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    • Administración Cortizo rompe récord en deuda pública

      Posteado a las 11:35 pm por Erick Simpson Aguilera, el 15 noviembre, 2020

      Por: Erick Simpson Aguilera

      En apenas un año y tres meses de la Administración Cortizo, la deuda publica panameña cuyo saldo acumulado a junio de 2019 (final de la Administración Varela), ascendía a $26,612.4 MM, mientras que, a septiembre del presente año asciende a la exorbitante cifra de $36,107.2 MM, se ha incrementado por el orden de $9,494.8 MM (36%); incremento que rebasa en escaso año y tres meses de gobierno, a las deudas adquiridas por todas las administraciones anteriores, en sus cinco años de gestiones.

      Resulta alarmante, por decir lo menos, pero espeluznante sería un termino más atinado, que la administración de turno esté endeudando a la nación a un ritmo trepidante nunca visto; y eso que ya estábamos asustados cuando la Administración Martinelli, inauguró la danza de los millones en deuda pública, la cual fue rebasada por la Administración Varela en dichos menesteres; recurriendo ambas al endeudamiento público en demasía, e hipotecando así,  el futuro de la nación panameña, al comprometer las finanzas del Estado.

      Es oportuno reiterar que, el ritmo vertiginoso de endeudamiento de las Administraciones Martinelli y Varela, se dio en el periodo de cinco años de gestión de cada una, mientras que, el gobierno de turno (Administración Cortizo) en solo un año y tres meses ya rebasó en deuda pública a ambas administraciones en mención, lo cual resulta escalofriante, por decir lo menos. A dicho ritmo de endeudamiento tan galopante, en cinco años, nuestro país, Panamá, estará hipotecado, léase, empeñado a las instituciones crediticias internacionales y locales, toda vez que, el 2021 la pandemia pasará factura a la economía mundial, ergo, el panorama no se pinta nada halagador de cara al futuro.

      Sí, yo sé que el 2020 ha sido un año irregular en todo el planeta y que los ingresos fiscales han caído en el mundo entero; no obstante esa realidad, me pregunto si la “Dubái de América”, no dispone de fondos y ahorros propios, y pretende vivir del crédito, refinanciando deuda para pagar más deuda hasta que los acreedores nos embarguen el país con sus principales activos. Si no hay fondos locales para sobrevivir a la pandemia, cabe preguntarse a dónde fueron a dar los ingresos producidos en todos los años de bonanza y crecimiento económico que vivió Panamá, del que tanto se jactaban los políticos panameños. Dicho eso, considero que, practicar un sinnúmero de auditorías y rendición de cuentas es lo que procede para explicar el por qué estamos a merced de los mercados crediticios y no podemos sobrevivir a la crisis mundial sin recurrir al crédito, ahora que queda al desnudo la realidad de la economía panameña.

      Así las cosas, es preciso exigir al gobierno en funciones una rendición de cuentas del uso dado a los $9,494.8 millones de dólares de deuda pública que ha adquirido en apenas un año y tres meses de gestión, toda vez que, tamaño monto que dobla a la ampliación del canal de Panamá, ni siquiera la pandemia lo puede justificar completamente (al menos que hayan construido mega hospitales en cada provincia), según mi humilde opinión que puede estar errada siendo que no manejo la información del verdadero destino dado a dichos fondos, pero invito al gobierno a corregirnos a los panameños que dudamos y exigimos cuentas con el derecho ciudadano que nos asiste, publicando un informe a la nación que justifique el uso dado a cada real adquirido mediante una deuda temible que rebasa todos los limites conocidos, en apenas, reitero, un año y tres meses de gestión, y que reporte la situación actual verdadera de las finanzas del Estado y de la economía panameña per se.

      Saludos cordiales,

      Erick Simpson Aguilera.

       

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    • ¿Ley de retorsión para Europa, o brazos cruzados?

      Posteado a las 1:03 pm por Erick Simpson Aguilera, el 21 febrero, 2020

      Por: Erick Simpson Aguilera

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      El 18 de febrero del presente año, los 27 ministros de finanzas de la Unión Europea, léase, el Consejo de Asuntos Económicos y Financieros (ECOFIN), decidió incluir nuevamente a Panamá en su lista negra de paraísos fiscales de la que nos había retirado en 2018.

      Según explican, dicha re inclusión obedece a que: “Panamá no tiene una calificación de al menos Conforme en gran medida del Foro Global sobre Transparencia e Intercambio de Información con Fines Fiscales para el intercambio de información previa petición y aún no lo ha resuelto”.

      Medida ésta que ha exacerbado los ánimos y nacionalismo del pueblo panameño que se siente agredido y discriminado una vez más, por las potencias europeas, y por ende, se exige al gobierno nacional, aplicar la ley de retorsión a los cabecillas europeos de este nuevo ataque contra la nación panameña.

      Ahora bien, dejando el patrioterismo y rasgamiento de vestiduras a un lado, debemos preguntarnos los panameños lo siguiente:

      1- ¿Es Panamá realmente un paraíso fiscal?

      2- ¿Debemos aplicar la ley de retorsión a ciertos países de la Unión Europea?

      3- ¿Hemos medido el impacto económico de aplicar la ley de retorsión a semejante coloso económico mundial?

      4- ¿Tenemos más que ganar que perder si nos jugamos la carta de la retorsión en este impase con Europa?

      Respondiendo desapasionadamente a cada una de las preguntas previas, opino lo siguiente:

      De acuerdo a los estándares mundiales, el consenso internacional es que Panamá es en efecto, un paraíso fiscal. Y antes de lincharme, permítanme explicarles que, no solo es la OCDE, y la Unión Europea, quienes nos consideran un paraíso fiscal, y, de hecho, la opinión de esos dos entes tan sesgados, arbitrarios, y con notorios conflictos de intereses, me tiene sin cuidado y no les doy ninguna credibilidad, y luego explico el porqué.

      Sin embargo, hay organismos independientes como la coalición de investigadores y activistas de La Red de Justicia Fiscal (The Tax Justice Network), con sede en Chesham, Reino Unido, los cuales elaboran su propio Índice de Paraísos Fiscales, y otro índice de Secreto Financiero, utilizando para calcular ambos índices, alrededor de 20 indicadores financieros, y en ambas mediciones Panamá es calificado como paraíso fiscal y jurisdicción opaca, respectivamente.

      Calma pueblo, calma, que antes de ningunear, satanizar y bastardear a The Tax Justice Network, es menester que lean el articulo hasta el final, que les prometo que esto se pondrá interesante.

      Lo bonito de los índices de The Tax Justice Network, es que no dejan títere con cabeza, ni les interesa quedar bien por agendas ocultas con el statu quo. De manera que, aplican sus mediciones sin dejar por fuera a los paladines de la justicia fiscal mundial, a aquellos guerreros de la transparencia fiscal global, a saber: OCDE, Unión Europea, GAFI, etcétera, los cuales son asiduos creadores de listas negras como si ellos tuvieran la moral para calificar o descalificar al resto del mundo, y resulta ser que, varios miembros de la Unión Europea son paraísos fiscales peor calificados que Panamá en las mediciones de The Tax Justice Network que sí son imparciales.

      Dato curioso acerca de la risible lista negra de la UE, es que en el Índice de Paraísos Fiscales de The Tax Justice Network, que es mucho más creíble que el pasquín de la Unión Europea, Panamá ocupa el puesto #26, mientras que Holanda el puesto #4, Luxemburgo #6, Irlanda #11, Reino Unido que con el brexit salió de la Unión, el #13, Bélgica #16, Chipre #18, Francia #22, Alemania #24, y Estados Unidos que obviamente no es parte de la UE, pero no debemos pasarlo por alto, el puesto #25.

      Es decir que, un organismo independiente, que no es juez y parte como los líderes de la OCDE, ni como los 27 países miembros de la Unión Europea, aplicando 20 indicadores financieros, llegó a la conclusión de que esos países que insisten en incluirnos en sus listas negras, son peores paraísos fiscales que Panamá, y son más opacos que nosotros en materia fiscal, entiéndase que, en todo caso son la competencia y por eso se ensañan con Panamá.

      Razón por la cual, mas que una lucha en pro de la transparencia fiscal global, veo las iniciativas de la UE demasiado sesgadas, discriminatorias y apegadas a su vocación de potencias colonialistas que ven a Panamá desde siempre como un lugar de transito de riquezas a saquear por ellos que tienen patente de corso, pero nosotros debemos resignarnos al estatus de país para saquear riquezas como hacían sus piratas en Portobelo y Ciudad de Panamá, y no como un lugar que se atreva a guardar riquezas, aunque nuestra participación en dicho mercado, sea efímera.

      De hecho, Panamá no es ningún competidor serio en esos menesteres puesto que, del mercado global de offshores, por ponerles un ejemplo, solo el 0.22% le pertenece a Panamá, mientras que USA, que ni locos los europeos lo colocarían en una lista negra, posee el 21% del mercado, Reino Unido el 16%, Luxemburgo el 12%, etc.

      PARTICIPACIÓN OFFSHORE

      MERCADO OFFSHORE

      A continuación, posteo la circense lista negra de paraísos fiscales de la Unión Europea, versus el top 30 de paraísos fiscales de The Tax Justice Network:

      Es importante señalar que, ese panfleto de la UE, no incluye por supuesto, a los paraísos fiscales miembros de la Unión Europea, a saber: Holanda, Luxemburgo, Irlanda, Bélgica, Chipre, Francia, y Alemania. Ni mucho menos incluyen a conocidos paraísos fiscales -porque locos no son, y una cosa es meterse con Panamá y otra con los gringos- como Estados Unidos, Suiza, Singapur, Hong Kong, Emiratos Árabes Unidos, China, etc.

      Ahora sí, el top 30 de paraísos fiscales de The Tax Justice Network:

      “El Corporate Tax Haven Index clasifica los paraísos fiscales más importantes del mundo para las corporaciones multinacionales, de acuerdo a cuán agresiva y extensamente cada jurisdicción contribuye a ayudar a las empresas multinacionales del mundo a escapar del pago de impuestos, y erosiona los ingresos fiscales de otros países del mundo. También indica cuánto contribuye cada lugar a una «carrera global hacia el fondo» sobre los impuestos corporativos”. The Tax Justice Network.

      Dicho eso, procedo a responder las otras preguntas.

      Sí, considero que es hora de aplicar la ley de retorsión a ciertos países de Europa que nos están midiendo con una vara diferente de la que se aplican a sí mismos y a otros países con los que si no se meten. Para mí ya es hora de tomar medidas de retorsión concretas y no amenazas baratas, contra Francia, Alemania, y contra España también, cuyas empresas (españolas) les gusta participar en nuestras mega obras para con sus sobrecostos, adendas amañadas y demás corruptelas, apropiarse de nuestro dinero que entonces sí no es sucio. Hace rato que países como Francia tienen una campaña de desprestigio y bullying en contra de Panamá. Basta ya de tanto abuso.

      Es preciso que la República de Panamá tome medidas contundentes en contra de aquellos que buscan perjudicar nuestra marca país, porque igual si nos quedamos de brazos cruzados, tratarán de hundir la economía panameña destruyendo nuestra imagen, ergo, mejor morir peleando que no responder a la guerra económica que nos han declarado, porque un día sí y otro también, nos imponen nuevos estándares financieros que cumplimos y acto seguido, nos cambian las reglas del juego y vuelve el circulo vicioso de incluirnos en sus listas negras de las que tal parece, hagamos lo que hagamos, nunca saldremos y siempre nos impondrán un nuevo requisito que no cumplen ni ellos mismos en sus lavanderías de capitales que son las mayores del mundo, y así sucesivamente hasta que nos saquen del mercado financiero.

