Por: Erick Simpson Aguilera
En cuanto a la “renuncia” de Bosco Vallarino, y después de leer las reacciones de los panameños en las redes sociales, percibo una sensación de vértigo colectivo en la ciudadanía, cual si la institucionalidad democrática panameña se tambaleara en una cuerda floja.
En lo particular, siento que estamos al borde de la ingobernabilidad, toda vez que, la concentración de poderes del gobierno de turno, ha rebasado todos los limites, y se ha pisoteado la voluntad popular expresada en las urnas, lo cual me resulta un escenario muy peligroso, como quiera que, si se margina al pueblo de su limitada participación en nuestro defectuoso sistema democrático, léase, desconocer el voto popular, corremos el riesgo de que el pueblo adopte medidas extremas que todos lamentaremos.
Sí, ya sé que los voceros gubernamentales alegarán que, la renuncia de Bosco obedece a quebrantos de salud, y que el gobierno no tiene nada que ver con la misma, sin embargo, los panameños no somos ningunos imbéciles, como para que los “genios” que manejan nuestro país (quienes no son muy inteligentes que digamos), jueguen con nuestra inteligencia; todos sabemos el vía crucis al que han sometido al Alcalde Bosco Vallarino, para que renunciara a su mandato. De hecho, prefiero creer en la versión del ex viceministro de Gobierno, Luis Ernesto Carles, quien manifestó que el Presidente amenazó a Vallarino, al manifestarle con palabras soeces, que si no renunciaba a la comuna capitalina iba a terminar preso.
El gobierno de turno, no goza de ninguna credibilidad, toda vez que, su mitomanía y falsedades, son de todos conocidas, de manera que, los panameños tenemos derecho a creer que la renuncia de Vallarino obedece a presiones del ejecutivo.
Así las cosas, opino que, el gobierno de turno el cual se ha dado a la tarea de concentrar todos los poderes del estado, por medio del transfuguismo, amenazas, presiones, auditorias, expedientes, y demás malas artes por el estilo, léase, la Asamblea de Diputados, el Órgano Judicial, el Ministerio Público, la Fiscalía Electoral, la Contraloría, los principales municipios del país (Panamá y Colón), le ha dado una estocada mortal a la democracia panameña.
Desde la época de la dictadura militar, Panamá no había corrido el peligro que sufrimos hoy en día; el gobierno de turno está jugando con fuego, y es una lastima que, en una de nuestras mejores épocas en cuanto a crecimiento económico se refiere, nos haya tocado por gobernantes, politiqueros cortos de visión estadista, y dados al autoritarismo, quienes en lugar de aprovechar la bonanza económica para desarrollar el país, atentan contra el mismo, al desconocer la voluntad popular expresada en las urnas mediante los votos, y tienen por agenda perpetuarse en el poder por todos los medios posibles, aun violando la constitución si fuera necesario.
En fin, como ciudadano panameño con derecho a tener mi propia opinión y criterio, reitero mi gran preocupación por el rumbo que está tomando la democracia panameña, la cual está en jaque y herida de muerte, y nadie me obligara a creer en la versión gubernamental; tengo derecho a creer en la versión del ex viceministro de Gobierno, Luis Ernesto Carles, a creer que el gobierno miente y que es un peligro para nuestra democracia, como quiera que, su gula de poder, no conoce de limites.
Dios tenga misericordia de Panamá y no permita que el gobierno de turno nos retrotraiga a épocas ya superadas, dividiendo a la familia panameña, y sumiendo al país en una ingobernabilidad e inestabilidad política, que nos lleven a enfrentamientos entre hermanos que den al traste con el crecimiento económico, la paz, y la sana convivencia que habían caracterizado a nuestro país en la época post dictadura.
Es hora que, todos los panameños que amamos a nuestra tierra, de todos los sectores, gremios y partidos políticos, unamos fuerzas en rescate y defensa de nuestra democracia.
Saludos cordiales.
Erick Simpson Aguilera
Proverbios de Salomón 29:2 Cuando los justos dominan, el pueblo se alegra; mas cuando domina el impío, el pueblo gime.
Un pensamiento en “Democracia Panameña en Jaque”
rica1lasso
Es triste, peligroso e inaudito, sabiendo que detrás del loco hay ex civilistas y «demócratas»