Por: Erick Simpson Aguilera
Muy buen día apreciados lectores.
Con ánimos renovados después de la victoria de la oposición, me dispongo a compartir con ustedes mis impresiones sobre el ejercicio electoral del pasado 4 de mayo.
En primera instancia quiero felicitar por su triunfo contundente al Ingeniero Juan Carlos Varela, y desearle que Dios lo ilumine, guie, y provea de sabiduría de lo alto para que se desempeñe con éxito en sus funciones, y alcance las metas en materia socioeconómica e institucional, que requiere el país.
En cuanto a los resultados per sé, destaco que los mismos por ser tan variopintos precisan de un análisis profundo, toda vez que, por un lado el pueblo demostró gran madurez al no dejarse embaucar por cuñas millonarias fantasiosas, campañas sucias, encuestas falsas, iniciativas “independientes” confusas, y demás tretas utilizadas en contra del candidato Varela, pero por otra parte, demostró ser un pueblo clientelista que se siente cómodo con el transfuguismo al premiar a muchos de los denominados tránsfugas con la reelección. Que sensación tan agridulce resulta saber que nos libramos de los aires de dictadura que se cernían sobre Panamá, que la pesadilla terminó, pero que, muchos tránsfugas siguen vigentes en la Asamblea.
Así las cosas, tenemos a un presidente panameñista con una minoría de diputados en la Asamblea Nacional; minoría esta que deberá sortear para lograr los consensos que le permitan tener la gobernabilidad necesaria para llevar sus proyectos a feliz término.
Dicho lo cual, procede conformar una coalición en la Asamblea con las fuerzas del PRD e independientes, con la finalidad de desmontar el andamiaje del actual gobierno que se dio a la tarea de nombrar a funcionarios en puestos ejecutivos claves por un periodo que supera la vigencia del gobierno en turno. También es preciso contar con una mayoría en la Asamblea para que la misma exija cuentas a ciertos magistrados de la Corte cuyo actuar poco independiente y nada transparente deja mucho que desear.
Sobre dicho particular, resulta esperanzador el discurso conciliador del Ingeniero Varela que invita a todas las fuerzas políticas y a la sociedad civil a conformar un gobierno de concertación nacional para entre todos modelar una patria prospera, democrática, justa, y equitativa, como debe de ser. Dicho discurso fue una bocanada de aire fresco, después de cinco años de confrontaciones, insultos, vulgaridades, falta de consensos, e imposiciones.
Con relación a las encuestas, las mismas han resultado ser un fiasco, y hoy por hoy lejos de ser consideradas un instrumento científico, tienen un matiz de estafa para posicionar por manipulación a ciertos candidatos en las preferencias de los votantes. Gracias a Dios que el pueblo no compró ese engaño y logró el triunfo el candidato que siempre marcó de tercero en las poco creíbles encuestas.
En cuanto al partido PRD, sin pretender hacer leña del árbol caído, respetuosamente destaco que, dicho partido requiere a lo interno de una renovación completa de sus liderazgos, con la finalidad de reencausarlo por derroteros que resulten más potables para el electorado que hoy por hoy, parece no creer mucho que digamos en su propuesta electoral como demuestran los resultados adversos de las dos últimas elecciones. Una reingeniería completa, un ejercicio de introspección, y un mea culpa profundo, se requieren para levantar a un partido en otrora importante, y actualmente desplazado del poder por causas que les toca a su propia membresía dilucidar para erradicarlas y así volver a representar una opción creíble para los electores.
En lo concerniente a la transición, espero que la misma se realice ordenadamente y sin mayores traumas, de manera que, el gobierno electo disponga de toda la información necesaria para que una vez asuman el poder, no se sienta una curva de aprendizaje muy pronunciada que afecte el desenvolvimiento del Estado. Dicho lo cual destaco que, es preciso que el equipo de trabajo del gobierno electo -que ojalá este conformado por gente técnica y profesional y no tenga cabida para los manzanillos, oportunistas, y demás aduladores profesionales amigos del poder que nunca faltan- deseche todo sentimiento de revanchismo por el bien del país y respete la estabilidad de los funcionarios públicos; claro está, sin renunciar por ello a la necesaria rendición de cuentas en el marco de la ley (auditorias forenses), pero sin desatar una cacería de brujas.
En fin, termino felicitando al Tribunal Electoral, candidatos, y votantes, por el ejemplar ejercicio electoral que realizamos, mediante el cual fortalecimos la imagen democrática del país. Ahora toca colaborar con el gobierno electo para que se logren las metas, fiscalizar como ciudadanos responsables el cumplimiento de las promesas electorales, e impulsar la constituyente necesaria para refundar la patria y sanear sus instituciones.
Que viva Panamá.
Saludos cordiales.
Erick Simpson Aguilera.
Un pensamiento en “Balance de las elecciones 2014”
rica1lasso
El tiempo será el único que podrá demostrar si fue acertado reelegir al ex-aliado o no, de mi partido concuerdo plenamente que hay que hacer reeingeniería completa y darle el humanismo que Torrijos le impregnó pero que se ha alejado completamente del clientelismo y compra de conciencia que lo ha secuestrado.