      Por supuesto que, Panamá no es ningún santo; también reconozco que nuestro sistema judicial es una basura; que la corrupción e impunidad campean a sus anchas en nuestra nación; que casos como “Panamá Papers”, Odebrecht, y demás corruptelas, nos han dejado muy mal parados a nivel mundial, pero, no es una cloaca como Europa en donde se lava el grueso del dinero mal habido del mundo (en la City de Londres y Luxemburgo, por mencionar dos de muchos ejemplos), en donde reina la opacidad y los paraísos fiscales (Holanda, Luxemburgo, Irlanda, Bélgica, Chipre, Francia, Alemania, etcétera), quienes nos van a dar lecciones de moral; lo de ellos es una guerra declarada y descarada en contra de nuestra nación, porque tienen ese complejo de potencias y nos miran con desdén, desprecio y discriminación como a una vulgar colonia cuya prosperidad les ofende, y que según ellos se debe a sus impuestos escondidos en Panamá cuando la realidad es que, ni siquiera somos un jugador importante en el mercado global de offshores, en comparación con países como USA, Reino Unido, y Luxemburgo, con los cuales la UE sí no se meten. Ergo, toca responder a la altura de las circunstancias adversas que nos han planteado.

      En cuanto al impacto económico de aplicar la ley de retorsión a semejante coloso económico mundial como es la UE, reconozco que no manejo las cifras económicas de los balances comerciales entre Panamá y dicha unión, es decir, no sé qué tan dependiente pueda ser nuestra economía de Europa como para tambalearse y colapsar si nos dan un tate quieto por medirnos de igual a igual con ellos, pero para eso están los expertos del gobierno para medir con cabeza fría los pasos a tomar y las posibles repercusiones e impacto en nuestra economía, porque a los panameños comunes ganas no nos faltan de parárnosle firme a esos abusadores. Si de mi dependiera, hasta usaría el canal para retorcerlos y presionarlos, pero por algo un loco impetuoso como yo, no soy el presidente de Panamá, jaja.

      En fin, molesta tanto abuso desde allende nuestras fronteras, pero también debemos darle una mejor imagen al país adecuando la Constitución, mejor dicho, reemplazándola por una nueva Carta Magna que en verdad fortalezca la institucionalidad democrática, combata la corrupción, erradique la impunidad, y robustezca la transparencia y la rendición de cuentas.

      Saludos cordiales,

      Erick Simpson Aguilera.

      Bono: Índice de Secreto Financiero 2020, de The Tax Justice Network.

      The Tax Justice Network:

      Corporate Tax Haven Index – 2019 Results.

      Financial Secrecy Index – 2020 Results.

       

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    • ¿Quieres agua?, “anda al río y búscala”

      Posteado a las 3:46 am por Erick Simpson Aguilera, el 19 febrero, 2020

      Por: Erick Simpson Aguilera

      «Hay que pagar más agua. El agua es gratis, tenemos derecho al agua, perfecto, anda al río y búscala; la que te pongo en tu casa págala. Paga la distribución, paga la potabilización. No podemos seguirle pidiendo al Lago Gatún y al canal de Panamá. Vamos a dejar de tener el agua que necesitamos para la columna vertebral de la economía de este país porque le tenemos que dar a los panameños que consuman y sigan botando tres veces la cantidad de agua que deben consumir”. Yo ayer estaba escuchando y me pareció increíble, que, en Sudáfrica, hay un problema de agua que hay un due date; el 1 de abril se acaba el agua en Sudáfrica, ok. Y hoy en día, en Estados Unidos, y ayúdeme Sr. Mezquita; cuánta agua consumimos los panameños; dicen que en Estados Unidos y el estándar mundial son 300 litros de agua al día; si aquí consumimos 3 veces debemos consumir 900 litros de agua al día los panameños».   Mercedes Eleta.

      Respecto a la controversial opinión de la presidenta de la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresas (Apede), Mercedes Eleta, sobre el tema del agua, y la supuesta problemática que sufre Panamá y su canal, la cual ilustró apretando una suerte de botón de pánico para dimensionar y sublimar “la crisis de agua panameña”, al citar el caso sudafricano, quisiera acotar los siguiente:

      Desconozco el origen de los datos esgrimidos por la señora Eleta, toda vez que no citó las fuentes de sus indicadores de terror que pintan un escenario apocalíptico en Panamá respecto al tema del agua, como si peligráramos y el recurso estuviera por acabarse en Panamá, pero, según la FAO (Food and Agriculture Organization of the United Nations), Panamá es una de las naciones más ricas del planeta entero, en cuanto a recursos hídricos se refiere. Mientras que Sudáfrica ocupa el lugar #144 a nivel mundial, con recursos hídricos en su haber de 821.33 metros cúbicos per cápita, Panamá ocupa en el mismo ranking la posición #19 con un capital hídrico de 35,013.84 metros cúbicos per cápita. Y como si esto fuera poco, Panamá ocupa el lugar #5 a nivel mundial en cuanto a precipitaciones se refiere, léase, es uno de los países en los que más llueve en el planeta, según datos de la citada FAO, y pueden verificar los indicadores que estoy citando en el sitio de la institución en mención, en donde podrán utilizar la herramienta estadística AQUASTAT, para hacer sus propios análisis. Mientras que, Sudáfrica ocupa la posición # 143 entre 186 países, en lo tocante a precipitaciones anuales.

      Dicho eso, considero que no procede comparar el caso sudafricano con la situación panameña, lo cual no tiene sentido ni punto de comparación, al menos que se busque espantar al país con cifras e indicadores dudosos cuyas fuentes no citan los autores del discurso de pánico que pretende alzas de tarifas y privatización del suministro de agua.

      Ese discurso de pánico que busca justificar la privatización del agua no es nuevo ni mucho menos un tema local y aislado, todo lo contrario; es un estribillo repetido hasta la saciedad por las elites mundiales. Para muestra un botón:

      “El agua es un producto alimenticio que debe ser privatizada, no un derecho humano. Con el aumento de la población mundial el agua ya no es un derecho público, sino un recurso que debe ser administrado por hombres de negocios”. Peter Brabeck, ex CEO de Nestlé.

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      Vaya; sin comentarios; porque no vale la pena desperdiciar tiempo y espacio comentando semejante argumento tan aberrante, clasista y oligarca.

      Más bien procederé a compartirles cuadros y gráficos con indicadores que demuestran la situación hídrica mundial, la cual es cierto que no está como para darnos el lujo de despilfarrar el recurso, en lo cual, sí concuerdo con la señora Eleta, pero claro está, que no comparto su conclusión de que el funcionamiento del canal peligra por el despilfarro de “los panameños”, toda vez que, primero, en Panamá hay suficiente agua para la operación del canal y otros menesteres, solo hay que gestionarla estratégicamente, y segundo, es necesario definir quiénes son esos panameños despilfarradores para evitar caer en generalizaciones odiosas y elitistas que apuntan y culpan exclusivamente a las clases populares que muchas veces carecen del suministro de agua 24/7 no obstante vivir cerca de las potabilizadoras, y algunos hasta los tildan de marginales, pero muy convenientemente excluyen de entre esos panameños despilfarradores a las empresas morosas con el IDAAN, y a los ciudadanos de las clases altas que por lógica consumen mucho más agua por tener mansiones, flotas de autos que lavar, grandes jardines que regar, fincas, piscinas, canchas de golf, y todas aquellas comodidades que su alto poder adquisitivo les permite costearse, sin medirse en sus excesos ni autolimitarse en cuanto al consumo de agua se refiere.

      A continuación, los indicadores prometidos, los cuales extraje mediante la herramienta AQUASTAT de la FAO, para darle seriedad al asunto -como suelo hacer cuando escribo y cito indicadores-, porque eso de citar en medios de comunicación masivos, indicadores brujos y sin fuentes, aunque está a la orden del día, como que no procede y solo sirve para desinformar y espantar a las masas. Luego mis conclusiones sobre el particular en cuestión:

      1- Panamá es el país, reitero, #19 entre 178 países a nivel mundial, en capital hídrico per cápita:

      2- De los 20 países más ricos en capital hídrico per cápita a nivel mundial, 4 son latinoamericanos. Tomar nota de ese detalle, porque mientras LATAM es una de las regiones más ricas en recursos hídricos del mundo, las potencias industrializadas, ricas en economía y poder bélico, son pobres en dicho recurso. Ergo, las elites en el poder en LATAM, se frotan las manos por tamaño mercado para vender la riqueza hídrica nacional una vez privatizada, la cual está en la mira de las potencias porque cuando gasten sus recursos hídricos limitados, serán dueños de los nuestros a las buenas (comprándolos), o a las malas (invadiendo militarmente LATAM). Por algo se dice que el agua será el detonante de las próximas guerras mundiales.

      3- En el siguiente gráfico comparo a los 4 países hispanoamericanos con mayor riqueza hídrica per cápita versus los miembros del G7 que están al límite, a excepción de Canadá que es riquísimo en el rubro que nos ocupa (80,423.43 metros cúbicos per cápita).

      4- Según la FAO, Panamá es el país #5 con mayor precipitación anual en el planeta. Es decir que, además de tener 52 cuencas hidrográficas y 500 ríos, Dios nos bendice desde el cielo con abundante lluvia para cosechar agua y suplir nuestras necesidades. De manera que, discrepo con los gremios empresariales que nos venden un escenario de crisis y escasez de agua en Panamá, cuando lo que hay es mala gestión gubernamental adrede (abandono deliberado del IDAAN), para forzar la privatización de uno de nuestros principales activos, a saber: el agua, que, de hecho, la van privatizando de a poco al sobreexplotar los ríos con hidroeléctricas privadas que venden energía a Centroamérica sin que los panameños nos beneficiemos de este abundante rubro que poseemos.

      5- De acuerdo al Consejo Nacional del Agua de la República de Panamá (CONAGUA), del total de agua dulce utilizada, el 90% es demandado por el sector hidroeléctrico, mientras que solo el 1% es destinado al consumo humano. De manera que, los panameños no somos tan malos y despilfarradores como nos pintan ciertos gremios empresariales. Lo interesante sería analizar a profundidad el tema de la explotación hidroeléctrica para poner orden en ese rubro que solo beneficia a unos pocos privilegiados. Ah, verdad que los culpables del Apocalipsis del agua son los malos y marginales panameños de las clases populares que merecen ir a beber al rio por despilfarradores, pero los empresarios tienen derecho a lucrar y vivir cómodos con agua en abundancia porque eso no es desperdicio, eso es iniciativa privada y estatus social.

      En fin, no quiero abrumarlos con tantas estadísticas en virtud que mi punto está bien claro, a saber: que Panamá no tiene ninguna crisis por escasez de agua ni peligra con agotarse nuestro capital hídrico como pretenden hacernos creer algunos gremios empresariales que hablan de que consumimos tres veces más que el estándar mundial y que correremos la misma suerte que Sudáfrica, sembrando el pánico, cuando la realidad es que muchos panameños ni agua tienen, y los que sí, les llega con mal olor y pésimo sabor; y que hasta el gobierno nacional y la FAO, reconocen nuestra riqueza hídrica, por ejemplo:

      Según 3 indicadores de la mencionada herramienta AQUASAT, Panamá tiene agua para rato, y no sufre de estres hídrico, a saber: 1- Freshwater withdrawal as % of total renewable water resources, 2- Agricultural water withdrawal as % of total renewable water resources, y 3- Water Stress.

