Erick Simpson Aguilera
Deuteronomio 16:19 No torcerás la justicia; no harás acepción de personas, ni tomarás soborno, porque el soborno ciega los ojos del sabio y pervierte las palabras del justo.
Cuando me dispuse a escribir sobre el transfuguismo político que sufre Panamá, mi intención original era listar a los tránsfugas en una tabla que tuviera como campos: nombres, apellidos, partido original en el que fue electo, cargo al que fue electo y partido al que se cambió, con la finalidad de mantener un registro a futuro, de manera que en las próximas elecciones los votantes los tengamos presentes para pasarles la factura. Sin embargo, como el listado de tránsfugas cambia con mucha regularidad y los tránsfugas están de moda y en pleno apogeo, decidí abordar el asunto mientras se completa el listado.
Dos temas puntuales que me preocupan acerca del fenómeno del transfuguismo que experimenta Panamá es, primero, el hecho que se desprecie y desconozca la voluntad popular, expresada en las urnas, y las razones que “justifican” los cambios de partidos.
En virtud de que los funcionarios electos por votación popular corren en las elecciones bajo la bandera de un colectivo político dado, deben respetar la decisión de los votantes y mantenerse en el partido bajo cuya cobertura fueron electos.
Entiendo que algunos podrán argumentar que los electores votan por individuos y no por partidos, no obstante, también hay quienes votan en plancha, apoyando a un partido y a un plan de gobierno equis. De manera que los tránsfugas no pueden demostrar, científicamente, cuáles de sus votantes les dieron el voto de confianza a título personal o partidista, por lo que resulta muy pobre el argumento que esgrimen para “justificar” sus cambios de colectivo. Es importante considerar que la única participación que tenemos los ciudadanos en nuestra mal llamada democracia es el voto electoral, y si este no se va a respetar, tanto el gobierno (que alienta el transfuguismo, premiando con partidas del Programa de Asistencia Nacional (PAN) o castigando con expedientes), como los funcionarios tránsfugas (siempre ávidos de brincar), deben dejarse de hipocresías; que se declaren abiertamente en dictadura y suspendan las elecciones, así ya sabremos los ciudadanos a qué atenernos y cómo enfrentarlos, toda vez que, si después del simulacro electoral (elecciones), la voluntad popular expresada en las urnas por medio del voto es olímpicamente despreciada e ignorada, mejor que no perdamos tiempo en elecciones protocolares y falsas; y así quienes integramos cada grupo nos manejaremos sin máscaras y con nuestros propios recursos; los dictadores con sus métodos de extinción de partidos para mantenerse en el poder como partido único, y los ciudadanos rompiendo sus cadenas.
En cuanto al porqué del transfuguismo, ya escuchamos las excusas baratas de los saltarines; algunas rayan en el delito, como quiera que de la manera más sincera e ingenua (o será que perdieron la noción del bien y el mal), algunos de los tránsfugas reconocen que su cambio de partido obedece a la necesidad de disponer de fondos y partidas (del PAN) para ejecutar obras y proyectos en sus circuitos, distritos y corregimientos.
Dicha “justificación” del transfuguismo constituye la confesión de un delito electoral, porque se utilizan los fondos públicos para proselitismo, beneficiando o castigando a un partido político dado. Me pregunto si todavía existe la figura del fiscal electoral en nuestro país, y si es así, ¿quién es, cómo se llama, dónde está y por qué no dice ni esta boca es mía? “Vamos bien”.
Además, resulta curioso que algunos tránsfugas con casos pendientes con la justicia, tan pronto se cambian al partido Cambio Democrático son exonerados, lo que siembra dudas sobre la independencia de la administración de justicia. En fin, amanecerá y veremos en qué termina esta historia, mientras tanto, sigo trabajando en mi listado de tránsfugas.
Saludos Cordiales
Erick Simpson Aguilera
Proverbios de Salomón 17:23: El impío recibe soborno bajo el manto, para pervertir las sendas del derecho.
3 pensamientos en “Transfuguismo en estado puro”
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chocolate
Saludos,
Señor Aguilera
Muy bueno su articulo, pero Yo le agregaria algo interesante y es que la función de los diputados
no es hacer obras en su comunidad o circuito, las funciones de ellos estan bien defiinidas, que es la de hacer leyes que beneficien al pueblo y por ende al pais, ademas de supervisar que los fondos publico sean bien utilizado para lo que se ha destinado y que cada ministro y director rinda cuenta de cada uno de sus actuaciones.
erick507
Gracias por el comentario Chocolate.
Saludos.