Por: Erick Simpson Aguilera
De acuerdo a los resultados del IPC (Índice de Percepción de la Corrupción) realizado por Transparencia Internacional, el sector público panameño, es percibido como uno de los más corruptos del mundo al ocupar la posición 102 entre 175 países evaluados. A nivel regional (LATAM), Panamá ocupa la posición 11 entre 20 naciones latinoamericanas.
Según una escala de 0 a 100, donde 0 equivale al nivel más alto de percepción de corrupción, y 100 implica el nivel más bajo de percepción de corrupción, Panamá solo obtuvo 35 puntos, mientras el país más transparente de LATAM (Uruguay) obtuvo una puntuación de 73 puntos, y el más transparente de todos los evaluados en este ranking (Dinamarca), obtuvo una puntuación de 91 puntos.
Es importante destacar que, de acuerdo al Índice de Percepción de la Corrupción 2013, el problema de la corrupción gubernamental en Panamá, más que erradicarse, sigue ganando terreno, toda vez que, en el 2012 obtuvimos 38 puntos, es decir, 3 puntos más que en el ranking de 2013. Lo cual no me sorprende dada la poca transparencia, nula rendición de cuentas, y cero combate a la corrupción, de que hace gala el gobierno de turno, cuyo mandato ha estado plagado de escándalos por supuestos actos de corrupción que no han sido tramitados como corresponde para deslindar responsabilidades de haberlas.
Así las cosas, solo resta decir que, mientras sigan germinando en Panamá la falta de independencia judicial, el transfuguismo, el clientelismo político, la demagogia, el populismo, la concentración de poderes (Contraloría, Ministerio Público, Fiscalía Electoral, Órganos Judicial y Legislativo, subordinados al Ejecutivo), y demás vicios de la política criolla, la corrupción corroerá todo el sector público y se extenderá cual cáncer mortífero al resto de la sociedad panameña.
Saludos cordiales.
Erick Simpson Aguilera.