      Mientras el CONAGUA señala en su página web lo siguiente:

      «En Panamá, contamos con abundantes recursos hídricos en donde la preci­pitación juega un rol importante. El volumen de precipitación total en el país se estima en 233.8 mil millones de m³/ año estimándose un promedio anual nacional de 2,924 l/m², con un mínimo de 1,000 l/m² y un máximo de 7,000 l/m², siendo el mayor valor registrado para Centroamérica (BM, 2015). La mayor parte de las precipitaciones* son captadas por la extensa red hídrica. «En Panamá la disponibilidad total de agua dulce se ha estimado en 119.5 mil millones de metros cúbicos de los cuales se utiliza solo el 25.8% aproximadamente. Estimaciones del incremento de la demanda de agua al año 2050, prevén un excedente superior al 50% de esa disponibilidad».

      De modo que, no confundamos la mala gestión gubernamental, la gula empresarial que le tiene ganas a uno de nuestros principales activos y por eso piden a gritos su privatización, y el despilfarro de algunos usuarios mala pagas, que no son todos como suelen generalizar ciertos empresarios, con crisis y peligro de agotamiento del agua en Panamá. Si el canal necesita agua, que se le facilite para el funcionamiento de la vía interoceánica, en la justa medida requerida (no otorgándoles un cheque en blanco para lucrar con nuestras fuentes de agua en detrimento del resto del país), y que también se les facilite cobertura de agua potable 24/7 a todos los panameños, para entonces hablar de alzas de tarifa. Aprendamos de Israel que, prácticamente carece de riqueza hídrica, y sin embargo su población tiene una cobertura de agua potable del 100%, son expertos en el agro, y hasta el desierto lo han hecho florecer.

      Saludos cordiales y para que no se pierdan cuando vayan a beber al rio, les refiero el mapa en el encabezado del presente artículo, el cual extraje de la página web de la FAO mediante la herramienta AQUAMAPS (Global spatial database on water and agriculture), y así sepan cuáles cuencas y ríos visitar para beber como los congos (traducción para los no panameños = tontos) que seremos si permitimos que los políticos y empresarios privaticen nuestro patrimonio hídrico para explotarlo y lucrar a placer mientras nos condenan a morir de sed. Aunque al ritmo que vamos, tampoco podremos acercarnos a beber a los ríos, puesto que, serán represados para hidroeléctricas privadas.

      Erick Simpson Aguilera.

      Listado de hidroelectricas en operación.

       

       

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    • Ese dichoso 3%

      Posteado a las 5:05 am por Erick Simpson Aguilera, el 31 enero, 2020

      Por: Erick Simpson Aguilera

      Bienaventurado sea el 3% de los elegidos que devengan salarios mensuales de $ 3,000 y más, dentro de la fuerza laboral panameña que promedia unos miseros $721.90 mensuales, según cálculos del INEC (Instituto Nacional de Estadísticas y Censo de la Contraloría). En dicha privilegiada categoría del 3%, están el Administrador del Canal con su jugoso salario mensual del orden de los $26,666.00 dolares; así como no pocos funcionarios públicos conectados y cercanos al poder de turno, independientemente del partido que le toque repartir el botín, digo, “administrar la cosa pública”; diputados y magistrados; una que otra botella; y también algunos profesionales del sector privado que sí se lo merecen y seguramente justifican con producción sus altos salarios.

      Sí, yo sé que el discurso del dichoso 3% suena a resentimiento y reclamo; como si estuviera sugiriendo una suerte de igualdad a la baja con el resto de los mortales cuya mediana de salario mensual equivale, reitero, a unos miseros $721.90 mensuales según INEC, es decir, que todos sean mal remunerados. No obstante el dejo de resentimiento, envidia o reclamo, la realidad es que mi enfoque consiste en igualdad hacia arriba (que todos sean bien remunerados), proporciones guardadas claro está, toda vez que, resulta iluso sugerir que toda la fuerza laboral devengue salarios en la categoría del 3%, léase, de $ 3,000 para arriba.

      También entiendo que, aunque un aumento salarial general es justo (no solo el salario mínimo), porque lo único que sube en Panamá es el alto costo de la vida, la condición endeble de la economía panameña gracias a 30 años de mala gestión gubernamental, corrupción, saqueos, impunidad y demás, impide que ese justo reclamo se materialice en ésta coyuntura, lo que haría quebrar a muchas empresas privadas y públicas de realizarse en éste momento.

      Ahora bien, lo que sí puede y debe hacer el gobierno es, combatir y erradicar la especulación, toda vez que, no puede ser que el costo de vida en Panamá se compare y hasta supere al de grandes ciudades de países desarrollados cuyos ciudadanos perciben grandes salarios, ergo, tienen mayor poder adquisitivo que los panameños.

      A continuación, algunos datos gráficos sobre el particular que nos ocupa, y posteriormente mis conclusiones.

      Mediana salarial:

      Ese privilegiado 3% que devenga un salario de $3,000 mensuales para arriba, me recuerda a la serie brasileña titulada precisamente, 3%, la cual trata acerca de: “ un argumento que se desarrolla en un futuro distópico en Brasil en el que a las personas se les da la oportunidad de ir a la «mejor cara» de un mundo dividido entre el progreso y la devastación, pero solamente el 3 % de los candidatos va a tener éxito. Una serie de pruebas a través del «proceso» serán las que determinen si los candidatos son oportunos o no para viajar al exterior. En el caso de que el candidato/a supere con éxito las pruebas, se cancela todo vínculo con su familia y su entorno previo al reclutamiento. Este nuevo sistema de dominación de la población pondrá a prueba a los candidatos, pero habrá algunos que no estarán dispuestos a continuar con el sometimiento del proceso en un mundo totalmente desigual”.

      Dicha serie que retrata al pie de la letra la desigualdad, fácilmente pudiera ser inspirada en el caso panameño que es uno de los más pronunciados en cuanto a inequidad se refiere, dado que, según el coeficiente de GINI, somos uno de los países más desiguales del planeta.

      Ahora bien, tampoco se trata de denostar ni satanizar a ninguna figura en particular comoquiera que, nadie está desconociendo los méritos, por ejemplo, del Administrador del Canal (Ricaurte Vásquez), y según entiendo, el astronómico aumento salarial que recibió, ya había sido decidido por la Junta Directiva del Canal, antes de que el nuevo administrador fuera nombrado en el cargo.  Además, tampoco estoy bastardeando, ninguneando, ni desmeritando a aquellos que devengan salarios de $3,000 o más en buena lid, dada su preparación académica, experiencia y créditos que respaldan su desempeño. Y siendo sincero, si a cualquiera de nosotros se nos ofreciera un gran salario para trabajar en el sector público, lo aceptaríamos sin titubear y nos convenceríamos para nuestros adentros de que somos merecedores y los más capaces.

      De manera que, mi malestar no es de carácter personal contra ninguna figura en particular, pero, lo que sí disgusta es, saber que en Panamá siempre ha habido familias que parasitan del Estado, botellas, funcionarios que no producen nada, ni mucho menos aportan algo útil a cambio de sus jugosos salarios, mientras el resto de las masas que no pertenecen al selecto grupo del 3%, luchan para sobrevivir con el alto costo de la vida en Panamá, que no obstante ser un país con muchas carencias sociales, y deficientes servicios públicos (hospitales que rozan el desastre, pésima recolección de la basura, déficit en cobertura de agua potable, calles en mal estado, educación paupérrima, etcétera), es uno de los países más caros del planeta.

      Así las cosas, solo espero que todos aquellos que devengan salarios astronómicos en el sector público, justifiquen sus grandes emolumentos, por ejemplo, el nuevo Administrador del Canal, que según se dice -y no tengo por qué dudarlo- es un capacitado y experto profesional de ligas mayores en su disciplina técnica y profesional, justifique su gran salario de $26,666.00 mensuales, incrementando las ganancias de la vía interoceánica, y que tenga la inventiva necesaria para lograr que Panamá explote al máximo su posición geográfica y el canal ampliado, porque hasta ahora son los vecinos (Costa Rica y Colombia), los que adecuaron sus infraestructuras portuarias para aprovechar la ampliación del canal, mientras que nosotros que somos los dueños de la obra, seguimos sin hacer un megapuerto por intereses mezquinos, y porque nuestros genios que son la envidia de la NASA, que rivalizan con los CEO de las compañías más grandes del mundo, y que se merecen los salarios más altos del orbe, no han sido capaces de promover, liderar y materializar, los proyectos conexos que giran en torno a la posición geográfica y al canal ampliado.

      En fin, adelante la pica y la pala, y al trabajo sin más dilación, que hay que pagar muchos impuestos para que el dichoso y privilegiado 3% siga viviendo como reyes y sin rendir cuentas. A propósito, en cuanto a ese Canal de Panamá, lo siento ajeno y lejano a la nación; todavía percibo las fronteras zonians aunque invisibles y con nuevos zoneitas; aún se siente cual un feudo y rosca de las familias de abolengo pro gringas que no aportaron ningún mártir y ni siquiera derramaron una gota de sangre o sudor en la lucha por la soberanía nacional, pero ahora son los dueños de las áreas revertidas, de las juntas directivas, de los negociados, y demás usufructos de la vía interoceánica. Por supuesto que no niego que el canal aporta importantes dividendos al fisco, y estoy de acuerdo con mantenerlo al margen de la politiquería panameña, pero, a dichas sumas aportadas se les pierde la pista al entrar al tesoro nacional y con los grandes desfalcos que se han dado en nuestro país y por los cuales nadie rinde cuentas porque en Panamá reina la impunidad, como que no se siente el gran efecto de la vía interoceánica en la mayoría de familias panameñas que no gozan de dicha prosperidad que produce el canal.

      Bueno, que siga la fiesta, y la danza de los millones, y solo espero que no repliquemos el caso venezolano de PDVSA acá, y terminemos en el despeñadero por basar el sistema panameño en usufructo y explotación para beneficio exclusivo de un minúsculo y privilegiado grupo de oligarcas elitistas, mientras el grueso de la población sufre la desigualdad, marginación, y el alto, implacable e insostenible costo de la vida.

      Saludos cordiales,

      Erick Simpson Aguilera.

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    • Panamá, a 30 años de la invasión

      Posteado a las 5:08 pm por Erick Simpson Aguilera, el 23 diciembre, 2019

      Por: Erick Simpson Aguilera

      Por lejana que suene la fecha del 20 de diciembre de 1989, las heridas siguen abiertas cual, si la invasión hubiera acontecido cosa de días, mientras los apologistas de la masacre contra sus connacionales, gringo filos, y demás defensores de lo indefendible, siguen firmes en sus posturas de justificar la invasión, eximiendo a USA, y esgrimiendo argumentos de lo más risibles que no resisten un debate serio, del siguiente talante:

      1- Panamá le declaró la guerra a USA, así que eso justifica la barbarie cometida por la principal potencia del mundo, en contra de alrededor de 7 mil panameños (según algunas cifras), la mayoría de los cuales, eran civiles inocentes.

      2- La invasión era la única forma de librarnos de la dictadura militar que violentaba nuestra libertad, democracia y derechos humanos.

      3- Los gringos no tienen la culpa de la masacre desatada porque no fueron ellos quienes armaron a la población civil panameña, y demás falacias por el estilo.

      La verdad es que cuesta debatir contra argumentos de semejante índole, toda vez que, en mi opinión, carecen de seriedad, y no nacen de criterios firmes basados en hechos documentados de la historia, pero sí obedecen a pasiones, sesgos políticos, fanatismo y a un exacerbado amor por USA, el cual los lleva a justificar un acto de lesa humanidad, crimines de guerras y excesos en contra de su propia patria, lo cual refleja el lavamiento de cerebro de que es capaz la maquinaria propagandista de Hollywood, en cuyas películas los gringos siempre son los héroes y víctimas, y el resto del mundo, léase, indios (apaches, comanches, siouxs, etc.), vietnamitas, iraquíes, etcétera, son los villanos y malos que hay que erradicar.

