Por: Erick Simpson Aguilera
Él estaba sumamente preocupado por la situación sociopolítica de su país que cada día se deterioraba más y más. Un país que dicho sea de paso, gozaba aparentemente de una robusta salud económica, pero que no obstante, se tambaleaba peligrosamente en el borde de un precipicio llamado dictadura, se dopaba cual escapista que huye de su realidad con toda clase de vicios y el hedonismo, y vivía preso de la inseguridad que campeaba a sus anchas sometiendo a los ciudadanos al miedo y al terror.
Así las cosas, nuestro personaje héroe -o villano- a quien llamaremos Ciudadano Congo, se debatía en un dilema cuasi existencial al no poder determinar cuál era el enemigo público # 1 para poder combatirlo y rescatar a su agonizante nación. Sería el crimen organizado que inundaba de drogas y demás vicios hedonistas las calles envenenando a nuestra juventud, robándole el futuro y despojándola de ideales transcendentes; sería acaso la delincuencia común que mantenía aterrorizados a los ciudadanos y viviendo cual prisioneros de la inseguridad; o quizás el enemigo público # 1 sería aquella bestia temible conocida como el político corrupto.
Pasaron los días y al no encontrar solución a su duda existencial, el Ciudadano Congo decidió consultar su dilema con un Anciano Sabio cuya fama trascendía fronteras.
Nuestra juventud se pierde en una vida de vicio sin sentido, gracias al tráfico de sustancias, y a la promoción de una cultura superficial, materialista, consumista, y hedonista, que en gran parte es impulsada por los medios de comunicación que transmiten antivalores y programas chatarra que distorsionan la realidad, aniquilan la capacidad de pensar críticamente, invierten las prioridades de la vida, y exaltan los vicios y placeres como si estos fueran la razón de ser de la humanidad; explicaba el Ciudadano Congo al Sabio.
La delincuencia común campea en nuestras calles por la proliferación de pandillas que van ganando terreno en un país otrora pacifico pero que cada día se va pareciendo más a sus vecinos de LATAM que es considerada dicho sea de paso, la región más violenta del planeta; continuaba con su exposición el Ciudadano Congo.
Sin embargo, destacaba el Ciudadano Congo, quien más me preocupa es la bestia conocida como el político corrupto, dado el poder que concentra en sus manos, a saber: el monopolio de las armas, el control de los recursos económicos del país, y el imperio de la ley que tuerce a su antojo para cubrir sus crímenes con un manto de impunidad, mientras le aplica todo el peso de la ley a sus detractores, o a quienes osen exigirle rendición de cuentas y transparencia.
Ese monstruo tiene armas muy poderosas como son el clientelismo para comprar conciencias, y el populismo para adormecer a las masas ignorantes, y si nada de eso funciona, recurre a sus armas secretas, entiéndase, a la percusión política, y la represión ejecutada por sus ejércitos fuertemente armados con un poder de fuego capaz de disuadir cualquier intento de libertad.
El transfuguismo se extiende cual plaga, la corrupción, el nepotismo, la concentración de poderes, la mediocridad, los sobrecostos, los negociados, las contrataciones directas, el endeudamiento público, el saqueo del tesoro nacional, la chabacanería, y todas las malas prácticas habidas y por haber nos asedian, seguía relatando el Ciudadano Congo al Sabio, en su brillante exposición.
Tranquila, pausada, serena, y relajadamente el sabio lo escuchó sin interrumpirlo, y cuando terminó el Ciudadano Congo de plantear su enigma, procedió a preguntarle al sabio, cuál era en su opinión el principal enemigo público al cual debía dirigir su fuerza para combatirlo, derrotarlo, y pacificar a su nación, y sin esperar la respuesta del sabio se respondió a si mismo afirmando, ya tengo la respuesta, lo que necesitaba era poner en orden mis ideas y usted al escucharme ininterrumpidamente me ayudó a identificar al Enemigo Público # 1; ahora compruebo que su fama de hombre sabio es cierta y supera con creces a lo que había escuchado de usted.
El Enemigo Público # 1 es el político corrupto y a este debemos combatir para recuperar la institucionalidad que nos permitirá derrotar al crimen organizado y al desorganizado (delincuencia común). Una vez logremos sacar de circulación al político corrupto, sentaremos las bases para erradicar a los otros vicios que nos asedian y han sumido a nuestro país en una debacle política y bancarrota moral, concluyó afirmando el Ciudadano Congo.
