Por: Erick Simpson Aguilera
“El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones”. Winston Churchill (1874-1965) Político británico.
Observando ayer el programa La Última Hora, en el cual participó el Presidente Ricardo Martinelli, noté que la abrupta caída de 20 puntos que tuvo en las encuestas, la más pronunciada de la era post dictadura, le afectó, y pretende recuperar la confianza del pueblo en el desempeño de su gestión de gobierno, lo cual no está mal, pero, debe lograrlo con el enfoque correcto, en virtud que, es el Presidente de la Republica, no un candidato presidencial (parece que no lo tiene claro todavía), y me da la impresión que está más preocupado por su imagen, que, por los problemas del país.
Bien, pues le doy un consejo de gratis que le ayudará a contar con el beneplácito de la mayoría de la población panameña, conviértase en un estadista que deje huellas para bien, en la nación, cuyo legado perdure y afecte positivamente a las actuales y futuras generaciones, concéntrese en solucionar los principales problemas del país, deje la politiquería que solo aspira a ganar las próximas elecciones, deseche el estilo autoritario de gobierno que busca perpetuarse en el poder, en detrimento de la institucionalidad y pisoteando la constitución, como ha sido la tónica de su gestión.
El Señor Presidente señala que, se siente tan golpeado como Rocky Balboa, pero, que se esforzará a pesar de la andanada de golpes reflejados en la última encuesta, para recuperar la aprobación de la ciudadanía, y que su partido ganará las próximas elecciones. Ese no es el camino a seguir ni el enfoque correcto.
El enfoque de un verdadero estadista, no gira entorno a su imagen personal, como si está fuera la razón de ser de su gobierno (una suerte de culto a la personalidad intoxicante y omnipresente, hasta en las propagandas se escucha la voz del presidente), su enfoque más bien, gira entorno a la ciudadanía, para lograr el bienestar de la misma. De modo que, es preciso que el Señor Presidente, renuncie a las estrategias mediáticas y populistas, y se convierta en un Rocky Balboa, pero, no para satisfacer su imagen y ego personal, sino para pelear por la ciudadanía y sacar al país del hueco en que está sumido por la pobreza, la desigualdad, la inseguridad, el alto costo de la vida, la salud y educación deficientes, etcétera.
Que el gobierno de turno sea de corte politiquero y no estadista, no es nada nuevo ni exclusivo, como quiera que, todos los gobiernos de la era “democrática”, han estado cortados con esta misma tijera; lo preocupante de la administración actual es que, además de ser politiquera y nada estadista, tiene un estilo de gobierno autoritario que no respeta la constitución ni las leyes.
¿Por qué pienso así?
Pienso así porque el estilo de gobierno de la administración actual, se basa en la confrontación e imposición, y se caracteriza por un desprecio al consenso y la consulta, lo cual mantiene al país en un estado convulso e incierto de constante zozobra.
La concentración de poderes del gobierno de turno, vulnera la institucionalidad democrática, al reducir a su mínima expresión a los órganos legislativo y judicial (Corte suprema), al someter bajo su dominio a la Contraloría y la Procuradoría (caso PAMAGO), y al canibalizar a todos los partidos políticos sin discriminación (oposición y gobierno), por medio de fusiones ilegales (caso MOLIRENA), del trasfuguismo de representantes, diputados y alcaldes, del trueque de votos de diputados a cambio de partidas millonarias (caso Osmán Gómez), y por la piratería de adherentes, quienes abandonan su colectivo político y se inscriben en el partido CD, para no perder sus trabajos, o a cambio de favores y clientelismo político.
Y, el hambre de control y poder del gobierno actual, sin parangón en la era post dictadura, no tiene límites, toda vez que, ahora van por la principal alcaldía del país, para lo cual tuercen las leyes a su conveniencia, en un abierto desafío a la ciudadanía que observa como juegan con la institucionalidad, como quiera que, Bosco Vallarino, ocupa un cargo de elección popular, y la ley que lo habilitó, ahora con la nueva coyuntura política de ruptura de la “alianza”, resulta que, ya no tiene efecto; es decir que, la ley hay que acomodarla a la agenda e intereses del gobierno de turno, “Vamos Bien”.