      Dicho lo cual, procedo a esbozar mi parecer sobre el particular:

      La verdad es que no entiendo cómo alguien se atreve a justificar la masacre de alrededor de 7 mil de sus compatriotas. Semejante acto de vileza humana, por más que haya gente que lo aplauda, justifique y avale; dicha gente debiera guardarse sus bajas pasiones y opiniones tan extrañas para sus círculos íntimos y no gritar a los cuatro vientos que la invasión “era necesaria”, que está justificada, que los gringos no tienen culpa, y que los panameños provocamos y nos ganamos dicho despliegue de fuerza militar por parte de la principal potencia del mundo; toda vez que, quedan en evidencia y muy mal parados quienes justifican tamaña agresión contra la soberanía nacional y las vidas de sus conciudadanos.

      Quedan retratados de pies a cabeza, desnudan sus adentros, y nos ofrecen una radiografía de sus distorsionados conceptos de soberanía y amor a la patria, lo cual explica el porqué Panamá es uno de los países más desiguales del planeta, comoquiera que, es fácil justificar el asesinato de miles de panameños cuando los muertos son ajenos, pero, si fueran los edificios de Punta Paitilla, o en la actualidad para hacerme entender, los rascacielos de la Cinta Costera, las residencias de Santa Elena, Costa del Este, Santa María, etcétera, los sitios bombardeados por los gringos, y los caídos no fueran estadísticas lejanas, sin rostro ni nombres, de barrios populares, pero sí padres, hijos, hermanos, tíos, primos, etcétera, de personas de alcurnia y abolengo, de pronto quienes defienden a capa y espada la invasión, vendiéndola como necesaria y eximiendo de culpa a los gringos, no opinarían tan livianamente, ni defenderían semejante barbarie que no tiene justificación alguna.

      1- Respecto al débil argumento de que Panamá le declaró la guerra a USA, lo refuto por ser una falacia, dado que, fue el dictador que usurpó el poder con el respaldo de USA (Noriega era un agente de la CÍA bajo la jefatura de Bush padre quien fue precisamente quien ordenó invadir Panamá).

      Si fuera Noriega un presidente legítimo vía elecciones libres, que con el aval de una Asamblea Legislativa legitima, quienes le declaraban la guerra a USA, pues ni modo, pero no me digan que un dictador desquiciado golpeando un pulpito con un machete, representaba al pueblo panameño, y por tanto está justificada la barbarie cometida por los gringos en contra de nuestra patria y hermanos.

      A los jóvenes que no vivieron esos hechos lamentables y tristes, y repiten cual papagayos lo que otros le cuentan, los invito a googlear, a investigar y documentarse por sí mismos, para que sus opiniones estén basadas en hechos objetivos de la historia, y no en cuentos y opiniones sesgadas de terceros.

      Que Noriega era un espía de USA, no es ningún secreto, luego, cómo se atreve alguien a decir que fue Panamá quien le declaró la guerra a USA. Fue el ex agente de la CIA, esbirro y servil de USA, en rebeldía, a la sazón, dictador de Panamá, que no presidente legal, quien le declaró la guerra a sus amos.

      Cito como ejemplo un artículo publicado en el país de España a unos días de la invasión (3 de enero de 1990), cuyo autor es el periodista español Albert Montagut:

      “Existen informaciones oficiales que demuestran que Noriega trabajó para la Agencia Central de Inteligencia (CIA) mientras Washington conocía perfectamente las vinculaciones de tipo comercial que el general mantenía con los narcotraficantes colombianos. Washington también sabía que Noriega era un déspota mucho antes de que los marines encontraran cocaína, dinero en efectivo, fetiches, una foto de Hitler y material pornográfico en uno de sus refugios panameños”.

      Noriega y Bush se conocieron en un almuerzo celebrado en Washington en 1976. El actual presidente norteamericano dirigía en aquel momento la CIA y el general estaba al mando de los servicios de espionaje panameños.

      El general Noriega estaba considerado entonces como uno de los mejores especialistas en espionaje del continente americano. Se le conocen relaciones con Managua y La Habana y al mismo tiempo su presencia en el esquema ideado por Oliver North para suministrar armas a la contra parece más que probado.

      La relación de Noriega con los norteamericanos viene de lejos. En uno de sus muchos viajes a Estados Unidos visitó Fort Bragg, en Carolina del Norte, donde llevó a cabo con éxito un cursillo de psicología militar.

      Este investigador afirma que Noriega, jefe absoluto del servicio de espionaje panameño -el G-2-, recibió dinero procedente de la Agencia Central de Inteligencia por sus informaciones a las agencias norteamericanas sobre Cuba y operaciones militares en América Central”.

      Vaya, vaya.

      2- En cuanto al argumento que esgrime la tesis de que debemos sentirnos agradecidos con los gringos por masacrar alrededor de 7 mil panameños civiles en su gran mayoría, porque era la única forma de librarnos de la dictadura que violaba nuestros derechos humanos, señalo que, dificulto que dicha vía, a saber: la invasión, era la única alternativa para librarnos del régimen dictatorial, toda vez que, detener a Noriega que se paseaba por la Zona del Canal desafiando a los gringos, no era ningún imposible, de hecho, era más fácil y barato en recursos y vidas humanas, que bombardear Panamá y asesinar a civiles, precio demasiado alto que es fácil considerar un daño colateral, cuando no fueron nuestras casas las bombardeadas, ni nuestros familiares las víctimas asesinadas por el ejército de Estados Unidos.

      3- Con relación al infantil argumento que justifica la masacre gringa contra nuestro país y hermanos porque no fueron ellos quienes armaron a la población civil, como si los 7 mil panameños caídos fueran batalloneros de la dignidad o CODEPADIS, ni siquiera perderé mi tiempo comentando semejante disparate.

      En fin, que cada uno opine lo que bien le parezca, y exprese sus amores a la patria o a los gringos, como le venga en gana, y que sigan desnudando sus bajas pasiones, malas intenciones, conceptos distorsionados, clasismo, y apología a la desigualdad como si los muertos en barrios populares producto de la invasión no contaran y fueran un precio pequeño a pagar para que regresara al poder  la corrupta oligarquía que desde entonces ha saqueado la nación panameña convirtiéndonos en uno de los países más corruptos y desiguales del planeta.

      Saludos cordiales,

      Erick Simpson Aguilera.

       

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    • Y ¿qué se los impide?

      Posteado a las 3:49 am por Erick Simpson Aguilera, el 3 octubre, 2019

      Por: Erick Simpson Aguilera

      En vísperas de cumplirse los primeros cien días de la Administración Cortizo, me dispongo a reflexionar acerca del estado de la nación panameña, con la finalidad de exteriorizar una incertidumbre cuasi existencial, recurrente en mi psique, a saber:

      ¿Qué les impide a los diferentes gobiernos post invasión, no obstante la boyante economía panameña, realizar una gestión exitosa que saque a Panamá del tercermundismo craso que sufre; combata la corrupción hasta minimizarla en la medida de lo posible; erradique la pobreza y cierre la profunda brecha de inequidad que nos convierte en una de las naciones más desiguales del planeta; eleve el sistema educativo a niveles de excelencia no vistos en Panamá; y una serie de etcéteras que se traducen en solucionar los perennes flagelos que nos aquejan como nación?

      Respecto a dichos flagelos y deudas sociales e institucionales, mucho se ha escrito y disertado; miles de diagnósticos, consultorías y análisis se han realizado; y de hecho, mi último artículo aborda dicho particular con sus respectivos indicadores y estadísticas socioeconómicas. De modo que, en esta ocasión recurriré más bien a la reflexión, al dialogo interno recurrente en mi mente que hoy les exteriorizo mediante una suerte de ejercicio filosófico, en el cual vuelvo a plantearles la siguiente interrogante en un lenguaje más sencillo:

      ¿Qué nos pasa a los panameños que estamos empantanados en el lodazal de la corrupción, la mediocridad, el juega vivo, y el subdesarrollo, y por qué todos los gobiernos yerran en el cometido de enderezar y desarrollar a nuestro país?

      En cuanto a la Administración Cortizo per se, sabemos que apenas va a cumplir sus primeros cien días de gestión, por lo que sería una demagogia extrema y pura politiquería pretender que en tan poco tiempo resuelvan los males que nos aquejan, los cuales aun rozando el milagro, y aunque nos gobernara el mejor estadista del planeta, precisan más de una sola administración gubernamental para ser resueltos, puesto que, son problemáticas muy arraigadas y pronunciadas; como por ejemplo, el tema educativo que requiere de nuevas metas, planes, visión, objetivos, modernización, y ajustes a corto, mediano y largo plazo.

      Sin embargo, acerca de lo que sí podemos filosofar y especular por lo visto hasta ahora del nuevo gobierno, es sobre su talante, estilo y determinación para realizar la hazaña que implica civilizar, adecentar, y desarrollar a nuestro corrupto y disfuncional país, y respecto de lo cual, tengo serias dudas de si lograrán poner coto, léase, solucionar durante el presente quinquenio, la crisis institucional y social que nos aqueja.

      No sé, todavía es muy temprano y ruego a Dios equivocarme, pero, me da la impresión que el gobierno en turno no tiene la fuerza suficiente ni el ánimo necesario para enfrentar al poder politiquero de la Asamblea Nacional, al Órgano Judicial, y la partidocracia; ni al poder económico de los grandes donantes que invierten en las campañas electorales y exigen un redito con creces de su inversión, la cual recuperan explotando inmisericordemente a su finca (Panamá) e imponiendo sus agendas e intereses particulares; ni al poder ciudadano de un pueblo cómplice y cómodo al que parece no interesarle que las cosas cambien porque vive confortablemente del statu quo, del clientelismo político, los subsidios y demás prebendas.

      De modo que, hacerle frente al monstruo del sistema politiquero panameño mediante el impulso de una nueva Carta Magna que limitaría el poder de muchos caciques de la partidocracia; que afectaría los intereses de los señores feudales que ostentan el poder socioeconómico; y que atentaría contra el modus vivendi de muchos ciudadanos clientelistas que parasitan del Estado; no es una tarea nada fácil, implica un gran riesgo político, y no todo el mundo está dispuesto a pagar tan alto precio por impulsar con ahínco y vehemencia, los cambios que requiere la patria a gritos para dar el salto definitivo al desarrollo y fortalecimiento de sus instituciones, para lo cual se precisa de líderes de la talla de Omar Torrijos quien no obstante acceder al poder de una manera nada kosher, llevó a cabo un proyecto de nación definido (educó y empoderó a una incipiente clase media), logró cambios importantes para Panamá en la lucha por nuestra soberanía en la Zona del Canal, y pagó el precio de su visión, lo cual algunos negarán y ese es su derecho, pero al Cesar lo que es del Cesar.

      Así las cosas, todos sabemos hasta la saciedad que Panamá lleva décadas afrontando una crisis institucional en la que los disfuncionales poderes del Estado, sino revertimos el daño hecho, pueden hacer agua como casualmente está sucediendo en Perú. Tampoco es un secreto que la desprestigiada Asamblea Nacional constituye un obstáculo al desarrollo nacional por las malas artes con las que opera sin rendir cuentas de sus actos. Mucho menos es un misterio que en Panamá el sistema de justicia es un fiasco; que no existe la independencia judicial; que reina la impunidad y los fallos a la carta pagados por el mejor postor según denuncias de mismos magistrados. En cuanto al poder ejecutivo se refiere, no vamos a descubrir el agua tibia al decir que, desde los albores de la patria, incluidos la mayoría de quinquenios post invasión, en los cuales las finanzas públicas han crecido, también han crecido a la par los expolios y saqueos al patrimonio estatal, así como el nepotismo, trafico de influencias, clientelismo político, populismo, negociados, y demás hierbas aromáticas propias de los países tercermundistas que se revuelcan en el lodazal de la corrupción y la impunidad, mientras siguen vigentes los mismos debates de siempre sobre los flagelos y problemáticas que nunca son resueltos.

