto, mediano, y largo plazo, para desarrollar el país.
Sí, así es, yo también conozco esa sensación de impotencia y enfado que, tienen muchos panameños debido a estos 5 años de vacas gordas que se desperdiciaron tirándolos a la basura, toda vez que durante los mismos mientras la economía marchaba bien y podíamos desarrollar integralmente el país, la institucionalidad democrática por casi es aniquilada, la rendición de cuentas y transparencia no fueron fortalecidas, y las deudas sociales (desarrollo humano y calidad de vida de los panameños) fueron ignoradas por un gobierno confrontador, problemático, y poco transparente cuyo énfasis fue dirigido a obras de infraestructura cuestionadas por supuestos sobrecostos, mientras 2 panameños mueren de hambre cada semana.
Sin embargo, todavía seguimos siendo un país bendecido por Dios con múltiples ventajas, lleno de potencial, con un canal ampliado, los mejores puertos de LATAM, la segunda zona libre del mundo, un centro bancario importante, un desempeño económico envidiable, etcétera. De modo que, debemos levantarnos como lo hicimos después de la invasión, y desarrollar a Panamá de manera integral, de una vez por todas.
Todos los panameños en general, y el Presidente Juan Carlos Varela en particular, tenemos una oportunidad de oro para lograr el cometido de desarrollar a Panamá, aportando todos, nuestro mayor esfuerzo, y el Presidente Juan Carlos Varela, dirigiendo con visión de estadista, dichos esfuerzos conjuntos, hacia derroteros de desarrollo humano, justicia social, y crecimiento económico sostenible. De nosotros depende si decidimos hacerlo, si aceptamos el reto, si demostramos estar a la altura de las circunstancias, o si nos dormimos en los laureles una vez más, con las mismas excusas de siempre.
Saludos cordiales.
Erick Simpson Aguilera.
Leer artículo Al trabajo sin más dilación.
2 pensamientos en “Una oportunidad de oro”
Alan ledezma osorio
Es una oportunidad que no debemos desaprovechar sr erick, tal y como usted lo plantea. Esperemos que todos los panameños y panameñas, así como todos esos hermanos extranjeros que han creído en este bello país podamos construir ese Estado que nos merecemos y que sea ejemplo al mundo entero. Sólo pedimos al nuevo jefe de estado la fe confianza y actitud que se necesita para hacer las cosas de la mejor manera. Y sobre todo, que el señor proporcione la sabiduría y bondad que solo el sabe dar…para que Panamá heche pa la te…!!!
Saludos y bendiciones …
erick507
Igualmente Alan. Saludos.