Por: Erick Simpson Aguilera
Filas interminables; filas que se pierden al igual que el orden y la cortesía en el tumulto del sálvese quien pueda; mujeres embarazadas o cargando niños que no pueden abordar ni les dan paso; usuarios de la tercera edad impedidos de competir por un espacio con los más jóvenes que solo les importa llegar a sus destinos cómo sea; discapacitados pasando penurias para acceder al bus; personas enfermas y débiles esperando horas por el servicio de transporte; usuarios y conductores embestializados liándose a puños; panameños con los nervios destrozados por el estrés, ansiedad, angustia, y la larga espera de hasta 3 horas para abordar un bus en el cual lograr entrar, es una suerte de deporte extremo, y la estadía por la capacidad rebasada cual sardinas en latas, es una gran hazaña; son las tristes imágenes del reality show tipo survivor, del escenario de caos sufrido en la última semana, por los usuarios del pésimo servicio brindado por los Metrobuses.
Si bien es cierto que, los denominados diablos rojos habían cumplido su vida útil y eran insostenibles como sistema de transporte para una Ciudad que ha crecido tanto como es Panamá, también es cierto que, la solución impulsada por el gobierno de turno, ha resultado un fiasco, un fracaso, y las imágenes de malestar, hastío y desesperación de los usuarios, no me dejan mentir.
En qué falló el nuevo sistema de transporte, no sé; sin embargo, resulta obvio que, la planificación, previsión de eventualidades, planes de contingencia, medición de la demanda de usuarios y rutas vs la oferta de unidades, no parecen ser los fuertes del actual sistema; empero, la improvisación, experimentación, pruebas de ensayo y error, y la desorganización, saltan a la vista en el nuevo sistema de transporte que ha quedado en evidencia como un fracaso en la última semana de caos.
Así las cosas, es necesario un informe oficial de rendición de cuentas que, desglose hasta el último centavo invertido en el sistema de los Metrobuses; a saber, la indemnización pagada a los dueños de diablos rojos, los subsidios estatales pagados a la empresa Mi bus, otras erogaciones estatales, cuánto representa en ingresos diarios el monopolio del transporte (Mi Bus y Sonda), quiénes son los propietarios de la empresa Mi Bus, y de la empresa de recargas Sonda, etcétera.
Sabiendo de la falta de transparencia del gobierno, de lo alérgico que son a la rendición de cuentas, dificulto que, nos expliquen a los contribuyentes qué es lo que realmente está pasando con el transporte, y cuánto dinero ha invertido el Estado en semejante servicio que hasta la fecha no resiste un análisis de costo – beneficio. De manera que, exhorto a los partidos opositores a que cumplan su función fiscalizadora y de contrapeso, la cual hasta la fecha les ha quedado grande por tener un accionar exclusivamente electorero, y nos digan a los panameños, cuánto ha invertido el gobierno de turno, en el hasta ahora accidentado y fracasado sistema de transporte Metro Bus, con la finalidad que los panameños tomemos nota de cara a las elecciones de 2014.
A continuación vídeos que reflejan el caos del transporte y el malestar de los usuarios.
Saludos cordiales.
Erick Simpson Aguilera.
Un pensamiento en “El fiasco de los metrobuses”
Eric
La palabra monopolio que utilizo el señor presidente, es muestra de lo que su gobierno tenía planificado para atreverse a sacar a los diablos rojos, lo que no conto fue con que se quedaron cortos con 1,200 buses para dar el servicio. Jámas pensaron en los usuarios, solo en sus bolsillos, en el negocio, en el clientilismo, en hacer dinero pensando para despues que salía del gobierno, ese el eslogan de campaña de tus tintoreras que quieren llegar a ala presidencia. Dejemos la mediocridad colectiva y pensemos unidos de forma clara cuando estemos preparados para votar, aunque considero no hay ni uno que sirva.