      Ante dicho escenario de estancamiento de la sociedad e instituciones panameñas, continúo filosofando lo siguiente:

      1- ¿Será que el subdesarrollo panameño se debe exclusivamente a la clase politiquera de nuestra fauna política en la que pululan ciertos personajes oscuros, nefastos, corruptos, oportunistas, vividores y muy mal intencionados para con la patria?

      2- ¿Será que la crisis social e institucional que sufre Panamá se debe a ciertas familias ricas del país que para todos los efectos son los verdaderos dueños de nuestra nación a la cual manejan como su finca privada, y no les han dado el permiso a ninguno de los gobiernos cuyas campañas electorales han financiado a través de los años, para que promuevan una nueva Constitución que adecente a nuestra corrupta y disfuncional nación, porque les conviene más un país mal diseñado e institucionalmente débil, en el cual reine la impunidad, de manera que puedan manipular el sistema, controlar el poder cual titiriteros, y seguir explotando su finca privada, léase, a Panamá, sin obstáculo alguno ?

      3- ¿Será que el pueblo panameño es indolente, perezoso, poco importa, fiestero, irresponsable, flojo, tolerante, y corrupto, y que dichas flaquezas de carácter no son patrimonio exclusivo de algunos personajes de la clase política y de ciertos acaudalados de la empresa privada que explotan al Estado, pero es más bien parte de la idiosincrasia, pobre educación, falta de cultura, crisis de valores y carencia de principios éticos y morales del panameño per se, y por eso toleramos impávidos la corrupción y la impunidad y algunos hasta admiran a los personajes más oscuros de nuestra maltrecha patria; ergo, nadie moverá un dedo para que la situación cambie porque todos estamos cómodos en nuestra zona de confort, dado que, a muchos les va bien con el clientelismo político, paternalismo estatal y los subsidios; a otros les va mejor repartiéndose el país cual botín político a saquear por medio de los negociados, contrataciones directas, nepotismo, botellas, partidas y demás ardides del manual del saqueador; mientras que a la clase media trabajadora cuyos impuestos alimentan el botín político que drenan los vividores y parásitos que viven del Estado, le tiene sin cuidado los saqueos a la patria porque entienden y asumen que eso es parte innata del ADN panameño, entiéndase, el juega vivo y la corrupción, luego les da pereza involucrarse en un tema al que consideran insalvable, entiéndase, un caso perdido?

      4- ¿Será que el caos sociopolítico que padece Panamá cual si de una elaborada teoría de la conspiración se tratara, en la que muchas veces la realidad supera a la ficción, obedece a una agenda allende nuestras fronteras dictada por la elite iluminati que gobierna el mundo, y encadena a las naciones subdesarrolladas a través del poder de las armas, amenazas de invasiones, desestabilización política, y el otorgamiento de préstamos dados a estas naciones vulnerables del tercer mundo hasta esclavizarlas por el peso de la deuda pública, a los cuales (la elite mundial) no les simpatiza la idea de que un país latinoamericano se desarrolle, erradique la pobreza, corrupción, impunidad y la desigualdad, porque dicho éxito constituiría un “mal ejemplo” para el resto de naciones de Latam que seguirían la ruta de desarrollo por nosotros trazada, lo que implicaría una Latinoamérica empoderada y dueña de sus muchos recursos naturales que hoy por hoy son controlados, expoliados, saqueados, pirateados, y explotados por los potencias foráneas?

      5- ¿Será que vivimos en un mundo caído y cautivo por fuerzas espirituales invisibles a nuestros sentidos, que trascienden nuestra dimensión de tiempo y espacio, las cuales tienen una agenda para cada nación y en su diseño mundial Latam no está destinada a levantar cabeza jamás, y por tanto tienen en cada una de nuestras naciones principados de maldad, y gobernadores de las tinieblas cuya hoja de ruta consiste en mantener vigente la corrupción, impunidad, pobreza, desigualdad, delincuencia y demás flagelos que padecen nuestros pueblos hispanoamericanos en general, tal como enseña la Biblia cuando nos da un pantallazo en la profecía de Daniel en la cual el ángel enviado por Dios a Daniel le dijo que el príncipe o ángel caído que gobernaba Persia se le opuso durante veintiún días y Dios tuvo que enviar al Arcángel Miguel para inclinar la balanza, y luego seguiría otra batalla con el ángel caído que gobernaba Grecia; entidades espirituales malignas éstas, de las que también nos habla el Apóstol Pablo en Efesios 6:10-20?

      6- ¿Será una mezcla de todas las opciones y actores mencionados?

      7- ¿Quién impide nuestro desarrollo como nación?

      En fin, les dejo la reflexión de este tamaño para que debatan internamente en un ejercicio de introspección sobre las posibles causas de nuestro estancamiento y subdesarrollo como nación, y si se animan exterioricen también el debate en cuestión con sus familiares, círculos de amistades y compañeros de trabajo, porque mientras sigamos entretenidos con las ramas, jamás daremos con las causas de nuestro atraso como nación para erradicarlas, en virtud que, resulta incomprensible cómo es que un país con todas las ventajas a su favor como es Panamá, el cual debiera ser un país desarrollado y ejemplo a seguir, siga sumido en la crisis perenne y presa de la corrupción, pobreza y desigualdad.

      El debate, la introspección y la autocritica son necesarias para avanzar y demuestran madurez, comoquiera que, la otra opción sería seguir con la mentalidad de carnaval, viernes cultural, guaro y campana, juega vivo, desorden, relajo, vacilón, superficialidad, entretenimiento, hedonismo, consumismo y materialismo, inmersos en nuestro patético y fallido intento de país que más que un proyecto serio de nación, parece un reality show bananero y de mal gusto, no obstante algunos sigan hechizados y adormecidos en la ilusión chovinista que le han vendido y programado en sus psiques, según la cual Panamá es una maravilla de país que rivaliza con Dubái, Singapur, Narnia y la maravillosa patria de Alicia, cuando la cruda y dura realidad por más dolorosa que suene, es que somos una aldea bananera secuestrada por una pandilla de corruptos en donde reina la impunidad, el juega vivo, la mediocridad, la ley del esfuerzo mínimo, la visión cortoplacista, y la inmediatez.

      No me mal entiendan, hermanos panameños; amo a mi país como el que más y no lo cambio por ningún otro; creo en Panamá; sé que tenemos una tierra hermosa y bendecida por el Creador con muchas ventajas y pletórica de paisajes y bellezas extasiantes; por eso regresé a mi tierra cuando vivía en el extranjero; pero lo que no soy es un iluso chovinista, ultranacionalista y patriotero que niega la realidad para vivir en la mentira e ilusión de un país ficticio, artificial y portátil, cuando la verdad es que nuestra disfuncional nación precisa con carácter de urgencia de una reingeniería antes de que se descalabre como otros países hermanos de nuestra región. Ergo, arduo trabajo nos queda por delante para desarrollar y adecentar a Panamá.

      Saludos cordiales.

      Erick Simpson Aguilera.

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    • “Se ilumina la precaria nación”

      Posteado a las 6:25 pm por Erick Simpson Aguilera, el 31 julio, 2019

      Por: Erick Simpson Aguilera

      Qué bonito sería que todos los panameños pudiéramos cantar a una voz cual si fuera una realidad: “Alcanzamos por fin la victoria, en el campo feliz de la unión”, sin embargo, la realidad es que, para lograr los “ardientes fulgores de gloria”, es preciso primero, emprender un arduo trabajo “sin más dilación”, para el cual necesitamos más que “la pica y la pala”, muchas retroexcavadoras, bulldozers, y explosivos con el fin de derribar y demoler las carcomidas, corroídas, desgastadas, desfasadas y corruptas instituciones en las cuales se fundamenta el desahuciado Estado panameño, el cual desde los albores de la patria, ha sido sometido a toda suerte de saqueos, expolio, y corrupción sistematizada, ocasionándole dicho abuso, una herida mortal que impide el desarrollo nacional, toda vez que, sin instituciones robustas, verdadera independencia y equilibrio entre los poderes del Estado, sin el combate y castigo a la corrupción, sin la debida rendición de cuentas, sin la necesaria transparencia, y con la impunidad rampante que sufrimos, jamás el tambaleante sistema político panameño, podrá rendir buenos frutos.

      Palabras más, palabras menos, no podemos construir una patria justa y desarrollada sobre fundamentos endebles.

      Así las cosas, es menester adecuar la Carta Magna a los requerimientos que precisa como fundamento la nación panameña, de manera que podamos sobre dichas bases sólidas, construir una república democrática y desarrollada que alumbre el camino al resto de naciones hermanas de nuestra región, y como dice nuestro Himno Nacional: “Se ilumine la nueva nación”.

      Sí, yo sé que toda esta narrativa previa con tintes de poesía trágica, resulta desalentadora y poco optimista para los vendedores de sueños, cuentos e ilusiones que pululan en nuestro amado istmo panameño, los cuales prefieren el discurso chovinista aquel que pinta a Panamá como el Dubái o Singapur de Las Américas, como la economía más pujante y con más crecimiento en Latam, y demás hierbas aromáticas por el estilo que reflejan una realidad parcial de Panamá, la cual no es solo el área financiera llena de rascacielos, ni el afamado Canal de Panamá.

      Dicho eso, los invito a analizar a profundidad conmigo, la realidad panameña con la ayuda de otros indicadores socioeconómicos que me resultan mucho más dicientes para mi gusto, que el crecimiento anual del PIB, cuya mala distribución mantiene a Panamá hoy por hoy, como una de las naciones más desiguales del planeta:

      I-  Mercado Laboral Precario:

      Según el Instituto Nacional de Estadística y Censo de la Contraloría (INEC), el 43.6% de la fuerza laboral ocupada trabaja en la informalidad, léase, en la precariedad que implica carecer de prestaciones y seguridad social, es decir, constituyen un número alto de panameños futuros candidatos a los subsidios del tipo $120 a los 65.

      Mientras que la tasa de desempleo en la Republica de Panamá, de acuerdo a la mencionada institución (INEC), ronda el 6.4%.

      En cuanto a la fuerza laboral ocupada en general, la situación salarial de la misma, roza la precariedad, dado que, según cifras del INEC, el 17.2% de la misma (194,407 trabajadores de un total de 1,130,273), gana menos de $400.00 al mes; el 65.1% (735,690 trabajadores de un total de 1,130,273), gana menos de $800.00 mensualmente; y solo el 10.3% gana $1,500 o más al mes, de los cuales solo el 2.7% percibe salarios mensuales de $3000 o más:

      ESCALA SALARIAL

      Así las cosas, me pregunto cómo hacen los panameños que perciben esos salarios de hambre para sobrevivir en uno de los países más caros del mundo (a punta de subsidios y clientelismo), y no exagero siendo que, diferentes rankings coinciden en lo caro que es vivir en la Ciudad de Panamá y en el resto de la geografía nacional.

