Por: Erick Simpson Aguilera
Había una vez un vigoroso cazador cuya fama trascendió de la tierra al mismo cielo, desde el cual Dios observaba sus hazañas y espíritu soberbio.
Este cazador de renombre fue el primer poderoso (gibbor = prepotente) tiránico de la tierra postdiluviana. Además fue un gran edificador cuyos proyectos de infraestructura incluyen obras tan magnas como son las afamadas ciudades de Babel (Babilonia), y Nínive (Capital de Asiria), y la tristemente célebre y nefasta Torre de Babel cuya construcción fue detenida por intervención divina con el subsecuente juicio de la confusión de lenguas que dio origen a los múltiples idiomas de la humanidad, la cual en otrora tenía una solo lenguaje.
Así es estimados lectores, el protagonista de nuestra historia es el famoso Nimrod; el más insigne de todos los cazadores que han derramado sangre humana y animal por deporte y de vicio en este planeta maldito.
Sobre el particular que nos ocupa la Biblia señala lo siguiente:
Génesis 10:8: Y Cus engendró a Nimrod, quien llegó a ser el primer poderoso en la tierra.
10:9 Este fue vigoroso cazador delante de Jehová; por lo cual se dice: Así como Nimrod, vigoroso cazador delante de Jehová. (La versión griega del Antiguo Testamento –la Septuaginta– traduce «contra Jehová», en vez de «delante de Jehová»).
10:10 Y fue el comienzo de su reino Babel, Erec, Acad y Calne, en la tierra de Sinar.
10:11 De esta tierra salió para Asiria, y edificó Nínive, Rehobot, Cala,
10:12 y Resén entre Nínive y Cala, la cual es ciudad grande.
La Torre de Babel
Génesis 11:1 Tenía entonces toda la tierra una sola lengua y unas mismas palabras.
11:2 Y aconteció que cuando salieron de oriente, hallaron una llanura en la tierra de Sinar, y se estabecieron allí.
11:3 Y se dijeron unos a otros: Vamos, hagamos ladrillo y cozámoslo con fuego. Y les sirvió el ladrillo en lugar de piedra, y el asfalto en lugar de mezcla.
11:4 Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra.
11:5 Y descendió Jehová para ver la ciudad y la torre que edificaban los hijos de los hombres.
11:6 Y dijo Jehová: He aquí el pueblo es uno, y todos éstos tienen un solo lenguaje; y han comenzado la obra, y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer.
11:7 Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero.
11:8 Así los esparció Jehová desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad.
11:9 Por esto fue llamado el nombre de ella Babel, porque allí confundió Jehová el lenguaje de toda la tierra, y desde allí los esparció sobre la faz de toda la tierra.
Acerca de los pormenores de la rebelión contra Dios en Babel encabezada por Nimrod; del centro de culto pagano, hechicería, idolatría, astrología, adivinación, y brujería que se erigiría en la mencionada torre; de la reactivación del proyecto antediluviano de cruza angelical/humana (Proyecto Nephilim); y de la religión antigua conocida como El Misterio de Babilonia la Grande (El Padre Nimrod, La Reina del cielo Semiramis, y su hijo Tammuz), la madre de todas las abominaciones y falsas religiones de la tierra; y de la ascensión final del espíritu de Nimrod en la figura del último gran tirano que se manifestará en estos tiempos finales, a saber, El Anticristo, no pretendo profundizar ni abordar tamaña temática –no obstante, dominar modestia aparte, bastante bien dichos temas– por lo extenso de dicha temática, y por no ser el objetivo de la presente reflexión.
El énfasis que quiero resaltar es que, el espíritu déspota, tiránico, soberbio, megalómano, y egocéntrico, de líderes políticos que se destacan por su maldad, violencia, genio militar, y gigantescos proyectos de infraestructura cuyo fin último consiste en perpetuar sus nombres para que las generaciones futuras los adoren, en una suerte de culto a sus personalidades auto-deificadas, no es nada nuevo, y es propio de la misma naturaleza caída del hombre.
De modo que, no se sorprendan si ven a nuevos edificadores de Torres de Babel y de mega ciudades que, se hacen con el poder político – económico en cualquier país del mundo; como quiera que, estos gobernantes con el perfil de Nimrod, léase, que se sienten dioses, megalómanos, egocéntricos, tiranos, psicópatas, y déspotas, pululan por todo el orbe, y son arquetipos del espíritu anticristiano de Nimrod que ha de manifestarse en estos tiempos finales.
Razón por la cual, somos testigos de una agenda mundial para destruir al planeta y a sus habitantes, entiéndase, a su flora, fauna y humanidad, impulsada por los Nimrods cazadores furtivos modernos.
Así las cosas, estos cazadores furtivos como Nimrod, se hacen con el poder mundial e impulsan, reitero, dicha agenda de destrucción por ánimo de lucro, devastando manglares, humedales y arrecifes; talando bosques y selvas hasta convertirlas en desiertos y páramos; contaminando (envenenando) con sus químicos industriales ríos y mares; cazando por sus pieles y propiedades hasta el exterminio, a los bellos animales de la creación de Dios; contaminando el aire con sus gases (contaminación atmosférica producida por los procesos industriales); alterando genéticamente a la creación divina (transgénicos, y transhumanización); en fin, destruyendo todo el ecosistema necesario para preservar la vida humana, animal y vegetal, en una suerte de suicidio colectivo promovido por psicópatas con poder que viven el aquí y el ahora, y se mueven por un hambre, sed y gula de riquezas materiales, y nada los detiene en su cacería furtiva a escala planetaria.
En conclusión, cuenta la tradición en el Libro de Jaser que, Nimrod fue cazado por la espada de Esaú hijo de Isaac, hijo de Abraham.
Moraleja: Así terminan los poderosos cazadores furtivos, convirtiéndose en presas, ya sea por mano de sus súbditos, o por la mano de Dios de la cual nadie escapa.
De manera que, gobernantes del mundo que se pliegan a la agenda destructiva del planeta por ánimo de lucro cual cazadores furtivos que depredan bienes, flora, fauna, recursos naturales, vidas humanas, sueños, esperanzas, y futuro de los que habitamos en este planeta cárcel, sepan que tarde o temprano tendrán que rendirle cuentas al Creador, y que la misma naturaleza se rebelará contra el hombre que la destruye desatando cataclismos apocalípticos.
Saludos cordiales.
Erick Simpson Aguilera.
Apocalipsis 6:12: Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre;
6:13 y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento.
6:14 Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar.
6:15 Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes;
6:16 y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero;
6:17 porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?