Dentro del marco del stablishment, podemos hacer una retrospección sobre los resultados de las últimas elecciones y los esperados en 2014; encontramos que al parecer no habrá diferencias en el horizonte, porque el mal no está en los sujetos que elegimos, sino en el rumbo de la sociedad. Es la oportunidad y el sistema lo que permite a los gobernantes “pelechar” del Estado; es la sistematización del negociado legal de activos gubernamentales lo que le permite al funcionario y a la empresa privada hacerse y disponer de los bienes de la nación; el funcionario es más un regente público que un servidor.
Como conocedores de nuestro sistema, de la naturaleza humana y de la forma en que elegimos a los líderes, no debe parecernos raro que alguien con poder absoluto, necesidades apremiantes, falta de valores éticos o con una ambición enfermiza perfeccione el sistema a su conveniencia (la mecánica gubernamental se lo permite legalmente), mientras el resto nos hacemos los ciegos y sordos. Para colmo de males, una vez se está en el poder nadie quiere cambiar el sistema y los que aspiran al poder no quieren ni mencionar la situación, pues sueñan con el momento de “llegar a la buena” para lograr el anhelado enriquecimiento; empoderándolos para lograr aportes económico-electorales millonarios y servilismo partidista. Dicho esto, el electorado ha contribuido a la creación de este monstruo y su imagen no es más que el reflejo de sus almas. Así es, usted coloca en el gobierno a personas con disposición a apostar caudales de dinero multimillonarios en las elecciones, que se convierten en deudas de campaña “no escritas” y repagables en vicios, persecución, expropiación, usurpación de bienes, tráfico de influencias, financiamientos incobrables y promoción del clientelismo.
El problema empeora al presentar y promocionar líderes políticos en una sociedad que no ha evolucionado para crear mentes brillantes en las escuelas ni promover los valores éticos; se genera una carestía de figuras dignas y se crean espacios para cabecillas de grupos oportunistas, negociadores de prebendas y demagogos. La caída en el abismo parece inevitable “ellos proponen y el sistema dispone”, pero por lo menos sabemos dónde está el problema.
Fuente: La Prensa
Un pensamiento en “El reflejo de su alma”
Eric
Este galeno de la politica criolla, a realizado un analisis casi como una resonancia magnetica del problema medular en la sociedad panameña. Solo me queda aplaudir de pie por semejate opinion. Aplausos!