      Sí, yo sé que algunos demagogos y gurús del patio, defensores de la mencionada tesis que vende una imagen de Panamá que rivaliza con Narnia o con el país de las maravillas de Alicia, prefieren para salir mejor parados y perpetuar la ilusión y el engaño, comparar la paupérrima escala salarial de Panamá con la canasta básica que para el mes de abril del presente año fue de B/.306.76, y vociferar también que el salario mínimo de Panamá es el mayor de Latam, lo cual parece no cumplirse a pies juntillas como demuestran las encuestas del INEC, pero seamos serios ¿quién puede sobrevivir con salario mínimo en Panamá y conformarse con cubrir una canasta básica que rebasa la precariedad?

      Dicho eso, pregunto ¿cómo se explica que vivir en la Ciudad de Panamá que por más rascacielos y cintas costeras que tenga no deja de ser una ciudad tercermundista con pésimos servicios públicos, resulte más caro que vivir por ejemplo en: Dubái, Berlín, Miami, Toronto, Montreal, Múnich, Frankfurt, Ámsterdam, Barcelona, Roma, Madrid, etcétera?

      Me da la impresión que nos están timando con el cuento del crecimiento económico que, si bien es cierto estamos creciendo economicamente, también es cierto que, lo poco que perciben los panameños de dicha danza de millones, constituyen migajas que les son arrebatadas al instante con un costo de vida elevadísimo que se codea con los más altos del planeta.

      Veamos gráficamente a continuación, lo que estoy planteando:

      2

      Resulta llamativo que, si desglosamos los subíndices escala salarial (earnings levels) y poder adquisitivo (purchasing power), muchas de esas ciudades más baratas para vivir que Ciudad de Panamá, nos superan en los dos mencionados subíndices, a saber:

      3

      Las ciudades en rojo en el ranking general resultaron más baratas para vivir que Panamá, y no obstante, en el subíndice de escala salarial, nos superaron.

      4

      Las ciudades en rojo en el ranking general resultaron más baratas para vivir que Panamá, y, sin embargo, en el subíndice de poder adquisitivo, nos superaron.

      De modo que, el sector laboral en Panamá sufre precariedad, y si añadimos a los factores mencionados el caos migratorio que afecta la empleomanía por la competencia desleal que afrontan los panameños por la mano de obra extranjera barata que es explotada por empresarios inescrupulosos que pagan miseros salarios a dichos extranjeros, pues el tema se complica aún más.

      He allí, unos de los porqués de la brecha de inequidad que sufre Panamá. Sobre dicho particular, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), señala lo siguiente:

      “A 2017, el índice de Gini, el indicador más habitualmente empleado para medir la desigualdad muestra un valor de 50 en Panamá, frente a 46 en promedio de la región, según datos del Banco Mundial. Panamá es el tercer país más desigual de América Latina, solo superado por Brasil y Honduras” (gráfico 1).

      Mientras que, a nivel mundial, según el sitio World Population Review, Panamá ocupa el deshonroso 13 lugar entre los países más desiguales del planeta:

      GINI MUNDIAL

      Entiéndase, los países primeros en la tabla como los menos desiguales y los del fondo como los más desiguales.

      II- Pobreza Multidimensional:

      Según cifras del informe de pobreza multidimensional del MEF, el 19.0% de la población panameña padece el flagelo de la pobreza multidimensional, lo cual constituye en mi opinión un crimen, toda vez que, el país de cuyo crecimiento económico tanto alardean los burócratas y demagogos, sigue siendo una nación desigual –como previamente mencionamos– y además, es una nación presa de la pobreza multidimensional que de no haberse engullido la corrupción gubernamental, los millones de dólares que se presumen saqueados, pero que no se auditan en serio para determinar el alcance de las posibles lesiones patrimoniales por las que nadie rinde cuenta en nuestro impune país, ya hace rato hubiéramos erradicado la pobreza multidimensional o al menos la hubiéramos reducido a su mínima expresión.

      POBREZA MULTIDIMENSIONAL 2019 GRÁFICO

      III- Deuda Pública:

      Al final del mandato del expresidente Juan Carlos Varela, la deuda pública sin incluir a las empresas excluidas del SPNF, laudos, ni los proyectos llave en mano, cerró con un saldo de B/. 26,612.4 millones de dólares, de los cuales B/. 20,606.3 corresponden a deuda externa y B/. 6,006.1 a deuda interna.

      Es importante mencionar que, no obstante, la pésima gestión gubernamental de la anterior administración, la misma ha sido la que mayor deuda pública ha adquirido con un incremento por el orden de B/. $8,972.9 en cinco años de gestión.

      GRÁFICO COMPARATIVO

      Es menester señalar que, si al saldo de la deuda publica le añadimos otros pasivos diferidos excluidos del SPNF, el verdadero saldo de la deuda se dispara a B/.30,336.5 millones de dólares.

      Siendo así que, la Administración Varela ha sido la que en mayor deuda ha incurrido y la que ha contado con grandes presupuestos, sin que se hayan visto ni palpado los resultados de tamaño endeudamiento y disposición de recursos financieros, toda vez que, el gobierno en mención fue un verdadero fiasco en la administración de la cosa pública, heredándonos además de deuda, déficit y unas finanzas maltrechas que obligaron al nuevo gobierno a acudir a los mercados crediticios internacionales a adquirir más deuda para reactivar a la comprometida economía, me imagino por ende que, ya se deben estar realizando las auditorias pertinentes para la debida rendición de cuentas que en teoría es obligatoria y no opcional comoquiera que, los panameños somos dueños del patrimonio del Estado, el cual no es una empresa privada ni feudo de nadie, ergo, tenemos derecho a saber cómo se administra el patrimonio del Estado.

      En fin, pudiéramos seguir hablando de otros indicadores que desnudan la cruda y triste realidad de Panamá como son la educación que es clave para el desarrollo de toda nación y es una de las mayores flaquezas de Panamá, de la falta de soberanía y seguridad alimentaria que padecemos por gobiernos especuladores que deprimieron el agro al promover la importación de productos alimenticios en detrimento de los productores nacionales, de la inseguridad que sufrimos, de la pésima salud ofrecida por la CSS y el MINSA, del déficit habitacional, de la mala recolección de la basura, de la deficitaria cobertura de agua potable que sufre la población panameña no obstante ser nuestro país uno de los más ricos en recursos hídricos y precipitaciones del planeta, etcétera, pero dejémoslo de este tamaño para no abrumarlos con tantas cifras comoquiera que, mi punto me imagino que quedó bien claro, a saber: que Panamá es un país en precariedad.

      Finalizo con la siguiente reflexión: Panamá es un país que requiere urgentemente una reingeniería, una hoja de ruta bien trazada, y la buena voluntad de todos sus hijos, a saber: sector público, privado, gremios, asociaciones civiles, trabajadores, iglesias, clubes cívicos, campesinos, indígenas, profesores, maestros, estudiantes, etcétera, para que entre todos salvemos a nuestra nación que coquetea con el desastre. En ese sentido, una nueva constitución como mencioné, es solo el fundamento para alcanzar dicho cometido.

      Mas, también necesitamos buenos pilares, columnas, paredes y techos, como son la educación, la transparencia, la rendición de cuentas, el manejo eficiente de las finanzas públicas, la focalización de los problemas para destinar los recursos de manera directa a los flagelos a resolver, el cambio del modelo de la administración pública actual, el cual se basa en promover la desigualdad, la pobreza, y la exclusión social, con el fin de seguir manipulando a una población vulnerable y no educada a la cual condenamos a depender perennemente de los subsidios y migajas clientelistas, por un modelo nuevo que cierre la brecha de la desigualdad, erradique la pobreza, promueva la educación y permita escalar socialmente a través de las ciencias, tecnología, arte, deporte, cultura, etcétera, de modo que, el edificio de la nación panameña que construiremos entre todos, sea sólido y alcancemos el pleno desarrollo humano y económico, y entonces sí podremos cantar a viva voz, “Alcanzamos por fin la victoria”.

      Saludos cordiales,

      Erick Simpson Aguilera.

      Nota: Les pido por favor, a aquellas personas que usan material de mis análisis, que tengan la cortesía de reconocer mi autoría, en virtud que, a menudo veo en medios tradicionales y alternativos, y en círculos políticos también, a personas que utilizan mis escritos, pero como nadie es profeta en su propia tierra, no tienen la hidalguía de reconocer mi autoría.

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    • Acerca de la reforma migratoria

      Posteado a las 5:32 pm por Erick Simpson Aguilera, el 18 julio, 2019

      Por: Erick Simpson Aguilera

      Observando los debates caldeados entre panameños respecto a la reforma migratoria que se discute en la Asamblea Nacional, noto extremos a favor y en contra que le restan credibilidad al debate y enturbian un tema impostergable y legitimo comoquiera que, Panamá no se puede dar el lujo de seguir con el desorden y caos migratorio creado mayormente durante las dos últimas administraciones gubernamentales que se dieron a la tarea de abrir nuestras fronteras de par en par por medio de los denominados “Crisol de Razas”, lo cual ha propiciado malestar en la ciudadanía panameña que se ha visto abrumada por la ola masiva de extranjeros. Está bien que haya inmigrantes, pero sin rebasar los límites de lo razonable como en efecto ha ocurrido durante los dos últimos irresponsables gobiernos.

      Así las cosas, vemos un grupo de radicales que culpan a los inmigrantes de todos los males que agobian al país, tildándolos de ladrones, delincuentes, prostitutas, y de una serie de epítetos e infamias, lo cual califica como xenofobia pura y dura. Es cierto que dentro del gran número de inmigrantes que ha ingresado al país, se han colado algunas personas del mal vivir que delinquen en nuestra nación; sin embargo, hay que reconocer que la gran mayoría de inmigrantes son gente trabajadora y honrada labrándose una mejor vida en Panamá, y que contribuye con el desarrollo de nuestra patria al desempeñar labores y servicios que, en algunos casos, a los panameños no les gusta realizar.

      Por otro lado, vemos a cierto grupúsculo de extranjeros vociferando insultos, mitos y falacias en contra de Panamá y los panameños, en nuestro propio suelo patrio, y exigiendo los derechos que en sus patrias les negaron y por los cuales no lucharon, como sí lo hicimos los panameños a los cuales podrán acusarnos de lo que sea, menos de cobardes, victimistas, pusilánimes, ni vividores, toda vez que, el crecimiento económico del que gozamos hoy en día y del que muchos extranjeros usufructúan, nadie nos lo regaló y altas cuotas de sangre y lucha por la soberanía en contra de la mayor potencia del mundo, nos costó.

      He allí, la ignorancia de algunos extranjeros que llegan a nuestra tierra sin tomarse la molestia de estudiar e investigar la historia e idiosincrasia del pueblo panameño, lo cual, de haberlo hecho, les hubiera evitado más de cuatro encontronazos con un pueblo orgulloso, en extremo nacionalista, celoso de lo suyo porque mucho nos costó, y alérgico con los extranjeros que nos irrespetan por la herida emocional y trauma que nos causó el tener una frontera extranjera dentro de nuestro propio país, léase, la antigua Zona del Canal.

      A manera de docencia y por pura cortesía, les aporto algunos datos para que al menos sepan algo acerca del país en el que viven antes de denigrar a los panameños que a resumidas cuentas, estamos en nuestra tierra y somos lo que somos con nuestros defectos y virtudes y no le debemos explicación a nadie, ni mucho menos tenemos que adaptarnos a cultura foránea alguna para que los inmigrantes se sientan como si estuvieran en sus países de los cuales huyeron por la dura situación socioeconómica y política que sufren; todo lo contrario, que se adapten a nuestra cultura, idiosincrasia y costumbres, quien llegue a residir en nuestra tierra:

      Los panameños desde los guerreros ngäbe bugle que encabezados por el cacique Urracá derrotaron al conquistador del Imperio Inca del Perú, el español Francisco Pizarro; pasando por los negros africanos llegados al istmo como esclavos y que se emanciparon a sí mismos rompiendo las cadenas impuestas por “el amo” español, formando sus palenques de cimarrones; continuando con los alzados contra los abusos estadounidenses en el incidente conocido como “La tajada de sandía”; siguiendo por los mártires del 9 de enero de 1964 que ofrendaron sus vidas en la lucha por la soberanía nacional al poner sus pechos a las balas del coloso del norte (USA); culminando con las millares de victimas inocentes caídas en la criminal invasión de la mayor potencia del mundo el 20-12-89; somos un pueblo luchador que no nos amilanamos por los embates de otros pueblos; más bien nos enfurecemos y crecemos.

