Por: Erick Simpson Aguilera
La cultura del juega vivo se ha institucionalizado en Panamá a tal punto que, pareciera ser patrimonio nacional y hasta motivo de orgullo para algunos que se jactan de ser los más vivos, los que no se dejan de nadie, y los que piensan rápidamente cual si estuvieran programados con un chip maligno, en cómo aprovecharse de su prójimo.
Ahora bien, la tendencia de aprovecharse de los semejantes, no es patrimonio de los panameños; de hecho, es un rasgo muy propio y arraigado de la caída raza humana. Desde que el hombre comenzó a esclavizar a su prójimo para aprovecharse de su esfuerzo y sudor, desde que las familias, tribus y naciones, establecieron la rapiña como sistema, para saquear el producto de la siembra y pastoreo de sus vecinos, tribus aledañas y naciones adyacentes, tenemos juega vivos en la tierra.
De manera que, la tendencia a jugar vivo aprovechando el esfuerzo ajeno para beneficio propio, parece ser parte del caído ADN humano. De hecho, este sistema impera en todo el orbe, toda vez que, las naciones imperiales en nombre de la democracia y la libertad, saquean los recursos de las naciones pobres, y mantienen hasta en sus propios países desarrollados, sesgos de juega vivo, como quiera que, sus sistemas económicos se basan en la explotación y el canibalismo. La crisis financiera que sufren USA y Europa, confirman mi argumento, toda vez que, una elite conformada por el 1% de la población, controla la riqueza gracias a sus mercenarios y sicarios especuladores financieros, mientras el 99% de la población tiene que cargarlos, sufrir sus crisis, y hacerles frente a sus deudas exorbitantes y rescates escandalosos. Es decir, privatizan las ganancias y socializan las pérdidas, estafando a la mayoría de sus ciudadanos.
No obstante dicha realidad, debemos reconocer que, hay países relativamente “civilizados”, y otros salvajes que se pasan de la raya en las lides del juega vivo, como quiera que, algunas naciones establecen leyes, normas, principios éticos, estándares de conducta, etcétera, para que la sociedad pueda existir con cierto grado de civismo y gobernabilidad; logrando por dichos medios, una calidad de vida superior a la de los países donde no existen controles, frenos, institucionalidad, principios éticos, respeto al derecho ajeno, independencia judicial, leyes anticorrupción, certeza del castigo al infractor independientemente de su estatus socioeconómico, etcétera, como es el caso de Panamá donde prolifera el juega vivo y la ley de la selva.
Sí, ya sé que, para algunos mis palabras suenan muy fuertes, sin embargo, si hacemos uso de la autocritica de manera seria, fría, y objetiva, debemos reconocer que, en nuestro país se exalta a los políticos que se enriquecen e incrementan su fortuna en millones de dólares del erario publico, los cuales se pasean por nuestras calles, se pavonean impunemente, y nos restriegan sus mal habidas fortunas (mansiones, yates, etc.) sin pudor ni vergüenza alguna. Muchos de estos especímenes de nuestra fauna política, se sienten unos rockstars, divos y divas, unas personalidades, por el protagonismo que les dan los medios de comunicación, y nuestra inmoral sociedad que, no obstante sus atracos, sus saqueos a la cosa publica, los tratan de Don y Doña, los admiran y quisieran ser como ellos, léase, tener la oportunidad de hacerse millonarios atracando las arcas del Estado.
Así las cosas, hacerse político, es la carrera más prometedora, la ruta más corta y efectiva para enriquecerse en Panamá. De suerte tal que, el sector publico está plagado de oportunistas, sátrapas, pillos, gánsteres, rufianes, saqueadores y demás especímenes que, han convertido la cosa pública en un sindicato del crimen donde imperan las leyes mafiosas, y el que no se enriquece es catalogado de idiota, el que no acepta soborno, roba, negocia, ni transa, es tildado de imbécil. Dicho en buen castellano, politiquero que se respeta de acuerdo a los cánones de conducta del juega vivo panameño, roba, negocia, transa, acepta coimas y sobornos y se hace millonario atracando el erario publico, y quién no llene dicha medida ni se maneje por estos cánones mafiosos, es un muerto que, no juega vivo, ergo, no es digno de respeto.
Nuestra enferma sociedad afectada por el virus del juega vivo, ha llegado a tales niveles de cinismo que, conocidos politiqueros del patio que, tienen un historial de atracos a las arcas del Estado, enriquecimiento ilícito, trafico de influencias, negociados, y demás hierbas aromáticas por el estilo, hoy desde la oposición tildan a los politiqueros de turno que nos desgobiernan de juega vivos y corruptos. De modo que, el país es una suerte de circo donde se compite para ver quién es menos o más corrupto y juega vivo.
En este punto quizás, muchos panameños que no participamos activamente de la cosa publica, nos estamos rasgando las vestiduras y dándonos golpes de pecho, por lo corruptos y juega vivo que son los políticos; pero, un momento, y de dónde se supone que salieron los políticos, será que son de otro planeta, que provienen de otro país, o son panameños como tú y yo que, solo reflejan una realidad sintomática que nos indica lo mal que estamos como sociedad y que nuestro enfermo país cuyas bases están corroídas por la corrupción y el juega vivo, se nos está viniendo abajo en pedazos ante nuestros ojos.