El anciano sabio al ver que por fin había terminado de hablar el loro conocido como Ciudadano Congo, replicó, no estoy de acuerdo con sus conclusiones, en mi opinión el Enemigo Público # 1 no es el político corrupto.
¿Quién es entonces?, preguntó el Ciudadano Congo.
El sabio se puso de pie, buscó un espejo, se lo entregó al Ciudadano Congo, le dijo obsérvalo, y le preguntó ¿qué ves?, obvio respondió el Congo, mi imagen; a lo que el sabio replicó, yo veo al Enemigo Público # 1.
Mudo, en estado de shock y sumamente contrariado, el Ciudadano Congo al fin permaneció en silencio, mientras el Sabio procedió a explicarle lo siguiente:
En realidad lo que tú ves como 3 bestias diferentes es una sola bestia con muchas cabezas, a saber: narcotráfico, vicios, hedonismo, corrupción, violencia, politiquería, etcétera. Pero, ese monstruo de mil cabezas no es el Enemigo Público # 1, sino el que lo alimenta, y ese eres tú.
Te he visto alimentando a esa bestia con tu miedo que lo hace más grande y es su principal fuente de energía; con tu dependencia de las migajas del clientelismo político; con tu adoración cual si fuera una divinidad; con tu admiración de sus hazañas de corrupción añorando estar en su lugar para enriquecerte de las arcas del Estado; con tu servilismo y masoquismo cuando te sometes cual borrego a las arbitrariedades de esa bestia; cuando votas por políticos corruptos y tránsfugas; cuando adoptas cual mascota inofensiva a semejante bestia diabólica que se está comiendo a tu país entero. Yo te vi a ti en lo secreto alimentando a ese monstruo a través de su principal cabeza la cual es la corrupción política.
¿Acaso está sugiriendo que debo de suicidarme para acabar con el Enemigo Público # 1? Pero que disparates propone usted, ripostó muy molesto el Ciudadano Congo.
Por supuesto que semejante acto de cobardía no solucionaría nada, ergo no te estoy proponiendo el suicidio, respondió el sabio. Lo que debes de hacer es dejar de alimentar a la bestia para que se muera de hambre.
No la alimentes más con tu miedo que la engrandece y veras que el terror que te causa se desvanecerá cual niebla; no participes más de su clientelismo y populismo para que desfallezca; no trates a esa bestia cual si fuera digna de admiración ni le rindas honores, más bien hazle saber el desprecio que le profesas; no votes por su cartel, digo, por su partido político lleno de tránsfugas y corruptos que secuestraron a tu país; no veas como algo inofensivo y folclórico las alianzas entre políticos corruptos y donantes de dudosa reputación que inyectan a sus campañas de dineros mal habidos productos del narcotráfico u otras fuentes oscuras, o de dinero “limpio” con el cual empresarios corruptos compran futuros favores en forma de concesiones, contrataciones directas, terrenos, costas, islas, playas, minas, y demás atracos conjuntos al erario público y al patrimonio patrio; organízate e impón una constituyente que establezca las bases de la democracia y transparencia necesarias para matar de inanición a la bestia que se sustenta por su principal cabeza, léase, el político corrupto; y cuando logres todo esto pasarás de ser el Enemigo Público que alimenta a la bestia, a ser el Ciudadano Modelo que tomó el destino de su nación en sus propias manos sin esperar ilusamente a que la bestia se suicidara; concluyó el sabio anciano.
Moraleja: Estimado lector, en las próximas elecciones de tu país –cualquiera sea este– está en tus manos por medio de tu voto, convertirte en héroe (Ciudadano Modelo) o en villano (Enemigo Público). Vota a conciencia, vota por la decencia, la transparencia, y la constituyente. Deja que la bestia con sus muchas cabezas que trabajan en conjunto, entiéndase, el crimen de cuello blanco (políticos corruptos), el crimen organizado que financia campañas políticas, el crimen desorganizado que siembra el terror en la ciudadanía, etcétera, se muera de hambre; mata a la bestia con tus votos.
Saludos cordiales.
Erick Simpson Aguilera.