      Ergo, no es muy inteligente que digamos, llegar a una tierra así como la nuestra, a imponer, a menospreciar, a insultar, a denigrar nuestra cultura y nacionalidad, y entonces hacerse las victimas culpándonos de xenófobos luego que sufren la ira de un pueblo hipersensible cuando se trata de nacionalidad y soberanía, y que no admite abusos en su propia tierra después de habernos librado de las fronteras estadounidenses impuestas en medio de nuestro territorio, lo cual constituye la receta para una tormenta perfecta, toda vez que, si nos enfrentamos a una verdadera potencia por nuestra soberanía, no serán unos aparecidos e irrespetuosos que no defienden sus propias tierras, los que van a pisotear nuestra bandera y nacionalidad en nuestra propia casa, Panamá.

      Esa es la realidad pura y dura por más fuerte que suene, y va dirigida a aquellos que pretenden sofocar la paz social de Panamá importando sus irrespetuosas maneras acá. De modo que, aquellos inmigrantes trabajadores, honrados y agradecidos (que son la mayoría), no deben darse por aludidos ni ofendidos por mis palabras que no van dirigidas a ellos, sino a aquellos grupúsculos de irrespetuosos que les gusta agitar los ánimos porque se alimentan de la toxicidad y el desasosiego.

      En cuanto a la reforma migratoria per se, escucho algunos argumentos en contra esgrimidos por pseudo intelectuales del patio que me resultan de lo más risibles.

      ¿Qué es eso de que porque Panamá es un país de inmigrantes y solo los indígenas son originarios de aquí, tenemos que tener nuestras fronteras abiertas de par en par a toda clase de inmigrantes sin filtrar ni medir las capacidades limitadas de un pequeño país como el nuestro que no puede darse el lujo de recibir más olas migratorias que de no detenerse con una ley coherente y sensata, amenazan con rebasarnos en unos años a los nacionales que a ese ritmo terminaremos siendo minoría en nuestra propia tierra?

      Reto a cualquier iluminado, opinologo, gurú, comentarista o pseudo intelectual del patio, a que me diga ¿cuál es el país del continente americano que no es un crisol de razas compuesto por inmigrantes como lo es Panamá? si todos somos ex colonias de antiguos territorios indígenas despojados a sus dueños originales por potencias europeas que trajeron esclavos del África y migrantes de todas las tierras que llegaron y siguen llegando después de las independencias.

      Panamá no es nada especial en ese sentido, y casi todos los países del continente americano califican como crisoles de razas desde Alaska a La Patagonia y no por eso vemos a los canadienses, estadounidenses, mexicanos, chilenos, argentinos, etcétera, abriendo sus fronteras para que los invadan olas de inmigrantes porque alguna vez sus ancestros también lo fueron.

      Sí, yo sé que a unos cuantos empresarios les conviene el caos migratorio porque explotan con salarios de hambre y cero prestaciones laborales a extranjeros vulnerables, pero Panamá tiene todo el derecho de regular y legislar en materia migratoria de acuerdo a sus propios intereses y no a los de terceros. Y no, no estoy diciendo que debemos cerrarles las puertas a científicos, profesionales de alta gama, educadores, etcétera, que requiere el país y acerca de los cuales podemos legislar para atraer talento estratégico que contribuya con nuestro desarrollo, pero no podemos usar eso como excusa del caos migratorio que vivimos hoy en día porque una cosa no tiene que ver con la otra. Podemos perfectamente filtrar quien llega a nuestra tierra, sin caer en excesos.

      Que el proyecto de ley es mejorable, lo acepto, pero que no me digan que debemos quedarnos con el desorden y caos migratorio actual porque ni siquiera a los extranjeros decentes que residen en nuestra tierra, les conviene que el mercado laboral se salga de control distorsionándose por la competencia desleal, ni que se resienta la economía, ni mucho menos que se desaten toda suerte de flagelos sociales (delincuencia, prostitución, narcomenudeo, etc.) por incrementarse la demanda de servicios médicos, laborales, viviendas, transporte, etcétera, por un número inmanejable de extranjeros que rebasen las capacidades limitadas de Panamá para satisfacer dichas necesidades, toda vez que, aún no resuelve (Panamá) los problemas sociales de su propia población, léase, en materia de educación, salud, vivienda, pobreza multidimensional, desigualdad, desempleo, trabajo informal, etcétera, y mucho menos puede hacerse cargo de un número plural y descontrolado de inmigrantes que continua in crescendo.

      En fin, pido cordura, mesura, respeto y coherencia a todas las partes a favor y en contra de la reforma migratoria, en virtud que, ni todos los inmigrantes son malos (la mayoría son gente decente y trabajadora, y mi experiencia ha sido grata con muchos extranjeros que residen en Panamá), ni los panameños somos xenófobos por exigir controles migratorios.

      De manera que, dejemos el discurso victimista, y la demagogia de parte y parte que, no es que el que más grita el que tiene la razón, y se puede debatir en buena lid sin caer en insultos ni epítetos ofensivos que más bien descalifican a los que esgrimen semejante clase de argumentos, en lugar de exponer sus ideas con altura, respeto y cordura.

      Saludos cordiales, y sí a la reforma migratoria.

      Erick Simpson Aguilera.

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    • Análisis de las elecciones 2019

      Posteado a las 11:02 pm por Erick Simpson Aguilera, el 6 mayo, 2019

      Por: Erick Simpson Aguilera

      Buen día, estimado pueblo panameño.

      Sin pretender posar de gurú político, ni mucho menos de experto en dichos menesteres, me dispongo a compartirles mi humilde punto de vista respecto a las elecciones de 2019, realizadas el día de ayer.

      En primera instancia, quiero felicitar a todos los candidatos a las elecciones presidenciales porque se comportaron a la altura durante el torneo electoral, salvo algunos incidentes comprensibles por los reñidos resultados finales. También quiero extender mi felicitación al Tribunal Electoral que se lució y dio la talla ante una elección histórica e inédita que fue gestionada muy bien por los magistrados que extendieron la proclamación extraoficial del ganador hasta que el porcentaje de mesas escrutadas fuera tan significativo que despejara toda duda acerca de la tendencia irreversible, dado el estrecho margen que separaban al primer del segundo lugar.

      Enhorabuena a todos, incluido el pueblo panameño que, salió a votar por los candidatos de su preferencia de una manera que amerita una lectura cuidadosa y un análisis profundo en virtud que, muchos mensajes fueron enviados por los electores el día de ayer.

      El primer mensaje enviado por los votantes panameños es que el 67% de los mismos no apoyó al candidato del partido PRD, Laurentino (Nito) Cortizo, quien se alzó con la victoria y es nuestro próximo presidente de la República.

      De modo que, como dijo el presidente Cortizo en su discurso anoche, “toca construir consenso y concertación con todos los sectores y fuerzas vivas del país”, para establecer en conjunto una hoja de ruta para reconstruir a Panamá y rescatarla de la situación maltrecha en que está actualmente gracias a algunos gobiernos pos invasión que han vulnerado sus instituciones y saqueado sus riquezas.

      Es menester señalar que, tener al 67% del electorado en contra de la oferta electoral del PRD, es un contundente mensaje que dicho partido no debe darse el lujo de pasar por alto, lo cual sería pecar de un injustificado triunfalismo, pasarse de engreídos, y constituirá una receta perfecta para la ingobernabilidad y el descontento ciudadano, cuando no hay margen para luna de miel, ni concesiones de cheque en blanco para un partido con el que la mayoría (el 67% de los votantes) no se sienten representados.

      No obstante, la baja representatividad del PRD respecto al electorado (33%), tranquiliza bastante el discurso mesurado, ecuánime y conciliador, del presidente Cortizo, el cual llamó a la unidad nacional, al consenso y a la concertación. A propósito, es una bocanada de aire fresco, el porte y talante de presidente estadista de Laurentino Cortizo, el cual se expresa con la soltura y fluidez de quien piensa y está en control de sus ideas que muestran coherencia, luego de dos mandatos gubernamentales durante la última decada, pletóricos de frases incoherentes, disparates y despropósitos.

      Otro mensaje contundente enviado por los votantes panameños es el 19% (366,779 votos) obtenido por el independiente Ricardo Lombana, lo cual muestra que la gente está hastiada de los partidos políticos y sus pensamientos sectarios que rozan el más puro y duro fanatismo según el cual, el que no es de su partido es el enemigo y no tiene derecho a opinar, a trabajar, ni a prosperar en sus mandatos gubernamentales, lo cual los lleva a administrar el país como si de una finca de su feudo partidista se tratara, con los resultados desastrosos que esa estrechez mental y fanatismo implican.

      Imaginen si Ricardo Lombana con pocos recursos, casi nula publicidad en medios, y sin un plan de gobierno que convenciera al electorado indeciso, pudo causar semejante impacto en el electorado y estrago en los partidos políticos convencionales, dejando moribundo al Partido Panameñista, y poniendo en aprietos al PRD que vio comprometida su supuesta “victoria holgada” vaticinada por toda suerte de encuestadoras, pitonisos y demás adivinos, que se transformó en una pesadilla con el Partido Cambio Democrático respirándole en la nuca hasta el final, gracias a que Lombana capitalizó una gran cantidad de votos del electorado, y en consecuencia los 2 partidos grandes no pudieron sacarse un margen de diferencia notable uno al otro.

      Reitero, imaginen de lo que sería capaz la formula Lombana/Márquez, con una campaña un poco más articulada para que su mensaje llegue a las masas indecisas; si su discurso tomara en cuenta a los sectores conservadores que están hastiados de la corrupción de la partidocracia, pero no quieren comprometer sus creencias y valores en temas de moral y familia; y si elaboraran un plan de gobierno que dibuje en términos sencillos y comprensibles, su visión de país, la hoja de ruta a seguir para lograr el desarrollo integral de la patria, y la formula (el cómo) a aplicar, para alcanzar dichos cometidos. Sí además de lograr los mencionados puntos, la formula independiente logra aglutinarse en una sola alianza, la partidocracia tendría los días contados. Espero que aprendan la lección y mediante una constituyente enderecen este país porque los panameños están despertando y ya no tolerarán los abusos y exabruptos de los desprestigiados partidos políticos.

      El tercer mensaje que estremeció los cimientos de la partidocracia fue el éxito de la campaña “No a la reelección”, comoquiera que, verdaderos señores feudales, vamos, caciques de gran arraigo y control en sus circuitos, no lograron reelegirse después de años de controlar sus hasta ayer, feudos políticos, lo cual es un mensaje demasiado de fuerte que empodera a los ciudadanos y que solo los sordos politiqueros no serían capaces de escuchar. La ciudadanía sigue despertando y después de este logro seguirá vigilante del patrimonio del Estado y beligerante para evitar el desorden y abusos que desde la Asamblea Nacional se realizan.

