Por: Erick Simpson Aguilera
En honor a la verdad, hay que reconocerle al gobierno de turno su gran capacidad para convertir -por no decir destruir-un país exitoso que caminaba con pasos firmes hacia al desarrollo, en una Republica Bananera donde reina la inestabilidad, el desasosiego, la zozobra, los escándalos de corrupción, y demás hierbas aromáticas por el estilo, al punto que, han logrado llevar a Panamá al borde del barranco de la ingobernabilidad. “Enhorabuena” al Gobierno por su proyecto de Republica Bananera que cada día se consolida más.
Es que debemos reconocer que, no es fácil transformar un país que es el líder de crecimiento económico en LatAm el último quinquenio, que es el líder receptor IED (Inversión extranjera directa) en Centroamérica (en 2011 Panamá recibió $2 mil 790 millones en IED; $440 millones más que en 2010), que es el líder en movimiento de TEUs de LatAm por tener los mejores puertos de la región, que posee la segunda zona franca del mundo solo superada por Hong Kong, que posee unos de los principales centros financieros del mundo, que posee una de las principales rutas marítimas del mundo (el Canal de Panamá que está en plena expansión), que es el líder mundial en flota mercante, que está desarrollando la industria del turismo con paso firme, que posee una terminal aeroportuaria que es unos de los principales Hubs de las Américas (Aeropuerto de Tocumen), etcétera, en la Republica Bananera que somos actualmente, en la cual un día si y otro también, se desata un nuevo escándalo de corrupción, o una nueva confrontación entre el Gobierno y los diferentes sectores de la sociedad panameña, donde no existe la separación de poderes y la institucionalidad democrática está hecha añicos, no es tarea fácil; de manera que, reconocemos la eficacia del gobierno de turno para acabar con la buena imagen del país, metamorfosearlo para mal, y consolidarlo como una República Bananera más del montón. “Vamos Bien”.
Como si acabar con el proyecto democrático de la Nación al concentrar a todos los poderes del Estado bajo el puño del Órgano Ejecutivo, léase, a la Corte Suprema de Justicia, la Asamblea Nacional de Tránsfugas, digo, de Diputados, el Ministerio Público, la Contraloría General de la República, y la Fiscalía Electoral, fuera poca cosa, el Gobierno de turno también ha logrado ponernos en la palestra pública mundial, gracias al escándalo hermano del Bunga Bunga Gate, el Lavitola Gate; cuyo epicentro está en Nápoles Italia. Todo un logro del actual Gobierno cuyos escándalos han desafiado el ámbito local y hoy se dirimen allende nuestras fronteras patrias. “Vamos Bien”.
Así las cosas, el buen nombre de nuestro país hoy es ninguneado mundialmente, como quiera que, las principales cadenas noticiosas del orbe, se han hecho eco del mayúsculo escándalo de corrupción que ha salpicado hasta el nombre de la principal autoridad del país, a saber, del Presidente Ricardo Martinelli; quien en lugar de no echarle más leña al fuego para no afectar más la imagen del país, ha desatado una disputa pública con el Vicepresidente Juan Carlos Varela a quien catalogó como un chicle, bulto, liso, y hombrecito, para acto seguido exigirle que renuncie a su cargo obtenido por votación popular; disputa esta que fue seguida por CNN en español. “Vamos Bien”.
No podrán negarme que, el desempeño del gobierno de turno para convertir un país tan exitoso como Panamá en una Banana Republic, está dando sus frutos, toda vez que, mientras se acaba con la imagen de Panamá, y con la institucionalidad democrática, el pueblo panameño sigue victima de la pobreza y pobreza extrema, del alto costo de la vida que se ha disparado gracias a que el agro ha sido abandonado por el gobierno actual, el cual ha recurrido a la importación de productos con inflación foránea acabando con la soberanía y seguridad alimentaria, de la falta de agua potable, de la ola de inseguridad que sigue in crescendo, del deterioro de la salud (bacterias asesinas en los hospitales), del arcaico sistema educativo panameño, de la mala distribución de la riqueza, cuya brecha de inequidad cada día se agranda más impidiendo que, la gran bonanza económica llegue a las grandes mayorías.
De modo que, hay que ser justos y reconocer que el esfuerzo del gobierno actual por afectar y destruir el país ha sido grande y sigue con nuevos aportes cada día para empujar la Agenda “Become a Banana Republic Project”. Para muestra un botón; ahora resulta ser que, el Presidente de la República Ricardo Martinelli, entabló una demanda civil contra el Vicepresidente Juan Carlos Varela por 30 millones de dólares, porque según él, como ciudadano tiene derecho a defenderse, y siente que ha sido injuriado por Varela. No sé si en otros países del mundo, se ven tamaños circos donde el Presidente demanda a su Vicepresidente por $30 millones en plena vigencia de la gestión de ambos. Si tamaño hecho no empuja al país al despeñadero de la ingobernabilidad, entonces no sé qué lo hará. “Only in Panamá”.
Moraleja, entrégale un país que camina bien a un grupo de egoístas politiqueros que además de mediocres carecen de conciencia social, y no solo lo dejarán cojo, mas también, paralitico y en cuidados intensivos.
Dejémoslo de este tamaño por el momento, y veamos hasta dónde llegan los gobernantes con el decadente circo, show, telenovela, o como prefieran llamarlo; al final del día, nos tocará a los ciudadanos exigirles respeto y un alto, antes de que acaben con el país; toda vez que, Panamá y los panameños, seremos los afectados por las bajas acciones de una clase política corrupta y desprestigiada que, tiene secuestrado al país y a los ciudadanos de rehenes de su Banana Republic Project. “Vamos Bien”.
Saludos cordiales.
Erick Simpson Aguilera.
Panem et circenses: ‘pan y circo’. Palabras de amargo desprecio dirigidas por Juvenal a los romanos de la decadencia, que en el Foro sólo pedían trigo y espectáculos circenses gratuitos.