Como si violentar la separación de poderes fuera poca cosa, el gobierno de turno ha confrontado a todos los sectores de la nación, a saber, la sociedad civil organizada (pretenden cogobernar, dice el gobierno), los medios de comunicación (son alarmistas, magnificadores, de pacotilla y diarios del NO), los indígenas (fuertemente reprimidos resultando en la pérdida de vidas humanas y la visión), los gremios y sindicatos (quieren destruir la CSS y la educación), los productores agropecuarios (abandono del agro, incentivo de las importaciones, y fuerte represión a los productores por protestar en defensa de sus derechos), etc.
Para terminar de complicar el convulso panorama panameño, la administración Martinelli, provoca la ruptura de la “alianza” de gobierno, a raíz de su insistencia -que raya en la obsesión-, en aprobar leyes inconstitucionales (segunda vuelta, y consultas populares); de modo que, ni siquiera sus “aliados” -quienes fueron echados del gobierno con excusas baratas de sombreros, incompetencia, oposición dentro del gobierno, y grabaciones secretas-, ni la constitución, se salvaron de ser víctimas del ansia de poder del gobierno de turno, el cual sin respetar límites ni medir consecuencias, desconoció la “alianza” y pisoteó sin pudor alguno, la constitución (segunda vuelta vía asamblea).
Esta serie de desatinos y exabruptos del gobierno actual, el cual por adelantar con creces los tiempos políticos, sumiendo al país en una estéril e intoxicante campaña politiquera a 2.5 años de la contienda electoral, se distrajo y descuidó su responsabilidad de solucionar los verdaderos problemas que afligen al pueblo panameño, a saber: la desigualdad, pobreza, pobreza extrema, inseguridad, alto costo de la vida, salud, educación, agua, salarios, etcétera, afecta la buena imagen y clima favorable para las inversiones, de que goza Panamá internacionalmente -los cuales fueron logrados por el esfuerzo y trabajo de otras administraciones-, como quiera que, las cadenas noticiosas internacionales, se han hecho eco de la crisis política que vive Panamá, de manera que, el gobierno en lugar de promocionar al país en el exterior, le da mala fama; “Vamos Bien”.
Ante el escenario actual, es preciso que hagamos un alto para cuestionarnos, ¿cómo llegamos a este punto?, y ¿de qué manera podemos enderezar el rumbo?, con la finalidad de devolverle a Panamá, la paz y el sosiego necesarios para dar el salto definitivo al desarrollo y bienestar de todos los ciudadanos.
Hay pasos fundamentales, básicos y esenciales, para comenzar, de manera que, no es necesario inventar el agua tibia ni la rueda, ni ser una suerte de genio, para saber que existen formas mejores de manejar un país, que la marginación social, la rapiña, la corrupción, el saqueo, la politiquería y el autoritarismo.
En cuanto al cómo, no perderé mucho tiempo analizándolo, solo acotare que, todos los partidos políticos son culpables del estado caótico del país, toda vez que, cada uno de los partidos que administraron Panamá desde la época post dictadura, se dedicaron a politiquear, saquear las arcas públicas, promover la corrupción y nepotismo, incentivar el clientelismo político, e ignoraron y descuidaron a las grandes mayorías de los ciudadanos, y a sus múltiples problemas, situación que aumentó la brecha entre ricos y pobres, y propició la desesperanza y hastío de un pueblo que apostó por una figura pseudo mesiánica que les vendió una propuesta de cambio, que resultó en otro fraude, pero, de proporciones dañinas superiores a las administraciones previas, por su carácter autoritario y dictatorial.
