Por: Erick Simpson Aguilera
Panamá es un país privilegiado, lleno de bendiciones, y de un gran potencial que bien utilizado, nos convertiría en una nación desarrollada del primer mundo. No obstante, tenemos una carencia de líderes con ideas claras y comprometidos con el desarrollo nacional, mientras proliferan en la fauna política criolla los mercaderes, caza fortunas, sátrapas, tránsfugas, y demás prendas. Panamá se merece mejores líderes políticos que los que malogran actualmente nuestro destino de ser un país desarrollado.
Así las cosas, la oferta electoral no está como para lanzar fuegos artificiales, como quiera que, lo único que vemos son planes de gobierno que prometen como siempre solucionar los principales problemas que sufren los ciudadanos, marketing político (como quien vende un producto), cuñas fantasiosas, campañas negativas, y demás cizaña. Cabe destacar que, estos planes de gobierno son muy bonitos en teoría y esbozan los distintos ejes de desarrollo socioeconómico que requiere el país, pero en la práctica se quedan en letra muerta y promesas incumplidas.
Esto obedece al hecho de que, los mencionados planes carecen de un elemento fundamental, a saber, el cómo los partidos políticos los llevarán a cabo de ser electos. Razón por la cual, los planes de gobierno no superan la categoría de simples promesas electorales que en su gran mayoría no se cumplirán, como demuestra la experiencia de cada cinco años, cuando vemos y escuchamos las mismas promesas de bajar la canasta básica y el alto costo de la vida, de mejorar la educación, y demás yerbas aromáticas por el estilo.
Bueno sería que, algún candidato presidencial y su campaña política, además de los habituales planes de gobierno que prometen demagógica, electorera y populistamente, el cielo, la luna y las estrellas, porque eso es lo que los votantes quieren escuchar, y como reza el dicho: “Al cliente lo que pida” (no entiendo la ingenuidad y masoquismo de gente que le gusta ser engañada una y otra vez), también tuvieran un Programa de Estado que enmarque la visión y pasos necesarios para enrumbar al país por derroteros de desarrollo integral, léase, desarrollo humano, económico, ambiental, cultural, etcétera.
Un programa de Estado que rebase los cinco años de mandato gubernamental; que dibuje con visión clara y estratégica, el Panamá que aspiramos de aquí a 20 años, es lo que precisamos. Pero, lastimosamente en el país (sobre todo en los partidos políticos) hay un déficit de estadistas con la estatura necesaria para liderar un programa de desarrollo nacional integral. Si no me creen, los invito a analizar el proceder de los padrastros de la patria (reyes del transfuguismo y monarcas del clientelismo, los jamones, la línea blanca, y demás dadivas), magistrados de la Corte (reyes del servilismo), ministros de Estado (sin comentarios), etcétera, y avísenme por favor, cuando encuentren entre ellos, a algún estadista verdaderamente comprometido con el desarrollo nacional.
Sí, ya sé que, para algunos el país marcha muy bien hacia el desarrollo, y respeto a quienes así opinen. Sin embargo, no considero un verdadero desarrollo a mantener pobres indicadores de desigualdad, pobreza extrema y general (Panamá es el país 16 más desigual del paneta, el 12.4% de la población sufre de pobreza extrema, y el 25.3% de los panameños, padecen pobreza general); a no recoger la basura que inunda todo el país; a no abastecer de agua potable a muchas zonas de la nación; a no dar la talla de acuerdo a los más altos estándares de calidad, en materia educativa; a preservar al 37% de tu fuerza laboral trabajando en el sector informal; a mantener a una clientela cautiva de subsidios que crean paternalismo y no promueven la superación personal (B/. 1251 millones anuales en subsidios que superan los aportes anuales del canal); a destruir las instituciones y debilitar la democracia concentrado todos los poderes del Estado en uno solo; a endeudar alegremente a Panamá sin rendir cuentas de manera transparente (abuso en contrataciones directas, y señalamientos de sobrecostos) del uso dado a esos recursos que tendremos que pagar todos los panameños; etcétera. De manera que, más que acercarnos a un verdadero desarrollo nacional integral, considero que estamos dando pasos en reversa y abonando el terreno para una explosión social.
Ojalá que los candidatos presidenciales además de planes de gobierno que se quedan en la superficie, de sus muchas cuñas que saturan a la ciudadanía, y del vendaval de promesas electoreras con que nos abruman, desarrollen planes de Estado a 20 años en los cuales aborden y programen los siguientes temas:
- Los pasos requeridos para desarrollar a Panamá en materia educativa (mejorar la calidad de la educación pública, bilingüismo, tecnología informática, turismo, etc.).
- Desarrollo social: Cómo y en cuantos años podemos erradicar la pobreza y desigualdad.
- Desarrollo agropecuario: Cómo lograremos la soberanía y seguridad alimentaria.
- Desarrollo medioambiental: Cómo explotaremos nuestros recursos naturales de manera sustentable y sin impactar el ecosistema.
- Desarrollo energético: Cómo lograremos la soberanía y seguridad energética para evitar las crisis y apagones de verano que nos obligan a importar energía.
- Desarrollo económico: Cómo haremos frente a los excesos del actual gobierno que ha endeudado al país en gran manera, y qué rubros podemos explotar para mantener el crecimiento económico (Turismo ecológico, pesca sustentable, tecnología informática, etc.).
En fin, que nos expresen en programas de Estado ampliamente divulgados, sus opiniones acerca de los productos transgénicos, energías limpias, cambio climático, ordenamiento territorial, integración geográfica nacional (desarrollo rural, provincial y comarcal), comercio internacional (cómo aprovechar al máximo los TLC’s firmados; importancia de la alianza del pacifico; establecer o no relaciones diplomáticas con China continental y por qué), política internacional y la neutralidad de Panamá (qué opinan de la diplomacia panameña actual que se mete en problemas ajenos), la crisis económica mundial y las medidas necesarias para evitar que la misma nos afecte; etcétera.
Lo único que se escucha en los medios de comunicación relacionado a la campaña política es morbo, bochinche, campañas sucias y demás yerbas; que si las cuñas, que quién va a ser tu vice, que si tus copartidarios te están serruchando el piso, que si las encuestas te favorecen o no, que si fulanito dijo esto de ti, etcétera. Cero visión de estado; cero propuestas explicadas y sustentadas respecto al cómo ejecutarlas, y cero debate.
Dios quiera que algún candidato se salga del libreto de la politiquería criolla y demuestre interés, dominio, e intención de resolver los grandes temas nacionales; y que también demuestre poseer la visión, entereza, carácter, y estatura moral necesarias para liderar durante su mandato y garantizar más allá del mismo, el desarrollo nacional integral a corto, mediano y largo plazo.
Saludos cordiales.
Erick Simpson Aguilera.