      El cuarto mensaje es preocupante toda vez que, no obstante estar despertando la ciudadanía, todavía el 31% de los votantes consideran “bueno” lo hecho por el gobierno CD, y añoran que “Lo bueno vuelva”, lo cual se respeta porque es su derecho democrático, pero no acabo de entender qué tiene de bueno el transfuguismo; la violación de derechos humanos en las provincias de Bocas, Chiriquí y Colón, en la cuales las protestas se saldaron con muertos, lisiados y demás víctimas; la deuda pública duplicada; Odebrecht; los sobrecostos; la corrupción rampante; la educación paupérrima; la pobreza extrema; la pronunciada desigualdad ; etcétera; flagelos todos, vigentes durante el gobierno CD. Ah, verdad que lo importante es que “había plata en la calle”; sigan opinando así, y cuando amanezcamos sin país o peor que Venezuela, no lloren.

      El quinto mensaje confirma que si hay algo que el panameño no perdona ni tolera es, un gobierno fracasado que traicione sus esperanzas, y por eso no cree en el continuismo ni en la reelección del gobierno en turno cuyo peso suele cargar el candidato oficialista que siempre pierde. De manera que, no es ninguna sorpresa que el gran peso y desgaste del fracasado gobierno varelista fuera demasiado para las aspiraciones de José I Blandón, pero, fue tal la paliza recibida que, (Lombana prácticamente los duplicó en votos) dicho partido tendrá que hacer el debido mea culpa, una autocrítica seria, y una introspección profunda para reinventarse con una reingeniería tenaz, y un cambio de imagen radical, para no desaparecer del escenario político nacional, toda vez que, el mensaje de ayer fue que, el pueblo panameño no quedó con ganas de volver a votar por el panameñismo por un buen rato, léase, quizás décadas, al menos que hagan un milagro para resucitar al maltrecho Partido Panameñista de la pésima gestión del gobierno actual que los sepultó y descartó como opción potable.

      En fin, muchas lecciones nos dejaron las elecciones de ayer. Razón por la cual, hago un llamado respetuoso a la reflexión a todos los actores del torneo electoral, a saber: a los partidos políticos que aun ganando no cuentan con el apoyo de las mayorías; a los partidos que quedaron muy mal parados y deben preguntarse el porqué de la paliza que recibieron; a los partidos que casi llegan al triunfo pero no subieron la loma y deben preguntarse el porqué la mayoría de los votantes panameños no compran su oferta electoral a la que ellos consideran “buena”; a los independientes que demostraron musculo político y deben organizarse mejor para lograr sus objetivos; a los diputados no reelectos; a los ciudadanos clientelistas que les importa poco quién los gobierne siempre y cuando les den migajas; y a los ciudadanos que poco a poco van despertando y deben mantenerse en la lucha, articulando y organizando mejor sus movimientos activistas ciudadanos, para seguir vigilantes del patrimonio de todos, y ejercer presión a los gobernantes para que se convoque a una constituyente que saque a Panamá del oscurantismo y tercermundismo crónicos que sufre hoy en día.

      Mil disculpas si alguien se siente ofendido por mi forma de escribir, pero mi intención es sacudir la conciencia nacional porque a pesar de lo disfuncional de nuestra patria, sigo creyendo en Panamá, me siento feliz del ejercicio electoral realizado ayer, y presiento que vienen mejores días para todos los panameños (Dios quiera que no me equivoque), si nos ponemos serios y emprendemos manos a la obra.

      Saludos cordiales,

      Erick Simpson Aguilera.

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    • Mi plan de gobierno

      Posteado a las 4:34 am por Erick Simpson Aguilera, el 1 mayo, 2019

      Por: Erick Simpson Aguilera

      Conociendo la idiosincrasia carnavalesca de mi pueblo panameño, preferí mantenerme al margen de la presente campaña política/electoral de cara a las elecciones del domingo próximo, comoquiera que, no quería pecar de aguafiestas, hater, ni amargado, dañándoles la fiesta, sueños e ilusiones a un sinnúmero de panameños que ven la contienda electoral como una suerte de carnaval del que disfrutan mucho, y viven la campaña política intensamente apoyando a sus partidos, candidatos, y demás, con una euforia que roza el fanatismo, y cual si de una comparsa estilo calle arriba versus calle abajo se tratara, en donde todos alegan con un fervor cuasi religioso que sus candidatos son la divina pomada, la misma panacea, la mamá de Tarzán, y demás superhéroes pletóricos de poderes para solucionar todos los problemas que aquejan a nuestra nación.

      Sin embargo, comoquiera que ya prácticamente están cerrando las campañas electorales, no resistí la tentación de decirles a muchos que están fanatizados con sus candidatos que, Santa Claus no existe, y que en mi humilde opinión, a la que no tiene que obligatoriamente adherirse absolutamente nadie puesto que no soy el dueño de la verdad, que gane quien gane el próximo domingo, ninguno resolverá los problemas más pronunciados que aquejan a Panamá, léase, educación, desigualdad, pobreza, agro, institucionalidad, salud, costo de la vida, seguridad, deuda pública, etcétera, por la sencilla razón que, son de tal magnitud los problemas que sufre Panamá que, aunque tuviéramos administrando el país al estadista de mayor capacidad y sapiencia del mundo, no podría por si solo sacar a Panamá del hueco profundo en donde lo metieron los mismos politiqueros que crearon el corrupto y colpasado sistema, y por los cuales muchos votarán el domingo.

      De modo que, mientras continúe vigente el corrupto y disfuncional sistema politiquero panameño, seguirá la tradición del estancamiento perenne y cada 5 años estaremos debatiendo acerca de los mismos flagelos y los candidatos continuarán prometiendo resolver los mismos problemas de siempre, los cuales una vez en el poder nunca solucionan porque les conviene mantener a la población en paupérrimas condiciones para controlarlos y manipularlos mediante los subsidios, las planillas brujas,  y el clientelismo político, y seguirán el circulo vicioso y la ilusión en pleno apogeo, mientras los ingenuos ciudadanos panameños continúen pecando de crédulos al darle fe a huecas promesas electoreras.

      Además, la crisis de valores latente en la nación que es la causa de la corrupción, clientelismo, nepotismo, negociados, trafico de influencias y demás malas hierbas que pululan en el quehacer nacional, no es exclusiva de la clase política panameña, pero sí alcanza al país entero que se rige por bajos estándares de juega vivo, deshonestidad, oportunismo, y demás artimañas en todo el ámbito nacional, léase, sector público, privado, y ciudadanos comunes y corrientes que se manejan con las mismas malas prácticas que los políticos a los que critican, los cuales son su vivo reflejo.

      Dicho eso, si estuviera en mi poder definir una hoja de ruta, un plan de gobierno, una visión de país, para el próximo gobierno, lo resumiría en una sola palabra; a saber: Constituyente.

      Sí, yo sé que una constituyente per se no es la panacea que resolverá todos los males del país puesto que, con o sin constituyente seguirá vigente la crisis de valores que nos tiene en la caótica situación actual, pero coincidirán conmigo en que es necesario poner ciertos frenos, limites y fronteras a las pandillas politiqueras que secuestraron a la nación, de manera que sepan que sus abusos, exabruptos y saqueos al patrimonio del Estado, no quedarán impunes como sucede actualmente con nuestra risible Constitución y anémicas leyes que además de permisivas están desfasadas con el siglo 21 en el que vivimos, en el cual debieran prevalecer las buenas prácticas, transparencia, rendición de cuentas, independencia judicial, y la certeza del castigo para el infractor.

      Es preciso aclarar que, respeto a todos los candidatos por su valentía al exponer su nombre, familia y privacidad al escrutinio público y por decir sí y presente a la patria, toda vez que, es fácil criticar desde la comodidad del hogar, pero es muy difícil aceptar el reto de administrar a nuestra disfuncional nación que coquetea con el desastre y colapso institucional y social que terminarán repercutiendo en las finanzas publicas a la postre. Arduo trabajo tiene por delante quien se alce victorioso el domingo; que Dios lo ilumine y le dé fuerzas.

      En cuanto a mi concierne, sin tirar fuegos artificiales por la oferta electoral a la que no considero como muchos sí, una maravilla, trato de ser pragmático y decidir mi preferencia vía descarte, es decir, de salida descarto a los dos partidos que gobernaron a la nación la última década toda vez que, no quiero que “lo bueno vuelva”, porque mi definición de bueno difiere de la de aquellos que consideran bueno el transfuguismo, a Odebrecht, la corrupción rampante y demás películas de miedo del partido CD que no quiero volver a vivir, y porque 5 años de panameñismo son una tortura suficiente para la patria y no creo que Panamá resistiría 5 años más del partido gobernante en el poder –líbrenos Dios-; y tal parece que, hasta el candidato oficialista considera al gobierno panameñista en el poder actualmente, un fracaso con el que no conviene ser identificado y por eso optó por no llevar los colores de su partido político.

      Otro criterio que uso para el descarte es determinar si las candidaturas políticas coinciden con mis valores judeocristianos en lo tocante a la familia y la moral, y cuando veo cualquier atisbo de ceder soberanía a la ONU en materia de familia, migración, etcétera, me puede más el patriotismo, y mis valores judeocristianos por los cuales trato de regir mi vida, y voy descartando enseguida cualquier opción que no me garantice mi independencia, mi paz mental y espiritual, mi criterio propio, y mi libertad y derecho de practicar mi culto y fe judeocristiana sin ser perseguido ni tildado con toda suerte de epítetos ofensivos por no plegarme a las modas foráneas.

      En cuanto al FAD se refiere, mentiría si digo que no simpatizo con algunas de sus propuestas, pero, también me asustan bastante algunas de sus posturas radicales porque no tengo claro si consideran a los regímenes cubano y venezolano como modelos a seguir en Panamá, o si son independientes de esos experimentos fallidos que no quiero para mi patria. Ojalá pudieran explicar mejor su visión de país porque muchos no la tenemos del todo clara. Por ahora, no apostaría por dicha opción.

      Así las cosas, solo me quedan dos opciones independientes y un partido que, aunque no me despierta altas expectativas por su historial y parte de su membresía dada a las malas artes de la politiquería istmeña, parece ser en mi opinión, la mejor opción dado que, a las 2 opciones independientes no les veo la fuerza, organización, ni plataforma para sacar a nuestro país del atolladero en que está inmerso.

      Ahora bien, esa es mi lectura particular del acontecer político nacional, mi visión de la contienda electoral, mi opinión personal, y como no soy la voz de la verdad absoluta, usted a mí no me crea ciegamente sin realizar su propio análisis y votar de acuerdo a su criterio y conciencia, es decir, si usted quiere que “lo bueno vuelva”, ese es su derecho, se le respeta, y allá usted. Si considera que 5 años de panameñismo no fueron suficiente y quiere premiar al desastroso gobierno de turno religiendo al candidato oficialista, ese es su derecho democrático y proceda con el continuismo. Si le gustan las opciones independientes con sus pro y contras que no voy a repetir, bien por usted, y proceda libremente que, si ya votó toda la vida por partidos que traicionaron su voto de confianza, tiene todo el derecho de explorar otras opciones y castigar a la partidocracia. Y si considera que el PRD no es una opción potable, quién soy yo para decir lo contrario. Solo soy un ciudadano común y corriente que votará por Nito Cortizo por las razones que expliqué previamente.

      Finalizo reiterándoles a todos los candidatos mis sinceros respetos y aprecio por cumplir valientemente con su deber para con la nación al participar en las próximas elecciones, y sugiriéndoles con todo respeto que, no traicionen a la patria, y adecenten a Panamá impulsando en consenso con todos los sectores nacionales, a saber: públicos, privados y ciudadanos, una constituyente que nos sirva para reconstruir a Panamá con reglas más claras, justas, equitativas y decentes.

      Saludos cordiales,

      Erick Simpson Aguilera.

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