Por: Erick Simpson Aguilera
Pretender aprobar 22 anteproyectos de ley en las postrimerías del gobierno saliente, es como si un equipo de futbol se duerme en los laureles los 90 minutos del partido, para en tiempo de reposición tratar de hacer lo que no hicieron cuando correspondía.
Si los 22 anteproyectos de ley que busca aprobar el gobierno en sesiones extraordinarias en pleno periodo de transición, léase, a escasos días de culminar el gobierno en turno, fueran tan importantes, urgentes, y serios como quieren hacernos creer (ni siquiera el presidente de la Asamblea se toma esto en serio como demuestra la imagen siguiente al presente párrafo), hubieran sido debatidos en las sesiones ordinarias, con la amplitud que los temas importantes y serios se merecen, no in extremis como pretenden hacerlo ahora.

El Flamante Presidente de la Asamblea Nacional de Panamá que hoy por hoy es un circo ridículo, dando inicio a las sesiones extraordinarias
Dicho lo cual destaco que, a los panameños -que no somos tan tontos como el gobierno cree- nos toca estar vigilantes para no permitir que leyes nefastas como suele promover el oficialismo, se cuelen en estas sesiones extraordinariamente sospechosas. Debemos estar alertas para que no nos goleen estos diputados reincidentes, en plena fiebre mundialista.
Dado el pobre historial de leyes aprobadas por esta cuestionada Asamblea, a saber: ley chorizo, ley minera, Sala V, ley para vender las acciones de las empresas mixtas y los terrenos de la Zona Libre de Colón, ley APP (Asociación Publico Privada), ley 120 de territorialidad fiscal (esta fue una auténtica locura) y demás leyes nefastas, muchas de las cuales han causado luto y dolor a los panameños, los “ilustres” diputados -en su mayoría tránsfugas- entenderán que, los ciudadanos no tengamos una pizca de confianza en sus “buenas intenciones” de legislar a favor de la patria, gracias al desprestigio que sufre el Órgano Legislativo que, está plagado de diputados serviles que obedecen a pie juntillas los designios del Órgano Ejecutivo, y debido a su historial manchado por aprobar a espaldas del pueblo, a tambor batiente, leyes perjudiciales a los intereses de los panameños.
De hecho, de lo poco que se conoce del contenido de estos 22 anteproyectos de ley, se sabe de la perversa iniciativa de desproteger 750 hectáreas de humedales de la bahía de Panamá, para beneficiar a cuatro desarrollos privados que impactarán negativamente a los residentes de Juan Díaz, entiéndase, sufrirán más inundaciones y en consecuencia perdidas de sus bienes al haber menos humedales que amortigüen cual esponjas las aguas que terminarán dentro de sus casas.
En fin, presiento que fieles al patrón de estos 5 años de desgobierno CD, los diputados oficialistas harán caso omiso del clamor popular que les pide una transición ordenada y sin mayores sobresaltos, no caldear los ánimos ciudadanos aprobando leyes antipopulares, y al final del día pasarán por encima de la paz social con su aplanadora de tránsfugas, aprobando los 22 anteproyectos de ley con todas las sorpresas que estos escondan, para después recular cuando el pueblo enardecido se lance a las calles a defender sus derechos que son vulnerados una vez más, por un gobierno irresponsable y enemigo de la consulta, como siempre sucede con estás tácticas gubernamentales que buscan medir fuerzas imponiendo su voluntad a la ciudadanía, desgastando innecesariamente con dicho proceder al país.
Prácticamente sería un milagro que, los diputados oficialistas recuperaran su dignidad oponiéndose a favorecer con sus votos los anteproyectos de ley presentados en estas sesiones extraordinariamente cuestionadas. Dada las amenazas del presidente Ricardo Martinelli que, asegura tener dossiers de cada uno de ellos, y hasta los cataloga de animales (según la RAE pedigrí significa genealogía de un animal), dificulto que, aunque sea una vez en sus vidas, los diputados oficialistas se atrevan a actuar con independencia, dignidad, criterio, y valentía, para decir, yo no soy ningún perro que obedece las ordenes de su amo, y tengo voluntad propia para votar en contra de estos anteproyectos si considero que los mismos perjudican a Panamá.
Amanecerá y veremos si como residentes de Juan Díaz, nos tocará lanzarnos a las calles para defender nuestro derecho a no terminar con nuestras casas anegadas y bienes destruidos, o si nos conviene más la opción de esperar a que estas leyes nocivas sean revocadas por el gobierno entrante.
Saludos cordiales.
Erick Simpson Aguilera.