Con relación al qué hacemos para enrumbar a Panamá por mejores derroteros de desarrollo, bienestar y justicia social, soy de la opinión que, el país necesita un estadista que coordine con las mejores mentes, el camino a seguir, los pasos a dar, y la ejecución de los mismos. Como dicho tema requiere de varios artículos, los iré desarrollando en próximas entregas.
Solo acotare que, creo que nuestros gobernantes pasados y actuales, están conscientes de los pasos, sacrificios y esfuerzos a seguir, porque son panameños muy capaces y exitosos, pero, por sus agendas mezquinas, prefieren optar por servirse del poder para su propio beneficio y enriquecimiento personal, y el de sus allegados, propiciando la marginación del pueblo, y manteniéndolo en la pobreza, hasta que este agotado y nefasto sistema de gobierno, nos pase factura a todos los ciudadanos, léase, a ricos y pobres.
Es hora que, quienes nos gobiernan entiendan que, el corrupto, primitivo y feudal sistema de gobierno panameño, es obsoleto, está agotado, es insostenible y colapsó, de manera que, tienen que revertir el estado de cosas, o tendrán que lidiar con los efectos de lo que han sembrado; para muestras solo miren alrededor, a saber, México, Centroamérica, Colombia, Venezuela, Ecuador, etc. Panamá no está vacunado ni es inmune a los efectos de la desigualdad, la injusticia y la pobreza; o los ricos y gobernantes (que son los mismos), se deciden a estar a la altura de las circunstancias y desarrollar a un país bendecido y con todas las condiciones a su favor para ser el primer país latinoamericano en ingresar al primer mundo, o como dijo la revista The Economist, nos convertiremos en el próximo México.
Dios quiera y, el Presidente Ricardo Martinelli, cambie su estilo de gobierno, fortalezca las instituciones, respete las reglas democráticas y la constitución, se deshaga de los malos asesores, ministros/as (los tóxicos e incompetentes), manzanillos, piratas y tránsfugas (oportunistas que aglutinan su administración), se reconcilie y trabaje conjuntamente con la sociedad civil, gremios y sindicatos, medios de comunicación, partidos de oposición, empresa privada, clubes cívicos, iglesias, los indígenas, etcétera (no es posible construir un desarrollo nacional sin el consenso de todos), y se haga de las mejores mentes que le ayuden a aprovechar los tres años de administración restantes, para emprender un verdadero plan de desarrollo nacional en lo social y lo económico que nos permita ingresar al grupo de países desarrollados, de lo contrario, tendremos que esperar tres largos años de estancamiento en lo social, en los cuales esperemos que el país no colapse también en lo económico a consecuencia de la inestabilidad política, para poder escoger entonces, otro gobernante que sea un verdadero estadista con la luz, visión, y carácter suficientes, para posicionar a Panamá en el sitial que siempre debió estar, dadas las muchas riquezas y bendiciones con que cuenta el país.
Saludos Cordiales.
Erick Simpson Aguilera
Proverbios de Salomón 11:14 Donde no hay dirección sabia, caerá el pueblo; mas en la multitud de consejeros hay seguridad.
4 pensamientos en “Se busca un Estadista”
Milton Henríquez
¡Excelente análisis!
erick507
Muchas gracias por su comentario Señor Henríquez, muy amable de su parte, saludos.
Leslie Arauz
Podrias mencionar Erick en tu opinion, cuales son los recursos con que cuenta Panama para un autosostenimiento y cuales podrian crearse en corto, mediano y largo plazo? Sabemos que tenemos la Administracion del Canal y años atras tuvimos una Refineria, me gustaria escuchar tu opinion al respecto.
Gracias.
erick507
Que tal Leslie.
En los dos artículos a continuación, toco algo de los temas que mencionas, de todas formas, si he pensado profundizar en ese particular, como mencione en el presente artículo:
Mi Informe a la Nación:
http://wp.me/p1tH0L-4r
El Dilema de un país rico con mentalidad pobre:
http://wp.me/p1tH0L-c
Saludos.