Si yo soy un estudiante que copio haciendo trampas en los exámenes; si robo agua, luz, y cable; si soy un contador que maquillo la contabilidad de la empresa para defraudar al fisco; si soy un abogado que ando transando y estafando a medio mundo; si soy un medico que cobro ocho horas al día pero trabajo cuatro porque robo tiempo para atender mi clínica privada; si soy un maestro o profesor sin vocación que defiendo un discurso retrograda y recalcitrante para mantener el estatus quo del menor esfuerzo de mi gremio, afectando a las futuras generaciones por la pobre calidad educativa que les brindo; si como docente uso un doble estándar brindándole educación de calidad a los estudiantes de la escuela privada donde laboro, y de calidad paupérrima a los de la escuela o universidad publica en la que también laboro; si soy un policía que coimeo a los infractores; si soy un embustero profesional y falto a mi trabajo comprando incapacidad como si estuviera enfermo; si no respeto las filas y me cuelo en el corredor y donde pueda; si soy un empresario evasor de impuestos y pagador de sobornos; si estafo a mis trabajadores quedándome con las cuotas del seguro social e impuestos que les retengo; si exploto a mis empleados pagándoles salarios de hambre; si soy un comunicador social que uso la información para extorsionar y me vendo al mejor postor para desinformar cual sicario o mercenario de los medios; si pido prestado y no pago; si no cumplo mis compromisos con mis hijos y cónyuge; etcétera, entonces tengo el potencial para ser un gran corrupto y juega vivo si me tocara ocupar el lugar de los políticos a los que tanto criticamos.
Dicho lo cual agrego que, hay que estar muy cerca de Dios, tener grandes principios morales y éticos, para no sucumbir a las tentaciones de la corrupción y el juega vivo. Visualícese en una posición de poder en el sector público, en donde por una firma suya un empresario corrupto le ofrece una coima de un millón, cinco millones, diez millones, veinte millones, etcétera, y usted sabe que nadie le pedirá cuentas por su acción, cómo reaccionaría, y entonces entenderá porqué mucha gente en otrora honorable y seria, de la noche a la mañana se han convertido en unos bandidos, desde que fueron infectados por el virus del juega vivo en el sector publico que, los ha enredado en una suerte de vorágine de corrupción siendo atrapados por el nefasto sistema del juega vivo que impera en el país.
De manera que, un país que heredó las malas artes del imperio español, léase, la rapiña, robo, saqueo, fraude (cambio de espejitos por oro), esclavitud, segregación social (clasista sistema de castas que perdura hasta hoy); un país que fue saqueado por piratas como Henry Morgan; que fue fundado y gobernado hasta 1968 por una elite oligarca corrupta; que fue transado por Bunau Varilla y por el imperio Yankee; que fue deformado por una dictadura militar; que ha sido saqueado y sometido a un nefasto clientelismo político los 22 años de post dictadura militar hasta la fecha de hoy; no será salvado, ni rescatado del corrupto sistema del juega vivo que lo corroe, si no contamos con instituciones fuertes que nos obliguen a cumplir las leyes, o de lo contrario sufrir las consecuencias.
Finalizo señalando que, si de veraz amamos a Panamá, debemos en primer lugar, acercarnos a Dios y pedirle perdón y guía; en segundo lugar, proponernos reconstruir nuestro país levantándolo desde las cenizas de la ruina moral que sufre, por medio de un nuevo pacto social que nos permita modernizar Panamá, y establecer reglas del juego que fortalezcan nuestras instituciones, permitiéndonos vivir con altos estándares de combate a la corrupción, transparencia y rendición de cuentas, independencia judicial, certeza del castigo para los infractores de la ley sin importar su clase social y estatus económico, justicia social, desarrollo integral, erradicación de la pobreza y desigualdad, educación de alto nivel, salud de calidad, seguridad jurídica, etcétera. Entiendan estimados lectores que, el juega vivo ya nos pasó factura, el sistema político panameño tocó fondo, colapsó, y por eso estamos sufriendo los abusos y atropellos del gobierno de turno que, ha capitalizado todas las debilidades del sistema.
La Constituyente es el camino a seguir. Refundemos el país, o nos hundiremos todos en el fango de la corrupción y el juega vivo, con las terribles secuelas que tendremos que afrontar en consecuencia.
Saludos cordiales.
Erick Simpson Aguilera.
2da. de Crónicas 7:14: Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.
8 pensamientos en “Peligros de la cultura del juega vivo”
Elena
Hola Erick, sacaré de aquí algunos párrafos muy bien atinados en este artículo, sobre todo cuando doy mis charlas a niños y adolescentes. ¿Me pregunto dónde quedaron los valores de nuestros políticos panameños?. Definitivamente que el Juega Vivo no te lleva a ningún lugar y peor aún cuando lo haces lastimando a otros. Slds.
erick507
Saludos Elena, gracias por el comentario.
Francisco García
Hola Erick. Concuerdo completamente con todo lo que has escrito. Ojalá todos en la sociedad fuéramos igual de conscientes que tú. Saludos.
erick507
Saludos Francisco.
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Marcelino Atencio Atencio
Hola Erick, felicitaciones mil por brillante artículo, solicito permiso para transcribirlo con muy breves correctivos en un ensayo que laboro actualmente sobre El Estado Depredador. Atencio Marcelino, Sociologo.
erick507
Hola Marcelino. Con mucho gusto; solo reconozca la autoría.
Saludos.
Jose
Saben ustedes de donde salio la palabra » juega vivo» y en que gobierno se origino esta palabra
en la cultura panameña…?????